- Mundos de naturaleza
El abandonar la sociología y la docencia, por las labores del campo, el hogar y la pintura, parecerá a muchos académicos algo ináudito en estos años, donde la mujer lucha por espacios profesionales e institucionales; más no es así, asegura Luisa Guerrero, que ha buscado su propio camino de libertad y felicidad, en su familia y su arte.
Con estudios en Nicaragua y España, esta mujer un día dejó de impartir sus clases en la Universidad Centroamericana, UCA, y se marchó a su pequeña finca a cultivar limones y pitahayas, y a cuidar de sus hijos, a la par que iniciaba su arte en casa con plena libertad y gozo de estilo.
Su incursión en el cerrado mundillo de las artes plásticas no fue intempestivo y desventurado. La semilla comenzó a germinar desde su niñez, le siguió en la adolescencia, hasta que encontró a sus guías en la pintura: el primero Payo Flores, luego recibió clases libres con los maestros Fernando Saravia y Sergio Velásquez, y últimamente con el excelente maestro de dibujo Shemell (José Miguel Flores Antón).
Si bien siente que su pasión tiene matriz autodidacta, la verdad es que ha tenido formación libre de arte, la que ha compaginado con lecturas sobre los grandes pintores clásicos, impresionistas y contemporáneos, incluyendo a nicaragüenses, Federico Nordalm, y Armando Morales, este último por manejo de las temas de bodegones y desnudos, preferencialmente. Esto sumado a las continuas visitas a las exposiciones de arte.
Es sobre estas experiencias y motivos que exploro este oficio, pero en libertad de creación, de movimiento de las formas y de mi propia realidad, buscando algo nuevo en mis pinturas, expresa Guerrero, quien se siente feliz por exponer junto a la poeta Luz Marina Acosta; ambas pintoras exhibirán su muestra pletóricas de naturalezas e intimidades sensuales, en galería Códice, dejándonos su huella de arte, talento y mujer.