- Un viaje al pasado precolombino y el encuentro europeo con la espiritualidad indígena. Desenterrando una vez más la discusión sobre civilización y barbarie, cultura y salvajismo, religión y mito
Los sacrificios humanos que se encuadran dentro de la vida del mundo mexicano precolombino (Mundo azteca y otros), fue usado por los conquistadores como un elemento de comparación, entre ¨El indio criminal, salvaje y cruel y lo que era una expresa mitificación del hombre español; es decir la oposición entre humanidad y civilización, como modelo español épico y el mundo indio salvaje.
Esto obviamente llevó a la necesaria desmitificación de la figura del conquistador. Toda esa fuerza de desmitificación se debe en lo particular a la obra Los Naufragios de Alvar Núñez Cabeza de Vaca -Naufragios y comentarios, acompañado de otros documentos inéditos, Ed. De Serrano Sanz, Madrid, Vol. 1, pp. 34 y otros textos que señalan el discurso narrativo del fracaso de lo que era el planteamiento de la civilización conquistadora.
Todo esto hay que señalarlo como un botín mítico fabuloso empezando en los diarios y cartas de Colón con todo y elucubraciones fantásticas además de la relación hecha como un éxito espectacular de la conquista que llevaron a cabo Cortés en México y Pizarro en Perú.
También hay que hacer notar otro elemento en el cual se señalaban las peores atrocidades cometidas por los indígenas como era principalmente el canibalismo; pero el mismo Alvar Núñez relata en su Naufragio otros casos de canibalismo que es muy importante señalarlos y que lo importante resulta que el hecho de este canibalismo era practicado no por los indígenas, sino por los conquistadores españoles.
El primer caso de este canibalismo es el de los cinco cristianos que se habían refugiado en la costa. Al llegar los fríos rigurosos del invierno, cuenta Alvar Núñez que ¨cinco cristianos que estaban en rancho en las costa llegaron a tal extremo que se comieron los unos a los otros hasta que quedó un solo que por ser solo no hubo quien lo comiese¨.
El segundo caso es el de Esquivel, que se encontró en pleno mes de noviembre sufriendo tales rigores del hambre y de frío que sus compañeros ¨se comenzaron poco a poco a morir y los que morían los otros los hacían tasajos; y el ultimo que murió fue Sotomayor y Esquivel lo hizo tasajos y comiendo de él se mantuvo¨.
La inversión de papeles que implica la atribución del canibalismo a los españoles se completa dentro de los Naufragios con la descripción de la reacción de los indígenas ante tal comportamiento: ¨De este caso se alteraron tanto los indios y hubo entre ellos tan gran escándalo que sin duda, al principio ellos pudieron haberlos matado.
La implicación de estos papeles, transforman a los españoles en salvajes subhumanos y a los indígenas en representantes de humanidad y civilización.
Lo que vamos a referir sobre la descripción y demás consideraciones sobre los sacrificios humanos, como antes lo dijimos, este fue otro elemento usado por los conquistadores como actos de gran salvajismo indígena criminal y cruel; así se expresa Ginés de Sepúlveda que se lo echa en cara a Bernardino de Sahagún quien le respondió claramente indicándole que al querer interpretar un acontecimiento ajeno a su propia civilización, como lo hacía Sepúlveda no le daba derecho a opinar a la ligera sobre un hecho sobre el cual él no tuviera un neto conocimiento y que de primero habría necesidad de considerar que los sacrificios eran un acto dentro de la liturgia de la religiosidad indígena: religiosidad que venía desde las raíces más profundas de su propia cultura indígena .
Sahagún expresaba que él no estaba de acuerdo en ningún momento, es decir que no se trataba de aprobar nada, pero tampoco de rechazar todo y que el ser objetivo era mantenerse apegado al estudio de este tipo de fenómeno del comportamiento humano que quedaba fuera del pensamiento y mentalidad de la cultura española.
Tomando, pues el asunto de los sacrificios humanos en el viejo México (azteca y otros) más allá de un simple quehacer aquí el indio se mueve dentro de una geografía mítica siendo el simbolismo primero.
Lo que sigue lo tomo de la extraordinaria obra de – Caterina Magni ¨Les Olméques des Origines au Mythe¨, – editions du Seuil – may 2003.
Traduzco: es extremadamente interesante hacer notar que todos estos acontecimientos ocurrían durante la llamada ¨Fiesta del Fuego¨, considerada una novedad dentro de la simbología sexual y que puede ser ampliada dentro de una doble metáfora: a) la utilización de un instrumento de madera que sirva para alumbrar el fuego, y el sacrifico humano que consiste en arrancar el corazón por medio de un cuchillo.
