Hila piel morena
hila ojos rasgados
olor de adobe y pino fresco
sentada en el patio de tierra
su cabello era un espejo
manos de caricia y chicote
manos de trabajo y destiempo
manos de ofrenda
bailando el son con las abuelas
pasos cortos y melancólicos
girando, en rueda, despacio
junto al eterno circulo del tzolkin.
Mujeres
Vienen
dando la espalda a su sombra
en fila
cargando cruces negras
ellas
frente al palacio de gobierno
en la espalda sus hijos
al frente la ausencia
escrita en un papel
la consigna
no tiene sentido
cuando solo el silencio escucha
siguen cargando las cruces
-somos campesinas,
exigimos la tierra
para trabajar y alimentar-
-No podemos dormir
no sabemos que hacer al otro día-
-Si tuviera un pedazo de tierra
dormiría contenta-
ellas se van
cargando sus cruces
que al regresar al pueblo
usarán como leña.