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Mauricio Díaz D.

Nada es verdad ni es mentira

En este mundo traidor nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mire”. Ramón de Campoamor.

Si nos atenemos a Campoamor, todo es relativo y, por tanto, la verdad no existe. En Nicaragua, mentira y verdad son manipuladas para extrapolar logros sociales, económicos y políticos tratando de vender la ilusión de que aquí todo está y marcha muy bien, lo que es también relativamente cierto pues hay aspectos positivos y otros negativos. Por eso conviene separar en el análisis aspectos institucionales, jurídicos, sociales y económicos para intentar una aproximación a la realidad objetiva… sin subjetividades.

Nuestro país está quebrado en cuanto a las instituciones democráticas representativas. Se acabó el elemental principio de la separación equilibrada de los poderes del Estado, ya que la reforma constitucional en camino instalará un régimen más próximo a un sultanato que a una monarquía y muy lejos de la democracia representativa, participativa y electoral. Ya la alternabilidad en el ejercicio del poder público se acabó con la aprobación de la reelección continua y con el mismo Consejo Supremo Electoral.

Pero este gobierno tiene varias ventajas que le han permitido instalar primero un modelo de autoritarismo institucional, con un ensayo de régimen corporativista y ahora —con los poderes fácticos en sus manos— una suerte de sultanato, donde la figura del caudillo se reinstala en el escenario político nacional.

Esas ventajas son, entre otras, el control de los poderes estatales y el monopolio de los aparatos represivos del Estado; una posición ambigua y hasta contradictoria de la jerarquía de la Iglesia católica, un endoso político al proyecto del partido de gobierno de diversas denominaciones evangélicas, un respaldo complaciente del gran capital que les reditúa beneficios financieros y fiscales, la desmovilización de los sindicatos independientes, la fragmentación opositora, la anomia y el desencanto generalizado de la población más preocupada por “el pan nuestro” y que apenas empieza a despertar de la embriagante campaña de difusión en los medios de comunicación social mayoritariamente bajo el guion oficial y que venden diariamente más ilusiones que hechos concretos.

Otra ventaja del régimen es la ausencia de ciudadanía, entendida como conciencia cívica y formación en principios y valores democráticos. Parece que no hay la suficiente densidad ciudadana que impida la instalación de un proyecto que irrespeta la Constitución ajustándola a la medida de sus intereses. El pueblo ha aguantado y ha asimilado —por lo menos en el corto plazo— abusos de poder, represión, violaciones a sus derechos humanos elementales, denuncias evidentes de corrupción gubernamental, irrespeto a su voluntad electoral, reforma constitucional inconsulta y sin los consensos necesarios para una obra de tal profundidad. En otras palabras, pareciera que el actual gobierno más que satisfacer las demandas de más libertad y más democracia, se encamina a culminar la obra de Anastasio Somoza Debayle.

Agrego el respaldo popular vía clientelismo con que cuenta el actual gobierno, gracias a los recursos petroleros venezolanos que le facilita la cooptación y la compra de voluntades. Y concluyo con una ventaja más: el mundo democrático se hastió de nuestros problemas y desde Washington hasta Bruselas la opción parece ser el respaldo sin cuestionamientos a este gobierno. Organizaciones que históricamente y per sé (OEA, ONU, UE, etc.) estaban dedicadas a luchar por el respeto irrestricto a los derechos humanos y políticos de los nicaragüenses comparecen ahora incapaces de frenar su propia descalificación al enseñarse ineficaces e ineficientes frente a las violaciones y el desprecio de los Estado parte a sus compromisos jurídicos y políticos internacionales.

