Si en los años sesenta y ochenta la isla de Solentiname vivió su fulgor con el surgimiento de pintores primitivistas y artesanos, hoy la paradisíaca Isla de Ometepe, con sus dos municipios y comarcas del Norte y Sur de la isla, que rodean sus majestuosos volcanes, Concepción y Maderas, están experimentando un despertar cultural y artístico sin precedente en su historia local.
La Princesa Ometepetl en su jardín, la leyenda de Chico Largo, Ometepe y dos volcanes, Indígenas de Ometepe, Las Fiestas de Santa Ana y San Diego, y los muelles de Moyogalpa y Altagracia, son las constantes temáticas de este primer movimiento de pintores primitivistas, promocionados por los hermanos Abel Vargas, presidente de Asociación de Artistas y Gestores Culturales de Ometepe (AAGO) y por Carlos Vargas, director de la primera galería de pintura y artesanía Tamagastad, la que en un futuro piensa convertirla en museo y espacio cultural.
Ometepe está despertando con un movimiento artístico de pintores, artesanos, poetas y músicos, que están retomando lo mejor de nuestras raíces culturales, primitivistas y ancestrales, expresó Abel Vargas, quien además destacó que el primer pintor y escultor que puso en alto en nombre de la isla fue Arnoldo Guillén, miembro del movimiento plástico Praxis, que pintó sus volcanes, pero con diseños modernistas.
Los primeros impulsos de este movimiento fueron alimentados por la escuela de Solentiname, pudiéndose constatar que si bien estos pintores pintaban temas de diversos motivos, se han venido consolidando y promoviendo con mayor fuerza los de la Isla de Ometepe.
Por lo que a partir de los años ochenta los hermanos Vargas se han dedicado a promocionar este arte naif, tanto a nivel nacional como internacional, saliendo muchas de sus obras (como Isla lacustre, Mombacho, Islas de Granada, La Princesa Ometepetl en su jardín, Selvas y Encuentro de dos mundos), publicadas en libros especializados, como el The Naïve Word y Arte Contemporáneo y del Anticuario de Guatemala; así como en calendarios y postales.
Asimismo, recordó que durante las fiestas de Santa Ana la asociación AAGO organizó la Primera Feria Cultural Promoviendo lo Nuestro, logrando agrupar a una buena cantidad de pintores emergentes que siguen esta escuela naif de Ometepe, entre ellos a Salvador Guillén Irigoyen, Yasser Guzmán, René Ortiz, Silvio Rosales, Carlos Calderón, y el pintor y aventajado escultor Ignacio Martínez, discípulo del escultor Miguel Ángel Abarca.
Cuatro pintores de Ometepe
Abel Vargas. Pintor de selvas tropicales, promotor, administrador cultural, presidente de la Asociación de Artistas y Gestores Culturales de Ometepe (AAGO). Ganador del Primer Lugar en I Bienal de Pintura Primitivista Centroamericana Asilia Guillén. Su arte aborda temas ecológicos, precolombinos, coloniales, y leyendas de la isla. Es autor del mural Ometepe ecológico, ubicado en el Museo de Ometepe. Asimismo, tiene en avance su proyecto cultural y turístico La Casa del Artista, viniendo a ser un espacio para albergar a investigadores culturales y artistas, igualmente promocionar el rescate del arte y la artesanía autóctona.
Carlos Vargas. Pinta de manera autodidacta desde los años ochenta, siguiendo la escuela de Solentiname, promovida por el padre Ernesto Cardenal. Actualmente es director de la primera Galería de arte, Carlos Vargas (Tamagastad), ubicada en Esquipulas e inaugurada hace dos años. Su temática es el campo isleño, el lago, los dos volcanes, y el paisaje de Rivas, pintada con altos coloridos primarios y en tonos planos. En su espacio cultural ha promocionado pinturas de Reynaldo Zamora, Abel Vargas, Carlos Calderón, Yasser Guzmán, y pintores de Managua como de Carmen García, Santos Medina y Mauricio Mejía.
Salvador Guillén Irigoyen. Pintor autodidacta de Altagracia, sus pinturas paisajistas proyectan la imagen paradisiaca de la isla. Utiliza para pintar sus obras, acrílico, óleo y acuarela; también se apropia de materiales como la cáscara de huevo y maderas en corte de chuletas. También acude al reciclaje del papel y otros materiales afines.
Silvio Rosales de Altagracia. Litógrafo de profesión. Toda su pintura está inspirada en los diversos paisajes de la isla, pero la mayoría de sus obras son alusivas al municipio de Altagracia. Esta labor de artista iniciada desde cuatro años, es parte del despertar de su arte autóctono y de rescate indigenista.