- Con motivo de la publicación de su libro de cuentos Apuntes sobre las últimas noticias del periódico que retrata a personajes leoneses
Un libro más de la extensa producción de Pedro Alfonso Morales (1960) sale a luz. Aunque un poco tarde, Apuntes sobre las últimas noticias del periódico (Editorial Universitaria UNAN-León) llega para confirmar la persistencia oficiosa o vocación desenfrenada del escritor teliqueño. Digo un poco tarde pues esta obra resultó ganadora del IV Certamen de los Juegos Florales Centroamericanos, Belice y Panamá del año 2005 en la categoría de cuento.
Esta vez la génesis de la narrativa de Morales está inmersa en esas curiosas noticias que aparecen en los diarios y que nos roban la atención de inmediato. Esta obra forma parte de sus más de diez publicaciones entre las que comprenden los géneros de poesía, narrativa y libros de textos para estudiantes como el Curso de Lengua y Literatura para cada año de la educación secundaria.
En trabajos anteriores, Morales ha expresado su pasión por el relato, la que se ve afortunadamente beneficiada por la diversidad de escenarios donde le ha tocado vivir. Pedro Alfonso ha nacido y crecido en el pueblo de Telica, cerca de León, y es profesor de vocación.
En estos últimos años se ha convertido en un obsesivo cazador de cuentos. Las circunstancias de la vida diaria con sus simplezas y emociones han sido esa fuente inagotable de historias que él ha llevado a las páginas de viejos cuadernos archivados en un rincón de su casa, esperando el momento de la tertulia para desempolvar sus producciones y sorprendernos de nuevo. Como buen cazador atisba los alrededores, identifica los potenciales personajes, enciende el foco de la imaginación y expresa con regocijo. ¡Ahí está un cuento!
En esa búsqueda constante de historias, Pedro Alfonso no podía pasar por alto esas noticias curiosas, interesantes y cómicas que a veces nos encontramos en los periódicos. De tal manera que fue haciendo su propia selección de noticias que posteriormente debía tratar con esa natural combinación de hechos, ficción y humor en lo que podría llamarse el universo literario de Morales.
El libro está compuesto por diez relatos y una historia-introducción donde nos cuenta cómo durante una visita a su casa de los escritores Luis Alberto Tercero y Denis Pichardo, éstos le instaron a leer algún relato, por lo que Morales tomó su cuaderno de Apuntes sobre las últimas noticias del periódico todavía en borrador y un poco en el olvido. Esa visita también se convirtió en otro relato más del libro, donde, a como verá el lector, abundan los nombres de personajes leoneses mezclados entre las enredaderas de ese cosmos literario del autor.
Las historias o noticias tratadas aquí pertenecen a diversos lugares del mundo, no obstante los recursos utilizados en la narrativa hacen que todo parezca un sitio común donde colindan el parque de Pu Yi en Pekín con La Chureca de Managua, o donde se encuentran al dar la vuelta en una esquina de una calle europea Camilo Zapata y Amadeus Mozart.
El recurso de lo insólito, en estas noticias recreadas por Pedro Alfonso, es la motivación primordial que empujaría a todo escritor a tomar la pluma y agregar unos cuantos ingredientes literarios para obtener una obra interesante.
Sin embargo, Morales va más allá de sus propias expectativas ya que utiliza de plataforma de lanzamiento la noticia original, verdadera o falsa, trágica o cómica, y la sumerge o la trae hasta su propio universo, donde agrega, ajusta, modifica y crea un relato más personal, quedando la historia que le dio vida en un segundo plano y haciendo finalmente de esa mezcla de personajes, sitios, eventos y ficción una obra muy distinta que se traduce como un relato magistral.
Esta colección de cuentos que nos entrega Morales, en los cuales hay una variedad de temas desde las ciencias, el amor, las artes o la música, son un reflejo de cómo está marchando el mundo de hoy, se convierten en señales que a manera de síntomas retratan el pesado cuerpo enfermo de este planeta donde aún convivimos en medio de guerras y desesperanza, pero que también se burla de esas extrañas vicisitudes que experimentamos los seres humanos, viendo esa parte cómica que nos hace reír de nuestras desgracias, reír para no llorar y así quedará en estos relatos la constancia para las nuevas generaciones, del mundo loco cada día más loco, que nos tocó vivir.