- Carlos Mejía Godoy en un concierto dinámico cantó a los héroes de la Guerra Nacional, a la Independencia de Nicaragua y a los valores patrios
Vamos a contar la historia
La Historia de nuestra Patria
Vamos a cantar la historia
De mi tierra Nicaragua
Ya conocemos la historia
Esa es la historia oficial
Pero falta la otra historia
Menos tiesa y menos seria
La que fluye por la arteria
Del corazón popular
Con esos versos vitoreados por Carlos Mejía Godoy, así inició el concierto El Mural Sonoro a los héroes de la Patria, al que dio vida con sus composiciones e invitó a músicos nacionales, la noche del jueves, en el Teatro Nacional Rubén Darío.
Una pléyade de artistas iluminó el escenario de la sala mayor, entre ellos el actor Salomón Alarcón que protagonizó en el espectáculo al cronista Don Plutarco Vigil y Arancibia, que rela tó los pasajes y personajes que participaron en la Guerra Nacional y que fueron interpretados por las composiciones de Mejía Godoy.
Además del evento musical, la presencia de actor Carlos Rodríguez le dio un matiz especial, fue el coplero de la noche, representando el espíritu callejero y sabio del pueblo, entre intervenciones de humor. Ambos personajes, fueron acompañados por estudiantes de la Escuela de Teatro dirigidos por Alarcón.
La actuación de Mejía Godoy junto a los de Palacagüina, El Coro de Cámara de Nicaragua, Camerata Bach y los arreglos de Raúl Martínez, Hugo Castilla y Francisco Cedeño, hicieron del concierto, un verdadero canto épico a los héroes de la Patria.
Mejía Godoy, es quizá el único cantautor que más ha cantado al heroísmo de los hombres y mujeres nicaragüenses, Sandino, Carlos Fonseca y a los soldados anónimos que han estado presente a lo largo de su prestigiosa carrera musical.
¿Cómo nació la idea de hacer estas composiciones?
Empecé en julio del 2001, estaba con toda la dinámica del programa de televisión El Clan de la Picardía, pero en mis ratos libres aprovechaba para hacer mis canciones. Cantando el corrido de Tino López Guerra Nicaragua Mía, me percaté que es la única canción donde aparece la gesta de Rafaela Herrera, caí en la cuenta que era la única canción donde se mencionaba un símbolo de nuestras fiestas patrias. Entonces pensé que escribiría un tributo dedicado a nuestros heroicos caciques, aquéllos que sentaron las bases de nuestra dignidad.
Me puse a trabajar, inicialmente en lo que llame Oratorio a los héroes de Septiembre y fui agregando personajes, como Cleto Ordóñez, William Walker, personajes de la guerra nacional. Y crecieron las canciones donde está toda la imaginería de la oralidad.
¿En el Festival de Poesía de Granada en febrero de este año hubo un pre estreno de la obra. Observé en esa ocasión melodías de cha cha chá, tango, foxtrot , ballenato. Toda una mezcla de ritmos?
Son veinte canciones en total. El tango dedicado a Cleto Ordóñez. El foxtrot combinado con ballenato dedicado a la llegada de William Walker, tiene un country, hay también son nica.
¿A nivel musical hay mucha experimentación?
Sí. Para las letras quise que no fuera solo un arreglista, están Raúl Martínez, Hugo Castilla, Francisco Cedeño, Eduardo Araica, y como responsable de los arreglos del coro a Julio Vásquez, no todo es igual, tienen diferentes texturas.
Hay canciones como corridos, muy alegres, hay son nicaragüense, hay cha cha chá, usamos las sonoridades que la juventud de antes y de hoy conoce.
También están los contrastes de lo popular a los lírico, como la canción a Morazán que es un poema de Neruda que yo adopté y el epigre es un poema de Antenor Sandino Hernández. Hay corridos, country para la canción de Vanderbilt y fragmentos de Por los caminos van los campesinos de Pablo Antonio Cuadra.
¿Por qué identifica a Cleto Ordóñez con un tango?
Bueno, la historia dice que Cleto era un excelente orador, un comunicador natural y que era serenatero y le encantaba la bohemia, le gustaba la guitarra.
