“La nota no es lo importante”

Por Amalia del Cid

“Prefiero un médico al que le gusta su profesión antes que uno que sacaba 100 en todas sus clases”, afirma Miguel Ángel García, titular del Ministerio de Educación en el período de Enrique Bolaños Geyer. Para él, “la nota no es lo importante”, sino aprender, sin que eso signifique que las calificaciones deban ser “regaladas”. En esta entrevista, García explica por qué Nicaragua anda sin brújula por los caminos de la educación y evalúa los programas del actual Gobierno. También afirma que, más que un producto de los bajos niveles de educación, la pasividad de la ciudadanía nicaragüense ante temas como las reformas constitucionales tal vez es un “problema avícola”.

::: Solo 203 estudiantes de 2,656 pasaron el reciente examen de admisión de la UNI (Universidad Nacional de Ingeniería). ¿Eso qué significa?

El resultado es malo. ¿Por qué? Por malas políticas educativas, porque no sabemos qué se necesita enseñar para que el país avance. No hay articulación entre los subsectores educativos del país. La UNI hace su examen, pero ¿le avisó a las escuelas de secundaria qué es lo que ellos esperan de los estudiantes? Si los estudiantes están aprendiendo francés y el examen es en ruso, ¿qué va a pasar? Para empezar, tenemos que fijarnos un norte: ¿qué necesita enseñar Nicaragua a la gente para que pueda colaborar en el crecimiento económico del país?

::: ¿Realmente qué tanto dice ese resultado? ¿Se puede medir la calidad de un estudiante con ese examen?

No… porque lo tienen que medir con lo que estudió, no con lo que ellos creen que estudió.

::: Pero, bueno, son jóvenes que quieren estudiar ingeniería, se supone que deben dominar la matemática.

¿Pero vos creés que en la secundaria dicen: los que quieren estudiar ingeniería vengan aquí y los otros aquí? No hay diferenciación…

::: ¿No será que “tiran a matar” en esos exámenes de la UNI?

No… No creo. Bueno, la gente malpensada dice que podría ser porque cobran por los exámenes de reparación y los propedéuticos que hacen, pero no creo que sea así… Yo creo que la UNI y todas las universidades deberían hacer un enorme taller con el Ministerio de Educación para que le digan: “Para esta carrera, yo quiero tal cosa”. Y que el ministerio con base en eso, adecúe sus programas para cumplir con las necesidades. Los muchachos tienen que buscar orientación vocacional desde que terminan sexto grado, así van viendo en qué cosas se van a especializar. Y como tal vez no van a tener capacidad para estudiar seis materias a la vez, pues se enfocan en estudiar dos o tres que son las que van a estar ligadas con su carrera. Así nunca van a fallar en un examen para entrar a una universidad.

::: Pero van a ir mal en las otras materias.

No van a ir mal. Es que ahí hay un error conceptual, la nota no es lo importante, lo importante es aprender. Yo prefiero un médico al que le gusta su profesión antes que uno que sacaba 100 en todas sus clases.

::: En la práctica se da mucha importancia a la nota.

La nota es importante cuando vivís a base de beca, como vivía yo. Digamos que la nota es un boleto para entrar a una función de cine. Estamos hablando de cómo adquirir el boleto, pero lo importante no es el boleto, sino que vos sepás en lo que te vas a meter.

::: También podría pasar que algunos sean muy malos en español o matemáticas y a lo mejor van a ser grandes artistas.

Es cierto… Depende de las facultades que Dios le ha dado a cada quien. Pero la escuela se ha convertido en una transmisora de información y no en una formadora de gente. Hay que formar a la gente. Si no formamos gente el país se nos va a escapar de las manos. Este resultado (de la UNI) no es por una sola causa. Confluyen muchísimas causas para que eso pase. Empecemos por los padres. A los 7 años ya perdiste al niño en la computadora y después en el chat. El problema de la educación es síntoma de una enfermedad mayor.

::: ¿Cuál es esa enfermedad?

El haber abandonado a Dios, la pérdida de valores y un sistema que no recompensa lo bueno. Si tenés tres hijos, uno es súper bien portado y los otros dos son más o menos díscolos y a la hora de comprar cosas, les comprás a todos por igual, entonces el bueno dice: “¿Para qué me voy a joder en ser bueno si me van a dar lo mismo que a los otros dos?”. Ese es el gran problema del comunismo, no tiene incentivos para que la gente mejore.

::: Respecto a los programas de educación del Gobierno, algunos han sido interpretados como “regalar la nota”. ¿Qué dice usted?

