En nuestro país la escultura histórica es predominantemente figurativa y realista y sujeta al encargo oficial, pero esta también ha tendido hacia la abstracción, expresionismo y conceptualización posmoderna de Jean Arp, Richard Serra, Henry Moore y Bárbara Hepworth.
Miguel Ángel Espinoza es uno de esos escultores que desde los años setenta pasó por la escuela figurativa de Frank Orozco, Pablo Vivas y Fernando Saravia, este último impulsor de los talleres de Limay. Para 1989, en la desaparecida galería Calpul, cerca del INCAE, exhibió sus primeras formas humanas figurativas sin mayor relevancia. Pero logró esculpir en jade y granito el monumento a Pedro Joaquín Chamorro, ubicado al oeste de la Asamblea Nacional. Años después avanzó con sus primeras formas más expresionistas de rostros feroces y gritos, tales como sus piezas Ferocidad simplificada, y Metáfora mixta.
Con motivo del Quinto Centenario del Descubrimiento de América, presentó en el Restaurante de la Marsellesa, su segunda muestra de formas precolombinas y abstractas, pudiéndose ver una influencia clara de los escultores británicos Henry Moore y Barbara Hepworth; uno de estos círculos tridimensionales se encuentran aún en la entrada de este restaurante.
En galería Códice sugería una escultura en forma y movimiento como en Sensación interior, — ubicada en Bancentro– y Oráculo, colección del ingeniero Alberto McGregor, que es muy metafórica y posmoderna; otras de sus obras importantes es Metamorfosis, colección del Banco Central, trabajada en madera-chatarra, recolectada del huracán Mitch.
Salvemos la tierra, y sus nuevas piezas expuestas el año pasado en el Palacio de la Cultura en una colectiva han sido trabajadas en madera ñambar, genízaro, guanacaste y guapinol; en estos nuevos temas cargados de misticismo y preocupación social figuran piezas como Hombre aborigen, Chamán, Invocación, o Cristo predominando la semiabstracción y el abstracto puro, con huecos, perforaciones y movimientos dinámicos, revelando la madurez de su estilo que busca el impacto social, al retomar la preocupación mundial del calentamiento y destrucción gradual del planeta.