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Poeta mayor del canto

Por la zona donde crecí era común escuchar las canciones de Camilo Zapata. Un recuerdo claro de infancia, oír el tarareo de la música de El Caballito Chontaleño fue la primera noticia que tuve sobre las canciones que nos indentificaban en el folclor nacional. Años después, en mi ejercicio como periodista conocí al autor de […]

Por la zona donde crecí era común escuchar las canciones de Camilo Zapata. Un recuerdo claro de infancia, oír el tarareo de la música de El Caballito Chontaleño fue la primera noticia que tuve sobre las canciones que nos indentificaban en el folclor nacional.

Años después, en mi ejercicio como periodista conocí al autor de dicha pieza, un hombre moreno de vestir sencillo, campechano al hablar, un poco dicharachero, alegre y de buen sentido del humor, al que llamaban con mucha reverencia el Padre del Son Nica.

De esa primera entrevista vinieron otras, artículos, encuentros con don Camilo Zapata en homenajes y recepciones en su nombre donde se cantaban sus piezas más conocidas como El Solar de Monimbo, La Minga Rosa Pineda, El Nandaimeño, El Ganado Colorado, “Nindirí, Ticuantepe, Callecita Colonial. y Flor de mi Colina son himnos en los festivales focloricos y danzarios.

Es de más decir, que su música y letras son poesía vernácula salida del espíritu de la tierra, un canto que dialoga con el maíz, el barro, el comal, la piedra de moler, son los poemas de un enamorado de la tierra y de la figura femenina que tiene presencia en canciones como Flor de mi Colina,; “No negrita linda no me hagas sufir que tendré el cuidado de hacerte feliz”.

Él fue el primer nicaragüense que grabó en disco Caballito Chontaleño y Solar de Monimbó, prensado por la RCA de México, cuando los discos eran de 78 revoluciones por minuto, y fue, además, el primer músico nicaragüense en internacionalizarse.

Así, la presencia de don Camilo Zapata estuvo siempre y principalmente en aquellos dedicados al canto y a la música, compositores, solistas y folcloristas que hoy lloran la partida del Clarinero Mayor como lo llamó el cantautor Carlos Mejía Godoy que fue influenciado por él.

La música de Camilo Zapata, surgida de la entraña más honda y pura de nuestra nación, con largas décadas de andadura, sigue conservando toda la fuerza y el encanto que caracterizan a las expresiones auténtica de una cultura.

Cultura de la Nicaragua con olor a flor ancestral, arcilla y tierra mojada , sabor a fruta fresca, creador indiscutible del son que nos identifica.

Uno de los más grandes cantautores y padre del son nicaragüense, Camilo Zapata, maestro de maestros de la música nicaragüense, deja un legado a sus 92 años después de ir cantando a la vida y al amor.

Intelectuales, músicos, compositores y otros artistas nicaragüenses lamentan el deceso de Zapata, quien nació en Managua el 27 de septiembre de 1917 y es reconocido por su aporte valioso en la danza, pues junto a la folcloróloga Irene López, fueron fundadores de una de las primeras escuelas de danza en la capital.

Padre, maestro y hermano del canto vivirá en nosotros con sus melodías por los siglos de los siglos, amén.

La Prensa Literaria

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