Sacerdote Óscar Chavarría
En el mundo del cine es usual que cuando se quiere llevar a la pantalla una película con personajes muy especiales, se vean anuncios en los que se dice: “Se busca una estrella”.
Leyendo sobre los Reyes Magos y observando detalladamente a esos personajes, creo que podría afirmar de ellos que su grito fue: “Se busca una estrella”.
En este mundo en el que vivimos, todos necesitamos también decir: “Se busca una estrella”, ya que vivimos en un mar de dudas. Nos faltan ideas claras para enfocarnos en las estructuras que envuelven esta vida moderna y nuestra convivencia, como son: el mundo político, el económico, la educación, el familiar, y hasta el religioso.
No sabemos a qué atenernos y dónde está la verdad o la mentira, el bien o el mal. Caminamos a oscuras, sin rumbo, sin saber la meta a la que nos dirigimos ya que necesitamos una estrella que ilumine nuestro caminar. Pero, para poder encontrarnos con esa estrella, capaz de iluminar las tinieblas de nuestra vida y darnos el rumbo correcto, como pasó a los Reyes Magos, necesitamos:
Mirar hacia lo alto donde están las estrellas, ser inquietos y atrevidos en la búsqueda. Amar la vida con pasión y desear llegar a la meta propuesta. No temerle a la luz de Dios, aunque nos muestra claramente los errores que nos envuelven, como no la temieron los Reyes Magos. Éstos eran inquietos y perdieron la estrella por ratos, pero con su tenacidad, volvieron a encontrarse con ella y dieron con Jesús. Porque con esfuerzo y esperanza, todo se alcanza.
En la actualidad, podemos tropezar con muchas estrellas que pueden iluminarnos y hacernos cambiar. Pero la estrella, la verdadera luz que iluminará nuestra vida, no está cerca de la gente instalada, como Herodes, ni en los que se creen seguros e iluminados, como los Sumos Sacerdotes, ni en lo cómodos que dicen: “Yo creo a mi manera”.
La Estrella que puede iluminar nuestro camino la encontraremos al ponernos en camino y al ser capaces de arriesgar nuestras seguridades. Cuando seamos inquietos y no nos contentemos con la mediocridad de la vida y del trabajo. Cuando seamos capaces de darle al Señor nuestro oro, que es todo lo bueno que tengamos y hagamos, nuestro incienso que es el tiempo de nuestra vida y la mirra de la celebración y de la alegría de sabernos hijos de Él y adorarle personalmente y en familia.
Cuando brote en nosotros la ilusión y busquemos con toda sinceridad esa luz que deseamos. “Sólo aquellos que se arriesgan a ir demasiado lejos, pueden descubrir hasta dónde se puede llegar”.
En el mundo existen dos clases de personas: los que sueñan y buscan y los que se limitan a dormir. Sólo los que sueñan pueden sentir la alegría de encontrarse con esa estrella que van buscando, como los Reyes Magos.
Jesús es la Estrella que nos puede iluminar y encauzar nuestra vida por el verdadero camino como a los Reyes Magos.
El Señor te bendiga y te guarde, que el Señor te bendiga y tenga de ti misericordia, que el Señor te bendiga y te conceda su paz.