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Incluso de pequeños

William Arturo Grigsby Vergara. Nació el 3 de febrero de 1985, Managua. Mención de Honor en el Concurso Internacional de Poesía Joven Ernesto Cardenal 2005. Ganó el segundo lugar en el concurso de cuentos patrios de La Prensa Literaria (2008). Su poemario “Versos al Óleo es seleccionado para ser publicado por el Instituto de Cultura […]

William Arturo Grigsby Vergara. Nació el 3 de febrero de 1985, Managua.

Mención de Honor en el Concurso Internacional de Poesía Joven Ernesto Cardenal 2005. Ganó el segundo lugar en el concurso de cuentos patrios de La Prensa Literaria (2008). Su poemario “Versos al Óleo es seleccionado para ser publicado por el Instituto de Cultura de Nicaragua en el concurso Mi primer Libro 2008.

Mar de abrazos rubios que me llegan desde tus oleajes breves

y tus ojos verdes cruzando la cuenca de los míos

y nuestras miradas chocando como cables de energía

mientras nos morimos de amor como en los buenos libros.

Recuerdo tu piel rodando en una cama de estrellas infinitas

por donde mis suspiros pasaban dejando cálidas estelas

y yo te amaba en silencio, soñando con la luz de las

caricias que iluminaban tu cuerpo mientras lo tanteaban

tibio.

Te recuerdo en un lecho de sueños blancos y de azules noches

que cubrían el cielo de nuestros encuentros áureos,

por las celestiales cumbres del silencio, los gemidos y

armonías, se unían al suspiro humano que a su vez se unía

a la cósmica letanía de los más lejanos astros.

Te recuerdo humana recibiendo poco a poco mi cariño intacto

y sincera te alargabas en la memoria de mi infancia sin

prejuicios y juntos imaginábamos amarnos incluso de

pequeños.

Tu nombre

El eco de tu nombre persigue mi pecho

y tu nombre es una sola palabra

que no se puede llevar el viento,

una sola palabra invisible

que no puede pronunciar el viento.

Tu nombre pesa en mis labios

cuando sale de mí

como lamento.

Tu nombre me llama, tu nombre siento

que tu nombre también lleva tu cuerpo

y tu cuerpo también lleva tu alma

y cuando te llamo por tu nombre

te siento temblar en el cuerpo.

Me pierdo cuando te canto llorando

y tu nombre pronuncio temblando

y te invoco mirando hacia el cielo

y espero que un ave baje cantando

y conmigo salgan volando tus labios

y en ese vuelo yo bese tu cuerpo

y mi voz se te pierda con tu nombre

y desde entonces no tenga más que llamarte.

La Prensa Literaria

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