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Pastoral familiar: desafíos y oportunidades

El tema de la familia se ha convertido en una prioridad para la sociedad. No hace mucho era casi una exclusividad de la religión en cuanto ha cuidado su estabilidad institucional y su rol determinante en la formación humana, cristiana y social como célula fundamental de la sociedad.

El tema de la familia se ha convertido en una prioridad para la sociedad. No hace mucho era casi una exclusividad de la religión en cuanto ha cuidado su estabilidad institucional y su rol determinante en la formación humana, cristiana y social como célula fundamental de la sociedad.

En los últimos decenios, esta institución humana y divina, ha sido objeto de atención de una manera particular por el Estado, organismos nacionales e internacionales, y la sociedad civil; unos para defenderla, protegerla y promoverla; otros para destruirla usando su propio nombre y proponiendo un tipo de familia distinto a los conceptos tradicionales. Hoy se manejan varias definiciones de familia, entre ellas: “Nuclear”; “monoparental”; “tradicional”; “amplia”; etc.

Como consecuencia, la familia ha experimentado violentos cambios con su identidad y costumbres tradicionales, hasta tal punto de enfrentarse en el seno de la misma familia comparando la anterior con la contemporánea. Entre esto podemos mencionar nuevos patrones de conducta impuesto por ideologías antifamilia; programas de estudio que han desvalorizado la educación moral a cambio de una permisividad, vista hoy como un derecho humano individual inalienable.

El significado del matrimonio y la vida humana es otra relevancia en la actualidad. En general, las nuevas generaciones rechazan el compromiso civil y religioso para evadir responsabilidades y compromisos ante Dios y ante la ley. Hoy está difundido que la unión conyugal debe pasar primero por un período de prueba, que significa cohabitar pero sin garantía de estabilidad; es decir, se considera la relación como un mercantilismo donde no cuenta la dignidad humana ni el temor de Dios.

Es interminable un listado de verdades que está viviendo la familia; por ende, para la Iglesia, esta institución es de máxima importancia ya que en el lenguaje de San Juan Pablo II, en la familia se fragua el futuro de la sociedad y por ende el futuro de la iglesia. Pero como señalo al inicio de este artículo, la familia ha sido abarcada por el Estado y la sociedad en general hasta el punto de formular un Código de la Familia, como una espada de doble filo, que por una parte afirma la defensa de sus derechos esenciales para sobrevivir, pero por otra, al entrar en la intimidad de la pareja y de los hijos termina destruyéndola al no buscar la reconciliación sino separarla bajo pretextos antojadizos —en algunos casos— a la familia en su totalidad e intimidad.

Frente a esta realidad, urge la defensa y protección de la familia por todos los sectores; es por ello que la Pastoral Familiar de la Arquidiócesis de Managua realizará su VII Congreso de Pastoral Familiar el 6 de septiembre en Managua, 20 en Masaya y 27 en Carazo del corriente año que involucrará a agentes de pastoral familiar, docentes y profesionales. La familia está en todos los ámbitos y nadie puede sustraerse a este deber humano, cristiano y patriótico. Para los nicaragüenses,

Religión y Fe

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