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Cartas al Director

Como en toda conquista se tuvo que pagar un precio alto para alcanzar la jornada de trabajo de ocho horas diarias.

Día del Trabajador

Como en toda conquista se tuvo que pagar un precio alto para alcanzar la jornada de trabajo de ocho horas diarias. La unión hace la fuerza, eso fue lo que experimentaron los Mártires de Chicago. Pero el triunfo no lo disfrutaron todos porque siempre existen personajes con mente cerrada al diálogo, que no ceden hasta que la violencia y la sangre ha llegado al río. Presionan y amenazan para que los ciudadanos desistan de sus justos reclamos, pero contradictoriamente esos retrógrados como si tuvieran autoridad moral o fueran seres divinos, lo que niegan lo recomiendan a otras personas y hasta hablan bonito. El 1 de mayo de 1886, en Chicago, los policías defendiendo intereses ajenos a ellos, dispararon a mansalva. Ese hecho se conmemora en muchos países y se les dice mártires a los obreros asesinados. En realidad ellos fueron héroes en la lucha por la jornada laboral, habiendo dejado esa herencia a los trabajadores. Pero otros que dicen celebrar este día, obligan a los trabajadores a que escuchen discursos trasnochados y sin sentido. En su mente no pueden concebir que el progreso y la libertad caminan de la mano. ¿Cómo puede celebrar el Día del Trabajador alguien que precisamente es obligado a marchar a la plaza? Y el que los obliga, ¿cómo puede hablar de libertad si ni siquiera sabe lo que significa democracia? Si un presidente obliga a los trabajadores a marchar es porque los considera sus peones. De esta manera el día del trabajo se convierte en pesadilla para los trabajadores porque en lugar de buscar descanso tiene que pensar en el bienestar de su familia y por ello tiene que llegar a marchar obligado, se anota en la lista para garantizar que precisamente en el Día del Trabajador no pierda su trabajo.

El Día del Trabajador se debe celebrar cumpliendo con el respeto a las ideas que cada trabajador como persona humana dispone en su mente sin que por ello le tengan que reprimir hasta obligarlo a renunciar. Se debe celebrar para que los pensionados y jubilados gocen de su derecho como extrabajadores con pensiones dignas y con atención médica integral de calidad, para que la seguridad social le garantice sus últimos días en un lugar digno y que no muera en un rincón olvidado, esto sin discriminar a los pensionados por no tener pensión de vejez.

En este supuesto día de regocijo se ha condenado al olvido a los trabajadores que en sus labores quedaron incapacitados para el resto de su vida, miles de hombres y mujeres que no pueden seguir trabajando y que fueron condenados a una pensión injusta a morir de hambre y por falta de atención médica. ¿Qué pasa con los miles de jóvenes que iniciando sus vidas en el mundo laboral tuvieron la desdicha de accidentarse? ¿Quién vela por ellos y sus familias?

En Nicaragua a los obreros que han quedado incapacitados de manera total se les entregan por pensión el sesenta por ciento de su salario, eso lo dice todo. Además solo tienen derecho a consulta médica por el accidente laboral, la Seguridad Social lo manda al desamparo y para el pensionado no hay ley que le favorezca.

Los sindicatos han dejado olvidado este importante conglomerado humano.

Alejandro Calero

Alcalde que responde

Por este medio me dirijo al ingeniero Fernando Baltodano Velásquez, alcalde municipal de Diriamba, para agradecerle públicamente su pronta y eficaz colaboración para resolver la desagradable situación creada, el sábado 25 de abril por la instalación de una plataforma inflable —comúnmente conocida como “brinca-brinca”— obstruyendo totalmente la calle central de Diriamba, frente a la antigua residencia del doctor Buenaventura Rappaccioli.

Al indagar la razón de esa obstrucción injustificable me informaron que se estaba celebrando un aniversario más de una prestigiosa empresa comercial, mediante promociones junto con ofertas especiales de una empresa telefónica.

Por tratarse de una obstrucción total del tráfico en la mencionada calle, impidiendo incluso el paso de ambulancias, me dirigí al gerente de la empresa comercial quien me aseguró que tenía permiso de la Alcaldía y de la Policía.

