Si ya se ha elegido la obra de arte y su marco, sólo queda situarla adecuadamente. Esta fase es igual de importante que las dos anteriores. El estilo de la obra y el marco pueden estar en consonancia o contraste con la decoración de la casa.
Altura. La altura óptima para situar los cuadros es aquella donde la visión de nuestros ojos coincida con el centro de la obra.
Espacio. Es necesario dejar un espacio entre la obra y el espectador que sea suficiente para observarla adecuadamente. Esta distancia está en relación con el tamaño del cuadro. Una regla general puede ser que podamos observar el cuadro con una distancia como mínimo del doble del tamaño de la obra.
Iluminación. El cuadro tendrá que tener una iluminación adecuada que permita observar sus detalles. Si la luz de ambiente de la estancia donde está situado no lo permite, habrá que incluir iluminación especial directa hacia la obra. Esto se puede conseguir con los focos desde el techo orientados al cuado o con los denominados ilumina-cuadros. Son apliques que se sitúan encima de la moldura con una lámpara de luz suave.
Fuente: Nave del arte.