Por Oscar González Morales
Altamira, céntrico, amplias habitaciones, baño privado, cable, wifi, ambiente familiar y seguro, por día, semana o mes. A primera vista, lo descrito por las letras negras sobre fondo amarillo convencen, pero habrá que ver más.
Antes, una llamada al número colocado al final del anuncio. Lo primero es preguntar la dirección y luego el precio, o pensándolo mejor, primero el precio y luego la dirección.
El interesado puede ser un joven que llega a Managua —procedente quizás de Boaco, Río San Juan o Matagalpa— para sus estudios universitarios, y serán sus padres los que asumirán la renta del apartamento.
Tal vez es una joven que acaba de terminar sus estudios, consiguió un trabajo y quiere tomar su propio rumbo, aunque esto signifique aprender cuánto cuesta la vida.
O quizás es toda una familia, que aún no tiene el dinero para la prima de una casa o ninguno de sus miembros es candidato para recibir un crédito hipotecario.
Cualquiera que sea el caso, la renta es la opción y aunque en Managua hay de dónde escoger, la lista puede irse achicando cada vez más en dependencia de los gustos y, sobre todo, del presupuesto.
La búsqueda del lugar perfecto (aunque como dicen nada es perfecto) puede hacerle sudar, llevarle a la molestia y hasta a la desesperación.
Pero no todo está perdido. Tome lápiz y papel, que Domingo les presenta el panorama del alquiler en Managua y cómo puede afrontarlo.
Universitarios invaden
A la capital llegó Víctor, con el sueño de convertirse en un arquitecto y para realizarlo no tenía otra salida más que dejar su hogar, en un departamento del interior del país.
Fue así que se dio a la búsqueda del sitio ideal para él. Una cama, baño, cerca de la universidad, servicios básicos incluidos en la renta y el costo, no más de 150 dólares.
Para este muchacho, y cualquier otro en su situación, existe una amplia oferta en la ciudad. Reparto San Juan, el barrio Edgard Munguía, la Colonia El Periodista, Los Robles, el sector que se conoció como La Piñata, son algunos de los sitios donde pueden encontrar su hogar temporal.
“En algunos casos se reúnen tres o cuatro jóvenes y rentan casa o apartamento amueblado”, explica la agente de bienes raíces Lucía Molina.
Si es ese el caso, Altamira, la colonia Centroamérica y Bolonia, pueden ser los lugares adecuados para iniciar el rastreo.
Una cama, baño individual, cable, agua, luz eléctrica y a tres cuadras de la universidad, precio: 130 dólares al mes. Problema resuelto. Víctor ya tiene donde habitar.
¿Reto o no?
A quien conoce o vive en Managua le puede parecer fácil encontrar un lugar para rentar, pero esta tarea puede convertirse en un reto físico y mental.
De Bello Horizonte a Los Robles, de ahí a Bolonia, se olvidaba la colonia 14 de Septiembre y ahora damos el salto hasta la Centroamérica. La necesidad de encontrar el sitio más adecuado puede llevarle a este impresionante recorrido, si es que no encuentra el lugar que combine de la mejor manera las condiciones que busca y al precio que quiere.
En los inmuebles, cuya renta está entre los 100 y 400 dólares, la demanda es alta y aunque la agente de bienes raíces Lucía Molina dice que existe oferta suficiente, el número de demandantes tiende a aumentar con cada año que pasa.
En las temporadas de vacaciones los estudiantes que alquilan en Managua abandonan los apartamentos y casas para pasar estas fechas junto a sus familias, en este momento hay que aprovechar para realizar la búsqueda.
Los sitios Web de agencias de bienes raíces e incluso los especializados en la publicación de clasificados, al igual que las páginas amarillas de los medios impresos y la asesoría de un agente de bienes raíces, pueden ahorrarle tiempo y energía.
Si su ingreso le permite pagar de 400 a 1,000 dólares, no será demasiado difícil encontrar el refugio. “Entre mayor es el precio de la renta es más difícil que sean rentadas, entonces en este caso hay mayor oferta que demanda”, asegura el agente de bienes raíces Julio Lacayo.
Ni un peso de más
Si usted no quiere gastar más de lo necesario, hay ciertos factores que puede tomar en cuenta para saber si el precio estipulado por el arrendador es el justo.
“Lugares seguros que te garanticen cierta protección, que la vivienda tenga un adecuado mantenimiento, no existan plagas, que se encuentre cerca de lugares donde puedas tomar un transporte público en caso que no poseas vehículos, que las calles de acceso no se congestionen mucho”, son algunos detalles que señala Lucía Molina.
Si se cuenta con estos y otros factores, se puede fijar un precio alto por el apartamento o casa. La zona, barrio o residencial también son determinantes a la hora de fijar un monto de arriendo, y es así que lo más recomendable es la cotización para saber si no está siendo embaucado.
