Una nueva iniciativa del Vaticano para escuchar a las mujeres partió con el pie izquierdo: la rubia apetecible en el video de promoción fue objeto de tantas burlas que lo quitaron tan pronto como empezó.
Sin embargo, el programa siguió adelante y una reunión esta semana estudiará cuestiones relativas a la mujer en una apertura sin precedente en la Santa Sede.
No se habla precisamente de ordenar sacerdotisas, pero el documento de trabajo para la asamblea plenaria del Consejo Pontificio de la Cultura sobre el tema “Culturas femeninas: igualdad y diferencia” habla de abrir las puertas de la iglesia católica a las mujeres para que puedan ofrecer sus habilidades “en plena colaboración e integración” con los varones.
El documento denuncia la cirugía plástica como una forma de “agresión” al cuerpo femenino, “como una burka de carne humana” y admite que la iglesia durante siglos ha ofrecido a las mujeres “sobras ideológicas y ancestrales”.
Es un territorio azaroso para la jerarquía de la iglesia conformada exclusivamente por varones.
El pontífice, un comunicador avezado, ha elogiado con sinceridad el “genio femenino”, pero también ha suscitado críticas cuando designó recientemente a mujeres para la comisión teológica más prestigiosa de la iglesia por quienes consideran que sencillamente fueron incluidas para llenar una cuota.
Poca gente duda de la seriedad de Francisco de designar mujeres en cargos con poder de decisión en el Vaticano una vez que complete sus reformas burocráticas. Ni cuestionan su sinceridad cuando dice que “las mujeres pueden hacer preguntas que los varones no advierten”.
Sin embargo, como señaló recientemente el comentarista David Gibson, Francisco también puede dar las respuestas que se esperan de un eclesiástico argentino de 78 años al “usar analogías que suenan alternativamente condescendientes y políticamente incorrectas, aun siendo bien intencionadas”.
El Vaticano ha hecho progresos en los últimos años con la designación de mujeres laicas en algunos cargos del Vaticano y dándoles más espacio en el diario del Vaticano, L’Osservatore Romano.
Sin embargo, muchos sostienen que todavía falta mucho por hacer teniendo en cuenta que el recientemente desplazado máximo juez de la Santa Sede, el cardenal Raymond Burke, se quejó de que la iglesia ha sido “asaltada” por el feminismo radical y que la escasez de sacerdotes se debe a una iglesia sumamente “feminizada”.
La nueva iniciativa provino del cardenal Gianfranco Ravasi, un académico que no teme suscitar controversias. Justo antes de la Navidad, su oficina lanzó la iniciativa #lifeofwomen para promover la reunión plenaria del 4 al 7 de febrero e invitar a mujeres en todo el mundo a enviar un video de 60 segundos de sus vidas para la posible inclusión en un montaje la semana próxima.
En el video, la hermosa actriz italiana Nancy Brilli sugería a las espectadoras a preguntarse “¿Quién eres? ¿Qué haces? ¿Qué piensas de ti como mujer?” Las críticas fueron inmediatas. “¿Qué están pensando en el Vaticano?”, escribió Phyllis Zagano, de la Universidad de Hofstra, en la publicación liberal National Catholic Reporter. “Aparte de lo evidente, la idea de que lo sexy vende ha sido descartada en las naciones desarrolladas y es totalmente inaceptable en las naciones predominantemente musulmanas, destacar una portavoz estereotípica no es el modo de pedir la opinión de las mujeres”.
Los críticos advirtieron que las mujeres a las que el Vaticano le interesaría oír más —las abatidas por la pobreza, la violencia o la guerra— podrían no tener un teléfono multiusos a mano para enviar sus opiniones.
En definitiva, se recibieron unos 250 videos, algunos de activistas que promueven la ordenación femenina.
Sin embargo, también Helen Alvare, profesora de derecho en la Universidad George Mason y asesora en la oficina de los laicos en la Santa Sede, dijo que el texto del documento era notable dado que pide “colaboración e integración” con los varones en la iglesia. “Esa declaración es el aval más enérgico que he visto en un documento eclesiástico”, afirmó en una entrevista telefónica.