Que es uno de los peores males que le podés hacer al alumno. Si vos le regalás la nota este año, el próximo no estudia porque está esperando que se la volvás a regalar.

::: ¿Pero han servido para algo esos programas? El Sandino II, la Batalla por el Sexto Grado…

Yo no quisiera opinar sobre eso… Pero, a lo mejor ahí estamos viendo los resultados.

::: Nuestros profesores tienen el salario más bajo de Centroamérica. ¿No será un desmotivante?

Mirá, es cierto que asociar el sueldo de un profesor con la calidad es interesante, es polémico… y es demagógico. El verdadero profesor no lo hace solamente por el sueldo, lo hace porque le gusta.

::: Hay mucho docente que entra al oficio por necesidad y no por vocación.

Sí… Y también hay muchos hombres que se hacen curas porque es la única forma que tienen de estudiar. Y otros que se meten al Ejército para tener un trabajo. Pasa lo mismo con la docencia. Y son malos profesionales.

::: ¿La tecnología ha venido a ayudar a la educación o a entorpecerla?

Es que nada es bueno ni malo, todo depende de cómo se use. Yo estoy de acuerdo en que esas computadoras que se reparten a través de la Fundación Zamora Terán son una ayuda muy buena para la educación, pero no es el único método.

::: También podría ser undistractor.

Sí, porque los muchachos se esclavizan con ella. A mi nieto de 18 años, que es 200 por ciento cibernético, le dije: “Mirá, hijo, te felicito. Tenés un enorme volumen de información, pero no tenés criterio para saber qué es bueno y qué es malo”.

::: ¿Qué crea ese criterio?

El compartir con gente de tu edad o mayores lo que vos crées que es información real, porque si no vivís pensando que lo que dice Internet es verdad y la mitad o más de lo que dice Internet es mentira. Vos lo sabés. Del debate vas creando criterio y si te quedás a compartir solo con los de tu propia camada, te quedás en el mismo círculo. Hay que leer… Ahora no se lee.

::: ¿Qué papel juega la escuela en el desarrollo de criterio?

Es muy importante. Pero mirá, la primera unidad desarrolladora de criterio es la casa, es la familia. Los niños hacen lo que ven hacer a los padres.

::: ¿Y la escuela?

Pasa lo mismo. El preescolar es una prolongación de tu casa y si tu maestro no está preparado o no tiene vocación para enseñarle a los niños, te va a conducir mal. Ahora, qué sucede con los maestros… Aunque ganen poco, creo que el Gobierno se debería esforzar porque los alumnos tengan más horas de clase. Cuando yo estaba chavalo iba a clases en la mañana y en la tarde, toooodos los días, menos el sábado. En Japón los niños van a clase 300 días al año. Aquí solo son 201. Y de esos 201 hay como siete u ocho que se dedican a actividades extracurriculares deportivas. Léase clásicos Real Madrid-Barcelona. Más otros que se dedican a otras actividades que no tienen que ver con educación.

::: ¿Cuáles?

Los ponen en las rotondas, los ponen aquí y allá. Eso quita tiempo de su educación. Y después… hay muchos feriados. Ahorita en Rivas decretaron feriado por el triunfo del Rivas (en beisbol). Nadie trabajó en Rivas, todo el mundo se dedicó al bacanal.

::: ¿Qué debería saber un muchacho que sale de secundaria?

Bueno, hay dos direcciones. Yo introduciría en secundaria educación técnica, junto con el currículum normal para que los muchachos salgan aprendiendo un oficio. Por ejemplo, que sepan algo de carpintería, mecánica, computadoras, para que cuando salgan puedan seguir la universidad normal o puedan buscar una posición en el mercado laboral. La educación técnica nunca va a ser un estorbo, siempre va a ser buena.

::: ¿Y qué impidió que durante su período como ministro usted hiciera eso que plantea?

Mi primer decreto como ministro fue validar la educación técnica, de manera que los muchachos se pudieran bachillerar e ir a la universidad siendo técnicos. Pero ese decreto fue abolido por el primer decreto del ministro que me siguió a mí.

::: Pero tampoco se introdujo la educación técnica en la educación secundaria.

No, no se logró, porque había institutos que la estaban ofreciendo. Pero yo quería que también en las escuelas secundarias del ministerio se metiera la educación técnica. La gente pobre solamente puede mandar a los hijos seis años al colegio y se sacrifican enormemente para mandarlo a la secundaria. Luego el bachiller saca su título, pero no se puede ganar la vida con él.

::: Y seguimos graduando abogados.

Sí. Es totalmente humanística la educación. No estamos pensando en la parte práctica de la vida. Y hay una cosa que yo creo de corazón, no todo el mundo debe ir a la universidad. No todo el mundo está preparado para eso.

