Nunca pensó ser periodista. Vencido por la aritmética razonada, se retiró de la escuela para dedicarse a leer clásicos, escribir poemas y asistir a un taller de escritores. Llegó a LA PRENSA por invitación, a inicios de los sesenta, y ahí mismo conoció a la mujer que sería su tercera esposa: Rosario Murillo. En esta entrevista, Anuar Hassan analiza cómo era ser un hombre de prensa en los tiempos de Anastasio Somoza Debayle y cómo es serlo ahora. También recuerda a la Murillo de los años setenta y defiende la nota roja como un género que ha dado pie a grandes obras de literatura.
:::¿Cómo era ser periodista en los tiempos de Somoza?
Fijate que lo curioso es que al periodista de oposición se le respetaba. Al oficialista, ni los mismos ministros les daban importancia. Cuando decías LA PRENSA, temblaban los ministros, te hacían pasar inmediatamente y talvez dejaban esperando a sus propios periodistas, que eran los de Novedades y atendían al periodista de LA PRENSA. Antes Somoza se dignaba a dar algunas respuestas o hacer una rectificación. Ahora, no encontrás el menor eco.
:::¿Se podía conseguir una entrevista con Somoza?
¡Se podía conseguir con cualquiera! Con Somoza sí había que canalizarla, pero era más fácil que con esta gente. ¡Esto es cero! Es un menosprecio completo a la ciudadanía y al periodista. No hay punto de comparación. Estos ni siquiera se dignan a rectificar, a aclarar o a simplemente dar un informe de lo que están haciendo o lo que no hicieron o de lo que van a hacer. El periódico grita, saca cosas… y el silencio es la respuesta. Los ministros de Somoza respondían o te decían que estabas equivocado, ¡lo que fuera! Pero había una respuesta inmediata. Ahora no.
:::¿Es primera vez que ve un hermetismo como este?
Sí, sí… Antes uno entraba a los ministerios y, con toda deferencia, el propio ministro salía a saludarte. Ahora es imposible. Es la política de cero declaración, cero entrevistas. Es algo inédito. Y, cosa curiosa, lo está haciendo la que fue secretaria del mártir de la libertades públicas, el doctor (Pedro Joaquín) Chamorro.
:::A propósito de Rosario Murillo, su exesposa, hace poco vi un texto de ella (escrito en 1974), donde critica un Código Penal somocista. ¿Ella realmente creía antes en la libertad de expresión?
No, no creo. Ella estudió en Suiza e Inglaterra, pero lo que estudió fue para ser una ama de casa, tener buenos modales, saber poner la mesa. Eso es lo que estudió. Ella no sabía nada de política. Nada de nada hasta que entró en contacto con ciertas fuerzas aquí… y claro, se puso a leer. Hasta entonces. Y se encontró con esas teorías, socialismo, comunismo, y parece que era proclive a eso… Sé que lo que la mandaron a estudiar fue tonterías de ama de casa, ninguna carrera. Y estaba muy joven cuando la mandaron a estudiar, yo creo que ni se bachilleró, porque se fue como de 10 o 12 años a estudiar afuera. Estuvo solo dos o tres años a lo sumo, regresó. Inmediatamente se casó y entró a trabajar a LA PRENSA como secretaria, con el conocimiento que tenía del inglés y del francés.
:::¿Esos son los idiomas que ella habla?
Que medio los domina. No los habla a la perfección ni el inglés ni el francés, pero los domina bastante. Luego, como era secretaria también de Pablo Antonio Cuadra, entonces llegaba toda la poetada y se ponía en contacto con ella, tal vez le daban a leer sus poemas. Entonces, ella se fue entusiasmando y después con ciertos compañeros de la redacción, Bayardo Arce, ya entró en contacto con otro tipo de ideas… Pero tiene sus méritos. Es una mujer incansable. Yo no sé cómo puede estar al tanto de todo absolutamente.
