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Jules Dassin durante una filmación junto a Melina Mercouri.LA PRENSA/ARCHIVO

Jules Dassin

Si bien la filmografía completa de Jules Dassin sobrepasa los veinticinco títulos, su nombre será recordado por tres películas: La ciudad desnuda (1949), Rififí (1955) y Nunca en domingo (1960). Dassin, hijo de emigrantes rusos de ascendencia judía, nació en el estado de Connecticut, Estados Unidos, en 1911. Parte de su niñez transcurrió en el […]

Si bien la filmografía completa de Jules Dassin sobrepasa los veinticinco títulos, su nombre será recordado por tres películas: La ciudad desnuda (1949), Rififí (1955) y Nunca en domingo (1960).

Dassin, hijo de emigrantes rusos de ascendencia judía, nació en el estado de Connecticut, Estados Unidos, en 1911. Parte de su niñez transcurrió en el Bronx, Nueva York. En esa ciudad, después de haber estudiado drama en Europa, se inició en el mundo del arte como actor del Teatro Yiddish. Tras unos años como guionista radial, pasó a Hollywood donde fue director asistente y realizador de cortometrajes en la RKO. Uno de éstos, El corazón delator (según Edgar Allan Poe), impresionó tanto que fue ascendido a director de largometrajes.

Tres películas de inspiración neorrealista, cimentaron su fama: Entre rejas (1947; con Burt Lancaster), La ciudad desnuda y Mercado de ladrones (1949). La ciudad desnuda (con el diminuto actor irlandés Barry Fitzgerald), filmada parcialmente en ambientes auténticos de Nueva York, ilustra con estilo semidocumental la investigación de un crimen.

Dassin perteneció en su juventud al Partido Comunista de Estados Unidos, al que renunció a raíz del pacto germano-soviético, que provocó la Segunda Guerra Mundial al permitirle a Hitler invadir Polonia. En otra vuelta de tuerca, Estados Unidos y la Unión Soviética se aliaron contra los nazis. Debido a esta alianza, ser de izquierda era bien visto en Hollywood durante la década de 1940. De hecho, se produjeron varios largometrajes pro-soviéticos, como Sombras en la nieve, La estrella norteña, Días de gloria y Misión a Moscú.

En los años cincuenta, durante el recrudecimiento de la llamada Guerra Fría entre las dos superpotencias (con sus respectivas bombas atómicas), un Comité de la Cámara de Representantes del Congreso de EE.UU. extendió al mundo del cine sus investigaciones de una posible infiltración comunista en las Fuerzas Armadas y el Departamento de Estado. Diez guionistas y directores de cine fueron citados por el Comité, pero se negaron a contestar preguntas esgrimiendo a su favor la Primera Enmienda de la Constitución que protege la libertad de prensa, credo y reunión. Los diez (conocidos como “los diez de Hollywood”) cumplieron penas de seis meses a un año de cárcel por rebeldía ante el Congreso.

Muchas personalidades del cine citadas por el Comité, aceptaron dar información. Entre estos “testigos amistosos” estaban algunos ex miembros del partido comunista, como Sterling Hayden, Elia Kazan y Edward Dmytryck (que mencionó a Dassin como antiguo camarada). “Dar nombres” se convirtió en una forma de expiación para ser reaceptados en la industria del cine. Los que se negaron a colaborar, fueron incluidos en una lista negra (elaborada por las compañías productoras), que impedía trabajar en Hollywood. Unos cuantos guionistas continuaron trabajando con seudónimo. Los efectos de la lista negra terminaron en 1960 cuando Kirk Douglas, como productor independiente de Espartaco, incluyó el nombre del guionista Dalton Trumbo (uno de los 10 de Hollywood) en los créditos. Para entonces soplaban otros vientos.

En 1952, Dassin se había negado a declarar ante el Comité, por lo que, como otros directores de izquierda (Joseph Losey, Abraham Polonski, John Huston…) optó por abandonar el país. En Inglaterra logró completar la producción de la 20th Century Fox, La noche y la ciudad (1948; con el recién fallecido Richard Widmark) que expone la infiltración del hampa en el negocio de la lucha libre.

En Francia hizo Du Rififi chez les hommes (“Rififi”), perteneciente al subgénero de películas de atracos (que describen minuciosamente la preparación, realización y consecuencias de un atraco). Magalie Noel canta la famosa canción Rififí de Philippe-Gérard y Jacques Larue.

En 1960 se estrenó Nunca en domingo (Pote tin Kiriaki), rodada en Grecia, con la exuberante actriz griega Melina Mercouri. La película, escrita y dirigida por Dassin, contrapone la figura de una prostituta del Pireo, rebosante de vida, a la de un intelectual norteamericano introvertido, que trata de regenerarla. Dassin asumió el papel del intelectual cuando Jack Lemmon lo rechazó. Con un presupuesto de 150,000 dólares, Nunca en domingo recaudó seis millones de dólares en taquilla el año de su estreno. La Mercouri compartió el premio a la mejor actriz en el Festival de Cannes con Jeanne Moreau (“Moderato Cantabile”).

La canción de Manos Hadjidakis, ganadora del Oscar, fue grabada por cantantes de fama mundial (Connie Francis, Bing Crosby, etc.). El plano de los pies descalzos de la Mercouri bailando la canción, es inolvidable. (En Nicaragua, muchas mujeres aprendieron a bailarla, nadie mejor que mi tía Indiana Caldera de Cardenal, considerada la nicaragüense más bella de su época).

Curiosamente, la otra película griega que conquistó los mercados internacionales en la década de 1960, Zorba el griego, dirigida por Mihalis Kakogiannis (música de Mikis Theodorakis), trata igualmente sobre la amistad de dos seres humanos con personalidades opuestas, el tímido intelectual inglés (Alan Bates) y ese huracán de pasiones llamado Alexis Zorba, magistralmente interpretado por Anthony Quinn.

Dassin y Melina Mercouri se casaron en 1966. El que una mujer de 40 años (las mujeres de esa edad en aquella época, no tenían la juventud de las mujeres de 40 en la actualidad) se convirtiera de la noche a la mañana en símbolo sexual era algo sin precedentes.

El binomio Dassin-director y Mercouri-actriz hizo Fedra (1962), versión de la tragedia de Eurípides adaptada al siglo XX por la guionista Margarita Lymberaki, co-protagonizada por Anthony Perkins y Raf Vallone; y Topkapi (1964), otra película de atraco, que le valiera a Peter Ustinov el Oscar al mejor actor secundario. Menos éxito tuvo Promesa al amanecer (1970), sobre las angustias de una madre (el hijo fue interpretado por Assaf Dayán, hijo del Ministro de Defensa de Israel, Moshe Dayán).

La pareja abandonó Grecia durante la dictadura de los coroneles (1967-1974) y se radicó en Francia, con estancias ocasionales en Manhattan. Ambos regresaron a Grecia después de la caída de la dictadura. La Mercouri ocupó un puesto en el Parlamento griego como representante de la región del Pireo. Posteriormente, bajo el gobierno de Andreas Papandreus, del Movimiento panhelénico socialista, fue Ministra de Cultura. Falleció en 1994. Jules Dassin la siguió 14 años después, el 28 de mayo de 2008. Ambos se mantuvieron activos como promotores de causas humanitarias.

El poeta Edwin Yllescas, a propósito de la muerte de Dassin, recordó a la actriz con estas palabras: “En la época de Nunca en domingo, la Melina se convirtió en el icono de todos los hombres de Nicaragua. Todos buscábamos una Melina. Desde luego, nadie la encontró”.

La Prensa Literaria

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