- Nuevos asedios a Rubén Darío no es el único aporte de Nydia Palacios a los estudios sobre el insigne poeta nicaragüense. También formó parte del equipo de académicos que organizó la trilogía de Azul
Con la publicación de este volumen de ocho ensayos críticos sobre la obra dariana, Nydia Palacios confirma su devoción, persistencia y astucia como investigadora académica a lo largo de casi dos décadas. Al mismo tiempo, la editorial afirma sus vínculos con Rubén Darío en cuya poesía tiene su origen el nombre 400 Elefantes, ya una presencia formidable (real y virtual) en la siempre dinámica historia de la literatura nicaragüense. Como Palacios explica en una nota a sus lectores, Morfología, sintagmas nominales y recursos estilísticos en la Canción de oro data de 1988 como parte de un simposio organizado en torno al primer centenario de Azul El ensayo El elemento erótico en Coloquio de los centauros es de 1996 para conmemorar otro centenario importante, el de la publicación de Prosas profanas. Los otros ensayos se presentaron en sucesivos encuentros del Simposio Internacional Rubén Darío en León. Es de esperar que en una segunda edición se pueda incluir la imponente lección inaugural Rubén Darío bajo el celeste imperio de la melancolía: un estado de alma del Simposio de 2008, primera vez que una mujer se honra de esta manera. A propósito de este hito, Nuevos asedios es el único libro de ensayos críticos sobre Darío escrito por una mujer no sólo nicaragüense sino latinoamericana.
No hay un marco teórico único y exclusivo que oriente todos los ensayos de Palacios, aunque predominan elementos de la intertextualidad (sobre todo en Rubén Darío e Ian Gibson) tal como la formula el crítico francés Gerard Genette porque lo que fascina a Palacios en casi todos estos aportes críticos es descifrar cómo la literatura se lee como una relación o un conjunto de textos. De acuerdo con este modelo crítico nos corresponde como lectores descubrir en el texto que leemos las copresencias de dos o más textos. En el caso de Darío, estos intertextos significan una agilidad que le impulsa al creador entre distintos idiomas. El próximo paso consiste en entender cómo algunos escritores contemporáneos reescriben la obra de Darío. Palacios, al referirse a Gabriel García Márquez y El otoño del patriarca, habla de la presencia de Darío como personaje en esta novela y también de la incorporación de versos de Responso a Verlaine, lo cual significa una bella intertextualidad de múltiples niveles históricos y lingüísticos.
En el penúltimo ensayo de Nuevos asedios , Palacios analiza la novela policíaca Rubén Darío y la sacerdotisa de Amón (2003) del colombiano Germán Espinoza. En esta novela, Darío es un sabio detective que tiene que descubrir quién asesinó a la bella amante que muere envenenada en sus brazos. Aquí el poeta es un repositorio de conocimiento esotérico, y el novelista destaca el pensamiento dariano que aparece en poemas como Reencarnaciones, Metempsicosis y Coloquio de los centauros para darle a Rubén las herramientas psíquicas y espiritistas que necesita para resolver un crimen en que él mismo queda como sospechoso. Espinoza caracteriza a Darío como el Sumo Sacerdote del Modernismo, etiqueta que describe muy bien las inquietudes del poeta en relación con los misterios cotidianos y también cósmicos. Queda claro en el estudio de Palacios de esta novela (cuya fuerza reside en las ciencias ocultas) que los grandes enigmas permanecen intactos.
En el ensayo El imaginario femenino en Cantos de vida y esperanza, Los cisnes y otros poemas, la autora presenta el tema del erotismo en relación con las transformaciones ovidianas. Al afirmar que herederos de la cultura greco-latina, los poetas de Occidente han perpetuado imágenes de la mujer a través de un código elaborado por la cultura patriarcal y al citar a una crítica como Lucía Guerra Cunningham, Palacios crea la expectativa de un análisis feminista, lo cual arrojaría mucha luz sobre un aspecto aún oscuro de la obra dariana: la violencia sexual contra la mujer. Tiene que haber otras formas más actualizadas de interpretar las violaciones de Europa y Leda cuando Zeus se metamorfosea en toro y cisne en los conocidos poemas de Darío, lecturas que van más allá de la caracterización de estas uniones como un acto sagrado en las palabras de Palacios.
En el último ensayo, Palacios afirma que la actitud de Darío hacia los Estados Unidos y su cultura pragmática y trabajadora que admiraba, se aboga más bien por la esperanza, y que Salutación al águila es un poema a la unidad, al futuro, al respeto mutuo entre los pueblos. Al final, sin embargo, dice que Darío desconfía en el optimismo y odia a los pensadores reacios a lo novedoso que nunca quieren otorgarles a las nuevas generaciones la libertad que necesitan para crear y para no someterse, como dice el poeta en Dilucidaciones, al horror de futurismo. Esto coincide con lo que Darío afirma en su crónica M arinetti y el futurismo (1909): Lo Futuro es el incesante turno de la vida y de la muerte. Es lo pasado el revés. Hay que aprovechar las energías en el instante, unidos como estamos en el proceso de la universal existencia. Y después dormiremos tranquilos y por siempre jamás. Amén.
Nuevos asedios a Rubén Darío (1988-2007) no es el único aporte de Nydia Palacios a los estudios sobre el insigne poeta nicaragüense. También formó parte del equipo de académicos que organizó la trilogía de Azul , Prosas profanas, y Cantos de vida y esperanza con introducciones, notas y bibliografías sumamente útiles. En Nuevos asedios Nydia Palacios examina nuevas facetas de la obra dariana desde la perspectiva de una mujer erudita que ha sido persistente en su labor de producir este fascinante libro de ensayos críticos. Cabe preguntarse si los organismos académicos y culturales de Nicaragua sabrán reconocer debidamente esta obra pionera.
Catedrático de St. Lawrence University