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Para el papa Francisco, el gran “regalo” del Niño de Belén es la buena noticia de que Dios ama inmensamente al ser humano.
“El nacimiento de Jesús, de hecho, nos trae la buena noticia de que somos amados inmensamente e individualmente por Dios, ¡y este amor no solo nos lo hace conocer, sino que nos lo da, lo comunica!”, dijo el papa en su catequesis del miércoles.
Añadió que en Navidad, Dios se revela no como alguien que está en lo alto y domina el universo, sino como el que se baja, ¡Dios se baja! Desciende a la tierra, pequeño y pobre, significa que para ser como “Él, no debemos ponernos por encima de los otros, sino más bien bajarnos, ponernos al servicio, hacernos pequeños con los pequeños y pobres”, explicó.
El papa continuó: “Pero es algo feo cuando se ve un cristiano que no quiere bajarse, que no quiere servir. Un cristiano que se pavonea por todos lados, ¿es feo eso, no? ¡Ese no es un cristiano! ¡Ese es un pagano! señaló el papa Francisco.
Francisco, exhortó “confiémonos a la materna intercesión de María, Madre de Jesús y nuestra, para que nos ayude en esta Santa Navidad, ya cercana, a reconocer en el rostro de nuestro prójimo, especialmente de las personas más débiles y necesitadas”.
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