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Pintura de Marvin Campos que estará expuesta en Galería Museo Josefina, el próximo martes. LA PRENSA/ O. Valenzuela

Fragmentos del Fuego

Marvin Campos (Jinotepe, 1956) con la exposición Fragmentos del Fuego (Galería Museo Josefina, 2 de octubre 2008), nos muestra una serie rica en colores (policroma), densa y múltiple en sus significados (polisémica) y realizada como un discurso visual cuyo tema es la propia pintura (metapictórica). La pictografía de Campos logra articularse y articular un espacio […]

Marvin Campos (Jinotepe, 1956) con la exposición Fragmentos del Fuego (Galería Museo Josefina, 2 de octubre 2008), nos muestra una serie rica en colores (policroma), densa y múltiple en sus significados (polisémica) y realizada como un discurso visual cuyo tema es la propia pintura (metapictórica). La pictografía de Campos logra articularse y articular un espacio ambiguo y axial, donde concurren la connotación de lo abstracto y la denotación insinuada de lo figurativo. En estos cuadros hechos con un sentido económico y eficaz de la composición, el pintor crea los espacios propicios a las explosiones cromáticas violentas de nuestros volcanes, al incendio del mercado oriental, al nacimiento de las musas y las puras abstracciones, aquéllas donde el fuego convertido en pincel y espátula se realiza como particular voluntad de color.

Logrando un equilibrio helénico del justo medio, Marvin incluye en esta exposición una serie de cuadros de similar factura pero que alude a corrientes de aguas policromas, a elusivos peces salpicados y goteados por el color, a caballos pastando en los parajes heterócromos de un espacio ideal. Si el fuego nos entregaba la fuerza de la explosión o el dolor de los restos de estructuras calcinadas, en las corrientes del agua encontramos la dinámica del fluir, lo vital cíclico de los peces en su natación o el camuflage de un caballo de Tesalia pastando colores. Hay una dinámica de la vida fluyendo, de la sensualidad de las formas depositándose en los cálidos cuencos de seres vivos que nos entregan la fuerza vital del arte de Campos.

Un cuadro emblemático de este espacio axial y ambiguo, que nos sirve para graficar este fructífero período de superación estética de Campos, es precisamente el intitulado Nacimiento de las Musas. Cuatro musas nacen de la eclosión rosa chicha de una flor para situarse de pie, de cuerpo completo en el horizonte donde se encuentra el rosa y el dorado. Un cielo de oro que simboliza la inspiración áurea del arte (música, danza, pintura, poesía). Los fondos son porosos, uterinos y seminales. Plasman un momento de fecundación en una fiesta de color que evidencia el abrazo amoroso de Zeus y Atenea para crear las musas que inspiran el arte a los seres humanos.

Con Fragmentos del Fuego y los secretos del agua en ciclos de color, Marvin Campos ha logrado una síntesis significativa de poder creativo y vocación estética experimental, para abrir a su obra una senda de inobjetable belleza y trascendencia que no dudo causará un significativo impacto en el devenir de nuestra plástica.

La Prensa Literaria

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