14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Cartas al Director

El Calentamiento global es el aumento de la temperatura en todo el planeta causado por la emisión a la atmósfera de un gas llamado dióxido de carbono que se produce al quemar combustible fósiles: carbón, petróleo, óxido nitroso y gas metano.

Calentamiento Global

El Calentamiento global es el aumento de la temperatura en todo el planeta causado por la emisión a la atmósfera de un gas llamado dióxido de carbono que se produce al quemar combustible fósiles: carbón, petróleo, óxido nitroso y gas metano.

Estos gases retienen el calor que emana de la superficie de la tierra calentada por el sol y no lo deja escapar al espacio produciendo lo que llamamos “efecto invernadero” fenómeno natural esencial para el sostén de los seres vivos.

En los últimos doscientos años desde el inicio de la revolución industrial se ha enviado a la atmósfera 0.6 billones de toneladas de dióxido de carbono que han aumentado la temperatura en 2 grados aproximadamente.

El calentamiento global ha sido calificado por expertos como una de las mayores amenazas para la humanidad si no logramos dar un aporte para disminuir el índice de reducción de gases dañinos para la atmósfera sería catastrófica para la humanidad.

El impacto que tendrá en nosotros y en el medioambiente el alza de la temperatura es difícil de predecir con certeza pero sabemos que traería consecuencias impredecibles; causaría la desaparición de los glaciares Himalaya que alimenta varios sistemas hidrográficos, al derretirse la masa de hielo continental correrían peligros cientos de especies marinas y al dilatarse los océanos por el recalentamiento, se intensificarían las tormentas, las inundaciones, también favorecería las enfermedades infecciosas pues la temperatura ayuda a los organismos que la transportan como el mosquito, cucarachas, chinches, garrapatas y hongos llegarían a países donde hoy no existen.

Nicaragua aporta un granito de arena en la descontaminación de la atmósfera a través de Bosawas, la mayor reserva, riqueza forestal y pulmón de Centroamérica con un 15.15 por ciento del territorio nacional y alberga el 3.5 por ciento de la biodiversidad mundial que produce 264 millones de toneladas de oxígeno, áreas protegidas por leyes nicaragüenses y la UNESCO.

Sin embargo, ¿qué estamos haciendo los nicaragüenses, gobierno y ambientalistas por frenar, detener o disminuir el despale indiscriminado que tala, aproximadamente 42,000 hectáreas pierde cada año?

En los últimos años Nicaragua ha perdido más de 971.50 kilómetros cuadrados de bosque y nadie quiere o puede frenar a los depredadores de Bosawas, alimañas peores que termitas. Ni el decreto presidencial 15-2013 ha detenido el criminal y descomunal despale, deforestación, quema y toma de tierras de la biósfera para ganadería y el cultivo “supuestamente”.

Es urgente y necesario salvaguardarla con toda la autoridad necesaria, porque cuando se haya secado el último río, cuando se haya talado el último árbol y cuando ya no hayan más peces que comer, hasta entonces nos daremos cuenta de que el dinero no se come, a sabiendas de que el hombre es el único animal que corta el árbol que le da sombra y frutos. Por eso está condenado a la muerte.

Byron López López

Ceguera política contra el cambio

El politólogo Emilio Álvarez Montalv+an explica en su libro Cultura política de Nicaragua el origen y las causas de por qué hemos pasado tanto conflicto, pobreza, desavenencias y las vicisitudes por las que estamos marcados desde el tiempo de la conquista española.

Lo mismo, pero a manera global de la región, lo explica Eduardo Galeano en su libro Las venas abiertas de América latina.

Hasta el día de hoy padecemos las consecuencias a las que el destino nos sometió y también la de nuestras malas acciones. ¿Cómo pasamos de ser el granero de Centroamérica al segundo país más pobre de América Latina, con problemas severos en seguridad alimentaria? Es una pregunta que todos nos hacemos. La respuesta es clara pero a la vez confusa y compleja, implica análisis de un gran compendio de lo que en sí es nuestra historia misma, la que hemos forjado como república.

La globalización nos penetró lacerando nuestra esencia, penetrando y desangrándonos sin clemencia, afirmando que hemos sido un país netamente agropecuario.

En la actualidad la mayor aberración a nuestra sobrevivencia es la manera irracional con la que producimos, aun conscientes de que nos está llevando al despeñadero. Tenemos una ceguera política, social y cultural para no cambiar el rumbo de las cosas. Preocupa demasiado el hecho de la desaparición de bosques, ríos, destrucción de áreas protegidas.

En Nicaragua tenemos mucha tierra ociosa, lo que ya es una ventaja, porque ahora vemos que la mayoría de estas regiones están áridas y sin mantos acuíferos. La tierra, sin agua, no produce; la lluvia nos da la espalda, no obstante el problema se traslada ahora a regiones donde históricamente ha abundado el agua, como la región del Pacífico, con buenas precipitaciones y acumulación en el manto friático, situación que presenta severo deterioro, ahora padecemos racionamientos de agua en las ciudades agravados con altas temperaturas.

A lo largo de nuestra historia productiva hemos sido oprimidos, en tiempos pasados por el feudalismo, latifundios, guerras y conflictos fratricidas; en tiempos modernos por grandes monocultivos, como el banano, el algodón, la caña, el maní, la palma africana, la ganadería extensiva, la minería, la industria maderera que extermina Bosawas, la invasión de la frontera agropecuaria, la mayoría con fines de saqueo y explotación de materias primas, dejando a su paso devastación ambiental marginado a la mayoría de la población a un sistema de subsistencia, pobreza, precariedad e injusticia social, agudizada cada vez más que pareciera una gran hecatombe.

En las ciudades proliferan aceleradamente los pequeños negocios de gente desempleada, puestos con capital extranjero y el empleo informal está al tope con gente que ya no sabe ni qué vender en las calles para poder comer, convirtiéndonos  en el escalafón del materialismo y consumismo que arroja el gran capital.

Y en las venas de nuestros campos fértiles donde está la esencia de nuestro subsistir, se pierde en el olvido y en el atraso nuestra única oportunidad de dignidad y orgullo.

Lenin Duarte

Un epílogo así para Nicaragua

El martes 2 de junio se publicó en el Diario LA PRENSA mi artículo Los goles de la ambición, abordando lo que creo un paralelo entre el gobierno de la FIFA y el Gobierno de Nicaragua.

Ese mismo día pude enterarme de la estrepitosa caída de Joseph Blatter, quien consolidó su inmenso y aparentemente inexpugnable poder a base de corrupción; usufructuó la popularidad de un deporte, como el futbol, a su favor; otorgó bienes y propiedades a sus allegados; purgó de su privilegiado círculo a quienes creyó sospechosos; permitió y fomentó que sus incondicionales amasaran enormes fortunas e hizo de la FIFA su propio país por encima de otros países, y claro, como ocurre con todos los tiranos, se empecinó en reelegirse una y otra vez. Incluso, a tan solo horas de haberse vuelto a reelegir, tuvo que renunciar a un cargo que ya comenzaba a saborear como vitalicio. No cayó por voluntad de sus “electores” sino por voluntad de la moral y la ética.

A mí me sigue alegrando esta noticia porque en Blatter se encarnan todos los dictadores de América Latina, porque se demostró que el voto forzado o comprado no sostiene eternamente a los dictadores y porque sentí que algo premonitorio hay en esta noticia, y me he quedado con la grata sensación de que nada es imposible.

Luis Rocha.

Cartas al Director Cartas al director

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí