14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Ventana de mi casa

Mi casa era pequeña, humildey provinciana.Tenía un patio, un ciprés, un portóny una ventana por dondemiraba eucaliptos, cerros y la puna.Mi abuelo solía cantar a solaspara olvidar su edady mi madre Leonor, lavaba el firmamentopara que fulguraran mis cometas. No recuerdo la veces que me extraviéentre cactus y caminosbuscando la niñez que perdí.Hoy que han […]

Mi casa era pequeña, humilde
y provinciana.
Tenía un patio, un ciprés, un portón
y una ventana por donde
miraba eucaliptos, cerros y la puna.
Mi abuelo solía cantar a solas
para olvidar su edad
y mi madre Leonor, lavaba el firmamento
para que fulguraran mis cometas.

No recuerdo la veces que me extravié
entre cactus y caminos
buscando la niñez que perdí.
Hoy que han derribado mi casa
y en su lugar han construido otra
sufro muchísimo más aún.
Y estoy llorando por mis hermanos
por mí, mi casa y mi madre
que asomándose a la ventana me ha dicho:
“¡Ay!, hijo mío. Entra, al fin has regresado”.

La Prensa Literaria

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí