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Cartas al Director

El colega economista Adolfo Acevedo ha hecho una importante contribución pública al formular —con la seriedad profesional que le caracteriza— importantes críticas al sistema estadístico del Banco Central de Nicaragua (BCN).

El debate sobre las cifras del BCN

El colega economista Adolfo Acevedo ha hecho una importante contribución pública al formular —con la seriedad profesional que le caracteriza— importantes críticas al sistema estadístico del Banco Central de Nicaragua (BCN). Esta última institución no ha aclarado debidamente — hasta el momento—, en relación con las inconsistencias en las cuentas nacionales, señaladas por Acevedo. Es de interés público que el Banco Central aclare de manera adecuada y transparente las inconsistencias en la cuentas nacionales que le han sido señaladas.

El presidente del Cosep, José Adán Aguerri —quien no es ningún experto en cuentas nacionales— en un artículo publicado el 11 de agosto en el Diario LA PRENSA —tácitamente— aunque sin mencionar nombres —cuestiona la capacidad de algunos colegas que se han referido al tema, a los que despectivamente llama “opinólogos”. No es la primera vez que el señor Aguerri de manera inapropiada pretende subestimar los serios análisis de algunos profesionales de las ciencias económicas. Mis felicitaciones públicas al colega Acevedo por sus importantes contribuciones al debate de los temas económicos centrales de Nicaragua.

José Luis Medal. Doctor en Economía

El respeto se gana

Hace pocos días leí que un magistrado del Consejo Supremo Electoral (CSE) pedía respeto a su investidura, a los manifestantes que solicitan transparencia en los comicios electorales.

Me sorprende el descaro de la solicitud que hace este magistrado, tomando en cuenta que hasta el más humilde campesino y el más pobre poblador de este país, sabe bien cómo se logra ser respetado por los demás. No es un secreto que este privilegio y valor se ha ido perdiendo conforme la política actual ha incidido en el cambio de actitudes de las personalidades, que por desgracia han sufrido la pérdida de los conceptos implícitos aplicados a las personas a ser respetadas.

Le pregunto a este magistrado: ¿Por qué le debemos respeto? ¿Será porque es un magistrado miembro de un poderoso partido o porque tiene mucho dinero?

Los conceptos del señor magistrado sobre el respeto están errados. Se respeta a quienes respetan a sus semejantes y él ha irrespetado a todo un pueblo por su falta de honestidad en el ejercicio de sus funciones públicas.

Pero si quiere puede alegrarse el señor magistrado, porque en este barco él no va solo, va acompañado de todos los participantes en este juego sucio que se llama “política corrupta”, ya sean rojos, azules o morados, porque todos han sido enlodados y los valores que antes poseían fueron cambiados por la avaricia y el poder. Por ello todos serán olvidados o mal recordados.

Ramón Picado

Hace falta un líder

Ante la necesidad de un cambio en Nicaragua es indispensable que aparezca un líder que sepa conducir a la nación para sacarla de la iniquidad en que la tiene sumida el sandinismo orteguista. Un líder que no venga contagiado de las impurezas políticas que han impedido el desarrollo hacia una efectiva institucionalidad por donde se canalice la democracia.

Este país no puede seguir siendo dominado por la irracionalidad de los poderosos que hacen de él un feudo, donde la arbitrariedad y el abuso se hallan por encima de la razón. Nicaragua no puede ni debe estar limitada en sus aspiraciones y somos los mismos ciudadanos quienes estamos llamados a restituir sus derechos.

John F. Kennedy, abanderado de la democracia continental e impulsor de la Alianza para el Progreso, lo dejó dicho para la posteridad: “No digas qué puede hacer la patria por ti; pregúntate ¿qué puedes hacer tú por la patria?” Las dictaduras son posibles cuando los mismos ciudadanos las fomentan con actitudes alienantes, con un conformismo extremista y viciado que inhibe la lucha para obtener los cambios necesarios.

Nicaragua no debe continuar como está. Tiene derecho a ser un país con personas pensantes, no una patria de borregos donde la servidumbre prevalece saboteando el honor ciudadano. El hecho de ser una república gobernada por otra dictadura igual o peor que la anterior, no implica que nos volvamos corderos obedientes de un sistema que no encaja dentro de la idiosincrasia nicaragüense.

A pesar de la descomposición social que la sigue carcomiendo Nicaragua todavía cuenta con valiosos elementos de la sociedad civil, quienes con su talento y honestidad gobernarían de manera acertada, pero la capacidad intelectual está arrinconada. Sin embargo, aunque prácticamente todos los políticos se han vendido en Nicaragua, eso no significa que las esperanzas se han perdido.

Es justo pensar que siempre hay tiempo para que las cosas se mejoren, o se corrijan, pero esas posibilidades solo pueden darse en dependencia de lo que cada uno haga, o sea de la participación ciudadana. Pero si queremos sentarnos al contorno de la mesa con el banquete servido, de hecho seguiremos condenados a vivir la misma historia, que se suele repetir por el indiferentismo de quienes pudiendo hacer algo por Nicaragua no lo hacen, demostrando con ello la ausencia de patriotismo.

Nicaragua es de todos y debemos juntar esfuerzos y voluntades en la gran tarea de construir una nueva y verdadera república. Para lo cual se necesitan líderes nuevos con el carisma de servir sin ser servidos conduzcan la construcción de una Nicaragua transparente, donde haya honestidad administrativa y demostremos que somos capaces de levantar lo que momentáneamente se ha caído por motivos de todos conocidos.

Hugo Ramón García. Periodista de Somoto

La guerra y sus consecuencias

Se sabe que los conflictos armados son momentos donde los humanos no racionales resuelven sus diferencias haciendo uso de armas. Quisiera mencionar que en la dinámica de la guerra de los años ochenta se generaron algunos daños adyacentes de índole psicológico y social en los grupos vulnerables, tales como niños, niñas y jóvenes.

Mi propósito en particular es que nos encontremos en la capacidad de armar una versión de índole reflexiva, constructiva y creativa de lo sucedido en la guerra, por lo que identifico afectaciones psicológicas, que se derivan de la posguerra. Son aspectos invisibles que se tienen que atender de una manera especial. Alguien dijo que “la guerra es una barbarie surrealista, es un espectáculo mediático para los que viven fuera de ella y un espejismo para los que están dentro”.

En el periodo bélico los medios de comunicación de la época no dudaron en presentar y/o mencionar detalles escénicos (gente mutilada, etc.) producto del combate entre “milicianos” y “contras”, obviamente esto afectó el desarrollo estándar de los más vulnerables. El condicionamiento ambiental (escenario bélico) se convirtió en un facilitador de la influencia de guerra en los pequeños y jóvenes.

No hay estudios especiales sobre los daños adyacentes que esta guerra ocasionó. La lucha armada aprovecha condiciones “favorables” para generar daños, tales como: 1) Vulnerabilidad social; en la época de guerra se dice que la niñez nicaragüense sufría algún grado de desnutrición crónica; 2) La situación económica podía calificarse como crítica; y 3) La existencia de un servicio militar obligatorio (Ley del Servicio Militar Patriótico, del 13 de septiembre de 1983) que acarreaba a jóvenes con 17 años cumplidos.

Finalmente, quiero resaltar que una persona puede tener afectaciones ocultas que dañan la paz interna de este como individuo racional, asimismo reaccionar violentamente producto de su vivencia bélica del pasado y lesionar a los miembros de su estirpe y vecinos.

Ana Sofía Mendoza Gutiérrez, estudiante de Psicología UCA

Cartas al Director BCN Economía Nicaragua

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COMENTARIOS

  1. Porfirio J. Gómez
    Hace 9 años

    ….no aplausos ni genuflexiones, sino la exigencia del fiel cumplimiento de la constitución y las leyes, que juró cumplir.

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