Resumiendo las principales etapas de este acontecimiento llamado xiuhmolpilli o la ligadura de los años que era un ceremonia que marcaba el fin de un ciclo de 52 años y el comienzo del ciclo siguiente, todo eso recordando que para los aztecas mexicanos este momento crucial podría coincidir con el acabamiento de la humanidad.
Cuando ese día se aproximaba, los habitantes de México tiraban al agua dentro de los canales y de la laguna sus ídolos en piedra o en madera y se desprendían de la mayor parte de sus objetos domésticos como las piedras de moler o los morteros. Al mismo tiempo ellos limpiaban con mucho cuidado sus casas y apagaban todo lo que era fuente de fuego. Durante ese tiempo los religiosos vestidos de ornamento distintivo, como si fueran dioses, salían en fila marchando lentamente y en silencio hacia la colina de uixachtlan.
Todo esto se hacía en los alrededores de Technotlitan en la cima del monte que la fuerza de la imaginación mexicana hace radiar como un gran día, la insistencia y redundancia metafórica que aparece como una prenda de gracia.
Escuchemos a Bernardino de Sahagún: esto se practicaba en horas de la noche, se colocaba un trozo de madera que encendido iba a hacer usado para colocarlo en el pecho del cautivo prisionero de guerra, ya que alumbrando con este fuego que se hacía en el trozo de madera seca que iba además unido a otro trozo de madera más largo como si fuera la vara de una flecha, se hacía frotar con las manos rápidamente y cuando el madero estaba encendido en llamas se lo llevaba hasta el pecho del cautivo y abriéndole enseguida el pecho con el cuchillo le arrancaban el corazón para luego tirarlo al fuego que habían hecho a un lado de la víctima y luego ese mismo cuerpo lo tiraban para que se consumiera en el mismo fuego. Esto lo hacían solamente los religiosos que podían celebrar el oficio y que tenían que mantener vivo el fuego; también participaban otros que venían de otras zonas y que los llamaban ¨Calpulco¨.
Este señalamiento es muy importante porque los ancianos mexicanos creían que si uno no se proveía con alumbrar ese fuego el fin de la raza humana estaba próximo. Esta era una escena apocalíptica: el sol no se levantaría más y las tinieblas serían eternas y entonces los tzitzimimes, bestias feroces, descenderían del cielo y venían a devorar a los hombres.
Desde que el fuego brillaba y el ciclo era recuperado, la gente cumplía ritos de penitencia y desangrándose ellos mismos, abriéndose las orejas con pequeños cuchillos y luego recogían esa sangre y la esparcían donde había fuego.
Todo el mundo debía someterse a una práctica autosacrificial, como por ejemplo hacerle también incisiones en las orejas a los niños que estaban en la cuna.
Los hombres, de apariencia sana los escogían como corredores ágiles que eran los encargados de llevar el fuego en antorchas de madera de pino y se lo iban pasando a todos los residentes que encontraban. sobre todo a los que estaban en el templo de Huitzilopochtli ; y pudiera decirse que con ese fuego se daba algo así como la claridad del día, comenta Bernardino de Sahagún, frente a ese espectáculo de fuego. Para poder apreciar el valor intrínsico de la muerte regeneratriz es conveniente dentro de un juego de contrastes oponerse a la muerte definitiva ante su antónimo; que viene entonces cuando el ciclo vital se interrumpe. Uno se puede preguntar sobre la metáfora mesoamericana y que es susceptible de traducir la nada o la total ausencia de vida.
Por aparte, sobre el nuevo y último nivel de Mictlan se encuentra la respuesta. Este inframundo está destinado a los que no han sido escogidos, aquellos que perecen de una muerte ordinaria. Sus tonallis se dispersan para siempre. Después de un largo viaje puntuado con pruebas sufridas, al imagen recorrido inicial, el difunto desaparece inexorablemente en el trasfondo chthoniens, esta disolución difícilmente aceptable por el hombre se traduce por el cierre y la negación de toda eclosión, que ya sea humo o vapor. Palabra, semen, sangre o energía vital El último registro del Mictlan está designado por la fórmula extremadamente concisa: lieu sans orifices pour lafumeé (Lugar sin orificios para el humo).
Discurso Narrativo de la Conquista de América. Beatriz Pasto. Premio Casa de las Américas 1983. Ed. Casa de las Américas. Cuba.
Recordemos que la combinación de los calendarios solares y divinos permite terminar en un ciclo de 18980 días sea de 52 años. En su término hay un nuevo ciclo que comienza, lo contado se lleva a cero y vuelve a contarse lo que va a completar 58 años después. De parte de nosotros aprovechamos para aclarar que se tenía entendido que estos sacrificios humanos eran más o menos usuales y frecuentes pero hay que dejar bien establecido que sucedían cada 52 años.