No habiendo encontrado al comisionado local de la Policía, no obstante haberle anunciado a este que llegaría de inmediato a visitarlo, recurrí al alcalde, a quien agradezco el haber atendido rápidamente mi llamada y manifestarme claramente que la Alcaldía no había otorgado permiso para bloquear la calle y que, por lo tanto, enviaría de inmediato al señor Emiliano Mendieta para que arreglara el asunto. Este, en efecto, llegó al poco tiempo y, después de hablar con el gerente, este tomó las medidas pertinentes para que tanto el brinca-brinca y demás instalaciones de la empresa comercial y la de teléfonos fueran colocadas en una calle lateral, pero sin obstruirla totalmente.

Varias personas que compartían mi visión y mi reclamo —dudando, sin embargo, de que tendría éxito— se quedaron sorprendidas positivamente por el hecho que la gestión que realicé como simple ciudadano de Diriamba fuera atendida por el alcalde con tanta rapidez y resuelta de manera expedita y discreta por el funcionario enviado.

Por lo tanto, es con sumo beneplácito que expreso públicamente mi reconocimiento al alcalde diriambino. En efecto, como simple ciudadano, me agrada comprobar que es perfectamente posible obtener una respuesta positiva, rápida y eficaz de un funcionario como el que actualmente desempeña el cargo de alcalde de Diriamba, ciudad que le ha dado a Nicaragua buen número de ciudadanos de todos los estratos sociales, empresariales y de todos los sectores políticos que han contribuido no solo al buen funcionamiento, limpieza y ornato de nuestra ciudad, sino al desarrollo económico, social y político de la nación entera. Por lo cual me siento orgulloso de que los diriambimos podamos tener la seguridad de que nuestras autoridades pueden, si quieren, ser factores no de dominación sino de servicio, de armonía y de cohesión social.

José Esteban González Rappaccioli

La lucha de la Contra

A inicio de esta semana miré en la televisión la entrevista que un periodista le realizaba al señor Julio Cesar Blandón (Kalimán), presidente del Partido Resistencia Nicaragüense (PRN).

En dicha entrevista el periodista quiso descalificar la unidad democrática firmada recientemente en la ciudad de Matagalpa, entre la alta dirigencia del Partido Liberal Independiente (PLI) y dirigentes de la verdadera Contra. En dicha entrevista “Kalimán” expresaba que ellos tienen los sellos del PRN. Está bien que los tengan, pues es lo único que tienen, porque la inmensa mayoría, los verdaderos comandos, cuadros, comandantes, correos y colaboradores de la Resistencia Nicaragüense no militamos ni estamos en ese partido, que no representa el sentir de la lucha histórica de la contra y que se ha unido al Frente Sandinista a cambio de diez láminas de zinc, una gallina o chanchito.

Nuestra lucha en los años ochenta no fue ni por zinc, ni por gallinas, ni por un chanchito, sino por la libertad, la democracia y la paz de Nicaragua. Miles de nuestros hermanos ofrendaron sus vidas por la libertad de este pueblo pero este partido ha traicionado la sangre de estos hermanos que cayeron en los campos de batalla luchando en contra de la oprobiosa dictadura sandinista, dictadura que partidos como el PRN quieren volver a instaurar.

Reto a “Kalimán” que visite Waslala, Rancho Grande, Matiguás, Río Blanco, San José de Bocay, El Cua y realice una concentración con verdaderos contras, a ver quién llega a apoyarlo.

En Matagalpa no eran cuatro contras los que estaban en el acto de la firma de la Coalición Democrática, como dice “Kalimán” en la entrevista, eran más de mil verdaderos comandos de la Resistencia Nicaragüense que llegaron por su propia voluntad y recursos, y que no los reúne el PRN ni nadie de los que andan con la nueva dictadura sandinista.

El PRN no es la contra. La contra somos una gran familia integrada por miles de comandos, cuadros, comandantes, correos y colaboradores de la verdadera Resistencia Nicaragüense y que nada tenemos que ver con el PRN. Como contras vamos a seguir luchando por la libertad, la democracia y la paz de Nicaragua y honrando la memoria de aquellos que ofrendaron sus vidas por una Nicaragua libre.

Máximo M. Castillo (Mexicano)

Cartas al Director Día del Trabajador

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