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José Cuadra Vega. LA PRENSA/Archivo.

Poeta del amor sin tiempo

José Cuadra Vega celebra sus 95 años con el hallazgo de poemas inéditos y Cantos a Doña Julia con quien lleva 75 años de vida juntos Este año Chepito Cuadra, poeta del buen amor, ha recordado desde su solariega casa de la Centroamérica y con su antología en mano, que ha cumplido 95 años y […]

  • José Cuadra Vega celebra sus 95 años con el hallazgo de poemas inéditos y Cantos a Doña Julia con quien lleva 75 años de vida juntos

Este año Chepito Cuadra, poeta del buen amor, ha recordado desde su solariega casa de la Centroamérica y con su antología en mano, que ha cumplido 95 años y que va por otro diez más contrapronósticos; también que lleva 75 años con su inseparable musa y amante esposa, a la cual le escribió el texto de amor conyugal Poemas para Doña Julia .

La excepcional y larga vida de este poeta motivó recientemente a la maestra de español Gladys Espinosa Sandino y niños del colegio René Schick, festejar con un recital las “bodas de diamante” de Chepito con su doña Julia, eterna musa nacida un 19 de julio de 1914, con la que contrajo nupcias en la iglesia de Niquinhomo, cuando ella frisaba los 20 años.

Para este longevo y jovial poeta nacido en Xalteva, Granada en 1914, el tiempo parece no existir, sino el amor total. No sólo el amor a su doña Julia, se desgrana de sus versos, sino a la mujer del pueblo y la mística, escribiendo su otro poemario Canto a la Virgen Pájara María.

Por igual su ars poética se ha extendido con versos de amistad a toda una gran pléyade del círculo poético, periodístico, cultural y familiar. Muchos de ellos idos, a los cuales les dedicó sus versos y cartas, como al padre Ángel Martínez, Pablo Antonio Cuadra, Juan Aburto, Mario Cajina Vega, Gustavo Adolfo Páez, Franz Galich, William Ramírez, Álvaro Urtecho y don Carlos Garzón.

Su poesía oralz

Es posible que otros de sus poemas anden sueltos; principalmente aquellos dedicados a sus amigos, como el que recién descubrí en sus escasísimos archivos, titulado A Martha Ligia, en sus 15 años. Según el poeta estos versos románticos y rítmicos de ocho cuartetos los escribió hace 50 años a su amigo Raúl Sánchez Velásquez, para su novia. Ellos, recuerda el poeta, “ahora ambos dos de Masaya, están en la presencia del Señor”.

Y si Chepito, no ha escrito más, no es porque “se le ha secado la fuente” como él dice; sino que ha cambiado su estilo, ahora el poeta sigue recitando en vivo, sigue haciendo humor en su prosa oral, que también es poesía verbal, performance en casa cuando le visitan sus amigos; o cuando el mismo los llama por teléfono, dejándoles su descarga de poesía y su frase de entrada y despedida de “La paz en Cristo”.

Ars amatoria

El escritor Juan de Jesús Aburto, en unos de sus escritos, lo recuerda recitando poemas ligeros y efusivos en las peñas y bohemias de la lejana época: “La noche criolla”, “La petit café”, “Camilo Palito”, “El barranco”. El poeta irónicamente me dice no recordar estos “oscuros lugares a los que cree llegó por pura casualidad”.

Su hermano, Manolo Cuadra, sufría por el poco brillo de su nocturna “arts literaria”. Pero fue con su célebre obra Poemas para Doña Julia , editado tres veces, y pasando los setenta años, que lo situó en las avanzadas de la literatura joven nicaragüense.

El amor, el humor y la fe, son parte de la trinidad de su amorosa poesía, hablada por sus tres personajes José Cuadra Vega, don José y Josecito, estos dos últimos personificados en su obra literaria. Estos elementos trinitarios amor-humor-fe, que marcan su obra antológica, también son valorados por el escritor Franz Galich que los ve en un ensayo critico como la Suma del buen amor.

Por lo que, su poética de amor pleno, a como comentó una vez Carlos Martínez Rivas, reúne en su esencia íntima los valores morales entregado al amor, trascendiendo los límites literarios. Este elogio de CMR, lo llevó a escribirle el poema Himno de doña Julia para don José.

De esta manera, su poesía goza de un particular estilo de juglaría renovada, de versos matizados por su humor y gracia rítmica, muy original por cierto, también elogiada por José Coronel Urtecho que calificó a Josecito como el “poeta de las palabras, de la pura palabrería personificada, de profundidad ritual humor y la gracia sin par”.

Como ven, Don Josecito recuerda en muchos detalles estos comentarios que reúnen su historia en la antología de su obra. Su memoria sigue fresca a pesar que dice “padecer el mal de Alzhéimer”, el que en muchas ocasiones utiliza como un “güegüe de la poesía juglar” para aparentar olvido.

No obstante a pesar de su avanzada edad, su deteriorada salud, producto de la arterioesclerosis coronaria, el amor y humor picarón, le siguen dando fuerza para seguir olvidándose del tiempo, y seguir junto a su Doña Julia en su casa de la Centroamérica, la L-835, balanceándose en sus mecedoras; en tanto le hace grata compañía la “Muñeca”, una perrita colochona color negro, que con sus ladridos también aleja el tic tac de las horas.

Chepito Cuadra afirma que este poema inédito lo escribió hace 50 años, que nunca fue publicado y tampoco incluido en su antología.

La Prensa Literaria

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