::: ¿Qué quiere decir?

Es una cuestión de sociogenética. Problemas sociales y problemas genéticos. No todos tienen la misma inteligencia. Hay muchachos que por mucho que repitan los años nunca van a terminar la universidad.

::: Si usted pudiera destacar algo bueno del actual sistema educativo, ¿qué sería?

Esta pregunta es dura… ¿Qué podría ser lo bueno? Debe haber muchas cosas… Tal vez la educación de adultos, la inclusión de discapacitados para que aprendan en las aulas, sin discriminación; el vaso de leche, el hecho de que están empezando a someterse a pruebas de evaluación en el Gobierno. El Preal (Programa de Promoción de la Reforma Educativa en América Latina y el Caribe) hace pruebas de evaluación; pero Nicaragua no había participado en los últimos cinco años y este año lo va a hacer. La única forma de saber dónde estás es medirte con otros. Podés pensar que sos la mama de Tarzán, pero te medís con otros y te quedás chiquitito.

::: ¿Y la gratuidad?

Ese es un espejismo demagógico. Un país que no tiene recursos no puede dar todo gratis. De hecho, no lo da. Los padres siempre están aportando. Andá a una escuela y preguntá: ¿Y los padres en qué aportan? Ah, bueno, cuando pueden vienen y pintan, cuando pueden hacen tal cosa. Se les pide diez pesos para esto, diez para lo otro.

::: Se ha señalado que en los 16 años de gobiernos neoliberales hubo una privatización de la educación.

Eso lo dicen de la gestión de Humberto Belli (ministro de Educación en el período 1991-1998), pero no es cierto. Se hizo una descentralización de la educación. El ministerio les mandaba recursos a los diferentes departamentos para que ellos se manejaran. Pero no sé por qué dicen que se pagaba, porque lo que se pagaba eran como 10 pesos de matrícula. Pero después los profesores les pedían contribuciones a los padres porque no había tizas o no había cuadernos…

::: Es decir, no había recursos que son básicos.

En el año que yo tomé el Ministerio de Educación, el presupuesto era de 150 millones de dólares. Se necesitaban 400. ¿De dónde? ¡No había recursos! Ahí empezaron a darse casos interesantes que hay que promover como el apadrinamiento de escuelas. Eso reduce la carga presupuestaria del ministerio para mantener escuelas o para dar alimentos. Está la empresa privada y los organismos internacionales, pero ya los hemos ido ahuyentando.

::: Para este año, 2014, se asignó un poquito más de 9 mil millones de córdobas.

Es que no importa la cantidad lo que importa es lo que podés hacer con esa cantidad. A mí me aumentaron, del 2005 al 2006, 500 millones de córdobas; pero en la vida real mi presupuesto pasó de 150 millones de dólares a 156. O sea, seis millones de dólares. Depende de la tasa real de cambio del dinero.

::: Si tuviéramos mejores niveles de educación ¿se podría esperar que la ciudadanía reaccionara de manera distinta ante temas como, por ejemplo, las reformas a la Constitución?

Sí… Aunque ese es un problema avícola.

::: ¿Cómo es eso?

Falta de producción de lo que ponen las gallinas… Por mucha educación que tengás, si sos un pueblo de borregos nunca te vas a rebelar… Pero los regímenes totalitarios no apuestan por la educación, porque es como abrirle los ojos a los que están ciegos. La educación de comprender que la situación que estás viviendo se puede remediar. El que está ciego y sordo no lo sabe. La educación es importantísima. ¿Y sabés qué me preocupa? Que la situación social se descomponga rápidamente y no se pueda controlar… Cuando entrás en situaciones en que se pierde la institucionalidad, nada funciona.

::: ¿Desde sus años como ministro hasta la fecha, hemos avanzado o retrocedido en materia de educación?

No estoy metido en el ministerio; pero por los resultados yo diría que sí hemos avanzado, ha sido muy poco.

::: Los expertos dicen que nuestra pirámide educativa está invertida, porque la educación universitaria recibe mucho más presupuesto que la básica.

Sí. La universidad recibe el seis por ciento del presupuesto. Y esa es una lógica política. Cuando se botó el régimen de Somoza todas las instituciones educativas superiores quedaron en manos de simpatizantes del nuevo régimen y obviamente con el apoyo que tenían se logró institucionalizar el seis por ciento. Y es malo porque si me dan el seis por ciento y no me dicen que debo tener tantos alumnos, yo puedo tener el mínimo para no molestarme mucho. Hay mucho que arreglar en este país, ojalá tengamos tiempo para verlo cambiar.

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