- Los edredones han ido más allá de su función y se han convertido en un elemento decorativo en la alcoba
La elección dependerá mucho de la temperatura de la habitación y de lo frioleros que seamos.
Un edredón demasiado cálido nos impedirá conciliar el sueño. Debemos elegir un modelo confortable, muy aislante que no tenga durezas y con buena capacidad de recuperación.
También es importante que tengan algún sistema que repela la humedad, así como un tratamiento antibacterias o antiácaros.
El edredón nórdico ha supuesto una auténtica revolución en la ropa de cama, la idea procede de los países escandinavos, donde se decidió utilizar la pluma natural para crear un elemento de abrigo, pensando que si resulta confortable para las aves a la hora de combatir el frío, también lo debe ser para los humanos y resultó ser un gran acierto.
Poco a poco se ha ido trabajando sobre la idea y se han creado rellenos sintéticos que imitan con bastante realismo la pluma y el plumón naturales, por lo que en la actualidad podemos elegir entre nórdicos naturales y sintéticos, teniendo estos últimos una gran aceptación por su precio más bajo, su mejor acondicionamiento para prevenir alergias, su mayor facilidad a la hora de limpiarlos y en definitiva una serie de ventajas, que dejan para los naturales poco más que el glamour de haber sido fabricados con pluma o plumón auténticos.
El edredón nórdico, además de lo mucho que abriga y lo poco que pesa, permite prescindir del uso de sábanas y simplifica enormemente la tarea de hacer la cama, sólo tenemos que ventilar a diario, estirar un poco y la cama estará perfecta.
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