Hay púas tendidas
Mieses henchidas de sangre
gargantas oscuras
lozas frías
y un coro de chopos gigantes
en los desesperados albores
de mi vida.
Estoy harto de mis callados encuentros
de mi vacío
envuelto en un torbellino trágico.
Espero sediento
con la ansiedad de una tierra estéril
que sus pisadas huellen mis miserias
que tus andares silenciosos
surquen mis cierzos
que revuelques tus vírgenes ansias
en mis tristezas
todo cambiará
seré fértil de ansias de vivir
de amor
y de grandes esperanzas
y sólo serán grises en mí
tus mejillas pálidas
y sólo serán negros tus ojos
y sólo dejaré de ser feliz
sino estás conmigo
a la sombra de mis pinos
de mis olmos
y de mis sauces.