“Para asegurarse de esto se debe de conocer varias opciones de casas en el rango de precio que se busca”, indica el agente de bienes raíces Julio Lacayo.
Villa Tiscapa, ubicada frente a la Universidad de Ingeniería, sin muebles, baño compartido y precio de 150 dólares mensuales. Un apartamento con estas características bien podría considerarse como una estafa. Aunque como dicen, “la necesidad tiene cara de perro”.
Ley en mano
Víctor terminó su primer año de universidad y volverá a su pueblo para disfrutar de las vacaciones. Este muchacho ha decidido que en el próximo año no vivirá más en el mismo lugar, por lo que decide cancelar el contrato de arriendo que tiene con el dueño del apartamento.
150 dólares mensuales fue el precio fijado en el contrato de 12 meses que fue firmado por el inquilino y esta misma cantidad entregó el muchacho como depósito de seguridad, exigido por el arrendador.
Dos meses faltan para que se cumplan esos 12 meses de contrato y esta es la razón por la que el arrendador se niega a devolver a Víctor su depósito.
“En el contrato se debe especificar por qué razones no se devolverá el depósito y las justificantes para hacer efectiva esta medida”, aconseja Brenda Ayerdis Castillo, coordinadora de Liga de Defensa del Consumidor de Nicaragua (Lideconic).
Pero la nueva Ley de Protección de los Derechos de las Personas Consumidoras y Usuarias, establece la figura de cláusulas abusivas, y entre ellas están aquellas que impidan al contratante poner fin al contrato antes de tiempo o aplicar una multa por hacerlo.
“Esa es una cláusula abusiva, ya que tenés el derecho a poner fin al contrato, siempre y cuando le notifiqués al arrendador con un mes de anticipación”, explica Luisa Reyes, de atención al consumidor de Lideconic.
De igual manera, el arrendador no puede desalojar a su inquilino sin previo aviso, sin una causa justificable o con la utilización de coerción, como sería el cortarte algún servicio básico, y “si lo hiciere incurrirá en multa equivalente a dos meses de arriendo a favor del inquilino, sin perjuicios de la obligación de reinstalar los servicios cortados en un plazo de setenta y dos horas. En caso de reincidencia, la multa será el doble”, estipula la Ley de Inquilinato.
El principal consejo de Ayerdis es conocer las leyes sobre el arriendo y los derechos del consumidor, además de leer hasta la letra pequeña de los contratos que firmará.
Oferta de primer nivel
En medio del desorden urbanístico de Managua, o mejor dicho alrededor de este, se han edificado condominios que no tienen mucho que envidiar a los de ciudades del llamado “primer mundo”.
Santo Domingo estrenó y está por estrenar edificaciones de lujo, en la que las necesidades “básicas” toman un nuevo significado.
Los alrededores de la pista Jean Paul Genie, Las Colinas, Villa Fontana y en algunas partes de Los Robles, son otros lugares donde se pueden encontrar apartamentos y casas que tienen lujos suficientes para que su mensualidad vaya desde los 600 hasta los 2,000 dólares.
Con estos proyectos el país es capaz de cubrir la demanda de personas pudientes, empresarios extranjeros y diplomáticos de las naciones del mundo que tienen relaciones con Nicaragua.
“Muchos rentan porque no poseen casa debido a que son extranjeros y vienen al país a trabajar por tiempo definido, es acá donde demandan viviendas o apartamentos amueblados”, dice Lucía Molina.
Pero más allá de los muebles, comodidades como aire acondicionado, seguridad particular, televisión satelital y hasta una piscina en el patio, son condiciones que se convierten en necesarias para estos inquilinos de “alto quilataje”.
La otra cara
Tan pequeño es el cuarto que solo alcanza una cama unipersonal, una mesa de noche y un pequeño ropero. Fuera del mismo el escenario tampoco pinta de lo mejor, calles oscuras, un largo historial de crímenes y hasta expendios de drogas en el vecindario.
Los barrios pobres e inseguros de Managua también tienen su oferta de arriendo, para aquellos que su presupuesto es tan pequeño que no se pueden dar el lujo de escoger sitios con un mejor historial o algunas comodidades.
“Muchas veces, por no tener el dinero para pagar un mejor sector te exponés al vandalismo, al robo, en fin, a la inseguridad. O bien te encontrás casas con problemas de plagas, tuberías, casas que no han recibido el mantenimiento adecuado y presentan infinidad de problemas”, expresa Lucía Molina.
Pero la opción es una realidad que es tomada en cuenta por aquellos para los que esta es la única opción, además de la de regresar a sus ciudades de origen o a la casa de sus padres.
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