Atendiendo invitación del coleccionista de arte, Phullip Guelle, el pintor primitivista Álvaro Gaitán Barrios, de la ciudad de Masaya, estuvo presente en International Artexpo Las Vegas, en el Hotel Mandalay Bay Resort & Casino, del 19 al 21 de septiembre, en la ciudad de Las Vegas, Estados Unidos.
Artexpo Las Vegas es una feria mundial de arte en donde por tres días convergen galerías, pintores, tiendas de subastas, firmas de diferentes revistas especializadas en arte y coleccionistas en una simbiosis de propuestas y sugerencias en las diferentes tendencias del arte.
Álvaro Gaitán ha expuesto en diferentes partes del mundo, en Japón en el Museo de Bellas Artes Taizi Harada, en el Instituto Iberoamericano de Berlín, Galería Gina en Israel, entre otros.
La pintura de Gaitán Barrios ha evolucionado notablemente. Ella nos sugiere los colores de un paisaje que se nutre de las cosas más simples de la vida.
Acerca de su obra, Gaitán Barrios dijo que se trata del deseo imperativo y de inventariar nuestro paisaje nacional, ya sea éste rural, urbano o lacustre, de incorporar los elementos con que está hecho el nicaragüense, eso incluye su mundo circundante, sus creencias, su cosmovisión frente a la vida misma, sus miedos y alegrías.
Muchos de nuestros pintores primitivos son ecologistas sin darse cuenta, es el hombre y su mundo. En sus memorias Vida Perdida, el poeta Ernesto Cardenal, cuenta que, José Coronel Urtecho le dijo una vez: Los pintores primitivos siempre han tenido añoranza del paraíso. Pintan el mundo no como es, si no como debería ser, que quizás mas bien es un anuncio del paraíso o una meta futura de la humanidad que hay que alcanzar.
En mis pinturas vuelvo al inicio de aquella nostalgia por el paraíso y la inocencia perdida. Nuestro paisaje nacional es parte de aquel primer gran proyecto del génesis y aún persiste entre nosotros.
La obra de Gaitán nos expresa su autenticidad y sus sentimientos, donde predomina una paz de espíritu omnipresente que no parece amenazada, lista a permanecer para siempre. A través de sus lienzos muestra un mundo mejor, sereno, donde lo sencillo y lo cotidiano representen las pequeñas grandes cosas de la vida. Su pintura no es onírica sino real, la vida cotidiana del campesino, del trabajador, de la gente sencilla, nuestros paisajes, nuestro pueblo.