La sobredosis de ternura, amores imposibles e ideales románticos que destilan los romances de la pantalla, pueden ser un ejemplo contraproducente para las parejas de carne y hueso, que viven su amor en la agridulce realidad.
Al menos es lo que sostiene un estudio de la Universidad Heriot-Watt, de Edimburgo, en el Reino Unido, según el cual las comedias románticas pueden estropear una relación amorosa, porque crean unas expectativas exageradas y poco realistas respecto a la vida de pareja.
Para los psicólogos de esta universidad escocesa, esos filmes, con argumentos poco plausibles y finales felices muy improbables, transmiten una falsa sensación de relaciones perfectas y expectativas nada ajustadas a la realidad.
Los investigadores analizaron una serie de películas con gran audiencia estrenadas entre los años 1995 y 2005, y después distribuyeron entre varios cientos de personas una encuesta sobre sus relaciones sentimentales, comprobando que los que eran aficionados a las comedias románticas, a menudo no consiguen una comunicación eficaz con sus parejas.
Amor de celuloide
Para la psicóloga Kimberley Johnson, quien participó en la investigación, las películas reflejan la emoción que acompaña a una nueva relación, pero dan a entender equivocadamente que la entrega amorosa y la confianza surgen desde el mismo momento en que dos personas se conocen, cuando en realidad son cualidades que tardan años en desarrollarse.
Otro modelo negativo de relación sentimental y que sigue estando presente en muchas relaciones amorosas, es el de aquellas parejas en que sus miembros dependen emocionalmente uno del otro. No podemos vivir uno sin el otro, es el amor de mi vida, sin ti no soy nada…. Frases como éstas, revelan distintos grados y formas de dependencia emocional, que en la relación se manifiestan en forma de controles, manipulaciones, chantajes emocionales, celos, reproches y situaciones de atracción y rechazo, según la psicoterapeuta Reyes Ollero.
Es un error creer que la independencia equivale a desamor. Es un requisito que el amor consciente requiere para expresarse y florecer. En vez de inmadurez, miedo al abandono y manipulación, conlleva el compartir sin esperar nada a cambio, de forma generosa, porque uno así lo siente, explica la especialista.
Otro error es creer que hay un alma gemela, una única persona capaz de completar nuestra existencia. En verdad, cada ser humano es completo en sí mismo: una naranja entera, que puede decidir vivir en compañía de otras naranjas enteras.
EFE