Al momento todo parece señalar que en Nicaragua se instala un sistema más próximo al de Noriega en Panamá para lo que el gobierno nos vende desde ahora la esperanza ilusionadora de la construcción del gran canal que vendría, supuestamente, a acabar con todos los males nacionales. La venta consiste en demostrarnos que el desarrollo requiere de una mano dura dictatorial y que los anhelos de democracia, libertad y paz son metas de largo plazo. Que la prioridad es “sacarnos de la pobreza”, aunque lo que veamos sea la repetición de los mismos vicios y prácticas del pasado y la reproducción del modo de producción precapitalista atrasado, donde los ricos se vuelven más ricos y los pobres más pobres.

Sin lugar a dudas nuestra economía ha mejorado pero sobre todo por la relación privilegiada con Venezuela. Nicaragua vive a expensas del petróleo venezolano sin lograr despegar por sus propios medios y esfuerzos hacia el desarrollo y, menos aún, la modernidad. La pregunta es si logrará este gobierno aprovechar toda esa generosa pero mal orientada cooperación para crear la infraestructura productiva que nos lance hacia el futuro, aunque lo contradictorio, lo paradójico es que se habla del futuro, pero queriéndonos mantener en el pasado. Con el poder acumulado del que dispone el presidente comandante, en sus manos queda la duda si lo usará para la liberación o para la opresión, para el atraso o para el desarrollo no solo material, sino educativo y espiritual.

Hasta este momento las señales van hacia la consolidación de un régimen sectario y excluyente, partidarizado, lo que no es una buena noticia para los nicaragüenses. Haber constitucionalizado este modelo indica un afán de perpetuación en el poder que más temprano que tarde eclosionará. Seguimos postergando la demanda básica de educación de calidad y de economía del conocimiento para situar a Nicaragua en el foco de los países más competitivos del planeta y este gobierno no parece estar interesado en formar buenos profesionales, sino en domesticar a las nuevas generaciones bajo “la espada, la cruz y el capital”, manipulando sus necesidades más apremiantes.

Un país así no será viable ni disfrutará de la paz firme y duradera por la que se firmaron los Acuerdos de Paz a finales de los ochenta.

El autor es diputado centroamericano PARLACÉN

Partido Liberal Independiente

Opinión Mentira archivo

COMENTARIOS

  1. franz
    Hace 11 años

    Estoy arto de leer y escuchar de que Ortega con sus reformas a la Constitucion creara o continuara siendo un caudillo or dictador Quedemos claros nicoyos manana es ano Nuevo Ortega tiene tres decadas y medias casi 40 A~os de mandar en Nic con cambios y sin cambios sino con la ayuda de todos los partidos y politicos corruptos de este pais Cambiemos los politicos y todo cambiara en Nicaragua Feliz A~o nNuevo para todos

  2. ramon
    Hace 11 años

    Ud miente no puede Venezuela ser la responsible del crecimiento economico en Nicaragua,no presnta analisis de este ni de economia en general,me gustaria leer q’rama de esta lleva el repunte economico respaldado con analisis cuantico,todo ese palabrerio es politica,como quien dice decir por decir,basado en q’mi persona es importante y todos me creeran,error garrafal asi las cosas no funcionan

  3. sixto rivera
    Hace 11 años

    Sr Diaz una pregunta cuando ha escuchado que un dictador cumple sus promesas o tratados de paz ? adolfo hitler los tratados de paz del munich 1938 ? sadam huseein las sanciones de desarme de la ONU en los 90 ? Ortega los tratados de paz de esquipulas o con la excontra en sapoa en los 80s ? todos fueron violados o incumplidos por estos dictadores .

  4. ramon
    Hace 11 años

    Miente poq’la economia no es una carreta q’puede ser halada por dos bueyes,no creo q’venezuela sea responsible del crecimiento economico en Nicaragua.La economia es compleja comparable a una maquina con miles de engranajes y niveles,ahi se toman liles de millones de decisions y mucha encontradas y ninguna se parece a la otra,quienes las toman,los agentes economicos,ej:Calzado,materia prima;cuero,desarrollo de hato ganadero e industria del calzado,andamios:gbno,banca,productores,consumidores…

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