Era un hombre que le gustaban los juegos de palabras, hay una parte en el concierto que hace referencia al discurso de Cleto Ordóñez que dice: a partir de ahora se acabaron los Don, se acabaron los privilegios, se acabó don Antolín, se acabó don Filemón ahora el que sea don va a ser din, al algodón se le voltió el calcetín y en vez de ser algodón va hacer din. Invité a cantar el tango para Cleto a Pepe Fierro, que asumió el papel con mucha dignidad.
Otro aspecto del concierto es la intervención de Jorge Brenes Montenegro, un contralto que ejecuta dos temas, el personaje de Juan Santamaría que repite la gesta de Mongalo y además hace el papel del chavalo que viene de un desfile escolar, sudoroso, cansado después de marchar y frente al espejo se pregunta si la participación en la celebración de las fiestas patrias solo se reduce a la marcha. Él hace un juramento a Tata Lolo (al abuelo de la patria, José Dolores Estrada) que dice: que quiero ser el hombre que te quiere imitar, que va más allá del rito de la jura de la bandera, el desfile escolar generalmente se queda en la superficialidad, los chavalos no profundizan en el compromiso con la patria de estudiar, de prepararse para el futuro de Nicaragua.
¿Los jóvenes lo motivaron a escribir estas canciones?
Pasa lo siguiente la gente sabe quien es Morazán, cuando se le pregunta inmediatamente hacen referencia a la Colonia Morazán, pero no saben que esa colonia se llama así por Francisco Morazán, como la colonia Centroamérica se llama así por la Unión Centroamericana, por Salvador Mendieta gran unionista.
Si le preguntás a un chavalo ¿los filibusteros le pegaron fuego a Granada y quién fue el responsable? y le decís fue Charles Friederick Henningsen, el chavalo te responde que él es pelotero de las grandes ligas, eso pasa entre la gente.
Algunos saben que hubo una batalla de San Jacinto, pero no saben que vinieron los indios flecheros descalzos de Matagalpa a participar, la gente sabe que Mongalo le pegó fuego al mesón de Rivas, más no sabe que fueron dos: Felipe Neri Fajardo y el profesor Mongalo, todos estos detalles están presentes y con la musiquita se fijan con más facilidad en la mente de los chavalos.
El propósito de esta obra, es llevarla al teatro, a las calles, el próximo año mi sueño es presentarlo en una plaza totalmente gratis, llevarlo a Granada, León, Estelí, Chontales, Boaco, Chindega, a unas ocho ciudades para que el pueblo, que es el verdadero generador de todo esto que nosotros hacemos, disfrute sin tener que pagar un centavo y disfrute a lo que tiene derecho.
¿Ha cantado a los héroes de la patria con el lema de la identidad?
Lo hago con un lenguaje sencillo, con una metáfora que va a los nutrientes del habla popular como la retahíla, la copla, el proverbio, las coplas.
En el mural sonoro… está el atabal de Granada en la persona de Fernando López (el cabo López) que mantiene viva una de las representaciones populares más auténticas, necesitamos volver a los poesilleros que inventaban cosas divertidas sin caer en la vulgaridad y el facilismo, ellos. los copleros vienen a cantar la gesta de Mongalo del barrio de Santa Lucía de Granada.
¿Está buscando los símbolos del heroísmo?
Buscamos valores. Como digo en la obra: La Batalla de San Jacinto nos deja una sabia lección. Y es que todos los que participaron, todos, desde el General Estrada, sus lugartenientes, sus más abnegados combatientes, pasando por el soldado Andrés Castro y los indios flecheros de Matagalpa, todos, sin distingos de creencias religiosas ni ideologías, fueron decisivos para repeler a los enemigos de Nicaragua.
Qué ejemplo más bonito nos dieron los patriotas. Ellos lo dieron todo por nuestra dignidad.
Después de sus hazañas, no encontraron razones, para ocupar un puesto en el Estado. Ni ministros panzones, ni orondos diputados.
Por algo Leonel Rugama dijo en su poesía: Los héroes no dijeron que morían. Simplemente cumplieron su deber. Y nada más.
La juventud de ahora, inquieta se pregunta. ¿Dónde están los relevos de esta generación? Soy un chavalo humilde Bernardo Paladino, que viene de una escuela desde Ciudad Sandino a dar mi testimonio, cantando esta canción.
¿Que desea que la juventud mire en estos personajes?
Para mí, es importante que la juventud se mire en estos valores, en estos símbolos, no solamente de identidad de raza, sino identidad de valores y de principios.