Lo más importante en el síndrome del nido vacío, según la sicóloga, María Lourdes Ruiz, es que los padres de familia tengan conciencia de que es una etapa más en la vida de los individuos, que los hijos no se han marchado definitivamente. Tanto los padres como los hijos tendrán la oportunidad de visitarse mutuamente y estar en comunicación permanente.
Añade que los padres deberán estar satisfechos de haber forjado hijos de bien con buen futuro y lo más importante es que son ellos (los padres) los forjadores de esa vida.
Los padres deberán ver como un logro el hecho de que sus hijos pasen a esa nueva etapa de sus vidas. Los hijos también deberán de estar pendiente de sus padres por medio de cualquier vía.
Según la sicóloga, en este asunto hay dos mecanismos de defensa de las personas. Uno positivo que es la sublevación, que no es más que un sentimiento de satisfacción por el deber cumplido. Los padres se sienten realizados y contentos de haber cumplido con la tarea encomendada.
El mecanismo de defensa negativo es cuando las personas no aceptan lo que están viviendo y en lugar de superar esa etapa se deprimen y pueden caer en situaciones graves.
Ahí debe entrar en juego la familia, apoyar a la persona afectada, hacerla sentir que se está en constante comunicación con ella y buscar actividades alternativas.