:::He oído que es muy inteligente…
(Pausa) No haría las cosas que hace… que son nada inteligentes, muchas. Pero está al tanto. Realmente, aquí no se mueve una hoja sin que ella lo sepa.
:::¿Usted tiene comunicación con ella?
No, no… Ninguna. Pero eso es lo que le admiro, esa capacidad de trabajo que tiene; porque en una de las campañas de Daniel (Ortega), de las que perdió, ella hacía tooodo el material de Ventana, un suplemento que tenía. Incansable. No sé de dónde saca energía.
:::¿Cómo se siente que su exesposa sea ahora la mujer más poderosa del país?
Yo no sé… Casi ni me doy cuenta… Hace 40 años que no sé nada de ella. Incluso te digo que le admiro la capacidad de trabajo que en ese tiempo no la demostró.
:::¿La recuerda con cariño?
¿Mmm?
:::Que si la recuerda con cariño…
Eso está como Juan Charrasqueado: Solo su madre la recuerda con cariño (ríe). Aquí no la recuerda con cariño mucha gente.
:::¿Cuántos hijos tiene usted?
Quedan vivos tres. Se me murieron dos, el de la Rosario (Anuar Joaquín Hassan Murillo) y una mayor, que se murió de 20 años. Ella tenía un tumor cerebral, murió la víspera de la operación.
:::¿Cuántas veces se casó?
Tres o cuatro (ríe). Reincidente, eso es lo más grave. Y creo que seguiría siéndolo. Me volvería a casar.
:::¿Fue un picaflor?
Pues sí… como casi todos.
:::¿A sus cuatro esposas las amó?
Este… Sí. El primer amor es inolvidable.
:::¿Doña Rosario?
No, no, no. La Rosario fue la tercera.
:::A ella la conoció en LA PRENSA, ¿verdad?
En LA PRENSA. Yo le llevo 10 años.
:::¿Ya usaba todos esos accesorios cuando usted la conoció?
No, no, no. Era otra persona. Pero yo creo que ya venía con algún virus que captó allá en Inglaterra. O era de esas que lo saben ocultar y después “sueltan la perra”, como dicen. Cuando ella se vino, Los Beatles estaban en su apogeo en Inglaterra y en el mundo. Ya trajo eso ella. Allá lo agarró.
:::Era la época de “amor y paz”.
Amor y paz… Y más amor que paz (ríe).
:::¿Se considera una persona política?
A diferencia de mi hermano, de Moisés, a ningún partido he pertenecido, voy a alguna marcha para acompañarlo a él. Aunque sienta que esa marcha tiene razón de ser, lo hago por ser solidario con él. Ese es el gran defecto del pueblo nicaragüense, ese “yoquepierdismo” que hay…. Coincidimos en cosas así. ¡Qué mejor prueba del “yoquepierdismo” que esa MPeso! Que ha afectado a un millón de personas diariamente y ni siquiera le pegaron fuego a una caseta, ¿ah? Y cuando se hacen marchas… siete personas, 30 personas. ¡Y son un millón las afectadas! En otra parte no dura dos días MPeso. Siempre ha sido así el nicaragüense, por eso es que estamos como estamos.
:::¿Son muy diferentes su hermano Moisés Hassan y usted?
Totalmente. Moisés es un hombre que supo educar a sus hijos de una manera ejemplar, envidiable. En ese hogar lo que él dice es ley. Sus hijos lo quieren, lo adoran. A diferencia mía. Yo digo: ¡Qué bárbaro lo que he hecho yo y lo que hizo él! Él nada contra la corriente, no se deja llevar. Yo sí. Totalmente diferentes. Y no sé por qué. Los seis hermanos que fuimos, fuimos criados iguales.
:::Usted que escribía de crímenes, ¿qué piensa de que la nota roja sea considerada un periodismo inferior?
No sé quién lo considera inferior, pero nota roja podés considerar a las crónicas de Edgar Allan Poe. Podés hacer literatura con una nota roja, perfectamente, y buena literatura.
:::¿Lo que usted hacía era nota roja?
