- Los niños tienen tanta energía. Estos son los consejos para que la usen mejor en vacaciones
Se pueden aprovechar las actividades de verano para que el niño aprenda a convivir, a compartir experiencias y a ser independiente.
El periodo vacacional que para los más pequeños significa descanso y diversión supone para sus progenitores un estrés añadido y bastantes quebraderos de cabeza. Se plantea, por tanto, la complicada tarea de rellenar las horas de ocio de los pequeños de la casa.
Los niños, al igual que los adultos, desean y necesitan un periodo de vacaciones que les permita dejar atrás, durante un tiempo, horas de estudio, deberes, ocupaciones extraescolares y todas las obligaciones que forman parte de su vida cotidiana a lo largo del curso.
Las posibilidades para que los niños pasen unos días fuera del entorno familiar son muchas y muy variadas. Escoger la mejor opción dependerá de sus necesidades y aficiones y, sobre todo, de la edad.
Campamentos, escuelas de verano, clases de idiomas y deportivas… todas las opciones son válidas cuando las vacaciones escolares y las vacaciones de los adultos no coinciden. Lo que en un principio se contemplaba como un apoyo a la educación, se ha convertido en una forma práctica y divertida de entretener a los más pequeños, mientras los padres atienden sus quehaceres laborales.
Además de disfrutar de las vacaciones, los niños aprenden a convivir, a compartir experiencias y a ser independientes.
Lejos de padres y familiares, aprenden a ser autosuficientes ya que tienen que ocuparse de tareas que habitualmente no hacen, como poner y quitar la mesa, hacer la cama o recoger y ordenar sus pertenencias.
Antes de elegir la actividad
Valore las preferencias y aptitudes de su hijo y busque actividades que se ajusten a su desarrollo sicológico y social. Las actividades más convenientes para los más pequeños son las que les permitan estar en contacto con otros niños y niñas, y preferentemente en un medio natural: campamentos, campus deportivos, etc.
Fuente: www.consumer.es