Eh… Con esa designación de nota roja, pues sí… Pero vos podés omitir detalles, descripciones chocantes, chabacanas, groseras. Además que el periodismo escrito no es lo mismo que el televisado, que presentan la imagen grosera. El televisivo es sensacionalista, amarillista.
:::En la radio tenemos a “Kalulo”, Calixto Valle Rugama.
Es un personaje… de los que les llaman las “papas fritas”. Se han hecho así… El otro también, de Canal 10, José Abraham Sánchez, hombre, que denigran el oficio. Pero los tienen como estrellas porque presentan la nota espeluznante. Goza tal vez el director o el jefe del noticiero con eso.
:::¿Nunca lo han comparado a usted con ellos?
Es que es imposible. Imposible. Si no, no me tendrían como alguien que impuso un sello personal. No soy el creador del género, simplemente escribía respetando ciertas normas y escribiendo hasta donde fuera posible el mejor castellano, el mejor español.
:::¿Hay un crimen que lo haya impactado mucho?
Fue el crimen de un señor de los que hacen cosas de cuero, le decían “maestro”. Vestía de blanco y aparentemente era un padre de familia honorable; pero en las noches se iba a emborrachar, tenía una amante y volvía a su casa bien bolo. Tenía una hija nada más y la cuidaba como un tesoro. La cuestión es que la muchacha aparece embarazada y resulta que el que la embaraza es el propio señor, el propio padre. La madre y la hija se ponen de acuerdo para eliminarlo. Una de esas noches que regresa bien bolo, lo agarran y ya habían hablado con unos trabajadores, les encargaron que lo mataran. Uno de ellos le da en la cabeza y lo apuñalan. Pero cometen el error de que perforan todo a pura puñalada, pero le cambian la ropa y la ropa está intacta. La Policía averigua y ellas confiesan la mancha que había cometido el hombre. La muchacha, no sé si fue en la cárcel, dio a luz a su hijo y hermano. Terrible. Y otro de León, el asesinato de Angelina Cándida.
:::¿Qué tanta imaginación había en sus crónicas?
Bastante. Tenía que suponer dentro de lo posible que esto pudo haber ocurrido, esto no, esto sí. Pero claro, matizándolo, uno no puede hacer la afirmación tajante de que fue así.
:::¿No se contradice la novela con el periodismo?
No… Esto es un género especial, respetando todo, fechas, nombres.
:::¿Cómo está de salud?
Más o menos bien… A esta edad no me puedo extrañar de dolores ni de nada. ¡Me extrañaría si tuviera 20! (ríe).
:::¿Y cómo le va con la tecnología?
No sé nada de nada, la computadora para mí es máquina de escribir nada más. Con pantalla, eso es todo.
:::¿Celular?
Naaada. No ocupo nada. Si no puedo. ¡Me niego a andar con esas chochadas! Cualquier cosa de internet le pido ayuda a mi nieta. Cada día se vuelven obsoletas las cosas por más nuevas que sean. Eso es terrible. Una carrera que nunca vas a ganar.
:::Sé que está escribiendo sus memorias. ¿Cuántas páginas lleva?
Yo calculo unas 300 páginas.
:::¿Vamos a leer de doña Rosario en esas memorias?
Tal vez, algo… Puede ser.
Plano personal
Anuar Hassan tiene 72 años de edad. Tiene tres hijos vivos y está divorciado. Trabajó en LA PRENSA durante 12 años, fue uno de los fundadores de La Tribuna, estuvo en Barricada y hasta en Novedades. También hizo radio y televisión, en la década de los ochenta.
Es hermano de Moisés Hassan, quien fue miembro de la primera Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional. Y estuvo casado durante tres años con Rosario Murillo, actual primera dama de Nicaragua, esposa de Daniel Ortega Saavedra.
Hassan está retirado del periodismo desde hace más de 10 años, pero actualmente escribe sus memorias. Es autor de los dos volúmenes: “Grandes crímenes del siglo XX en Nicaragua”.