Demócratas socialistas
Una entrevista reciente a Debbie Wasserman Schultz ha dado mucho de sí ya que la presidenta nacional del Partido Demócrata se negó a responder una pregunta de lo más sencilla: qué diferencia a un miembro de su partido de un socialista. En el primer momento se desconcertó y soltó una risa. Pero cuando Chris Matthews —en el programa Hardball de la MSNBC— volvió a la carga, ella dijo que, encontrándonos ya en campaña electoral, lo importante no son las diferencias entre un demócrata y un socialista, sino entre un demócrata y un republicano. Matthews, que menudo es, argumentó que esas diferencias él se las sabía y, en todo caso, no era lo que estaba preguntando de modo que por favor respondiera, si podía. Debbie, que es mujer de ideas fijas, continuó con la majomía de que lo relevante en estos momentos son las divergencias entre republicanos y demócratas, los primeros unos extremistas de la derechona mientras los segundos ofrecen a todo el mundo la oportunidad de triunfar.
Así que Matthews la dejó por imposible. Entonces el domingo por la mañana Chuck Todd —en Meet the Press de la NBC— retomó el asunto, si bien con idéntico resultado porque Debbie evadió de nuevo la cuestión. Sin embargo, es algo de la máxima actualidad porque uno de los aspirantes a la Casa Blanca por el Partido Demócrata es el senador Bernie Sanders, un socialistón de toda la vida, no un demócrata. Sanders de ordinario vota con los demócratas en el Congreso, pero no es un demócrata y el hecho de postularse ahora dentro de sus filas crea, cuando menos, confusión. Lo que no sabemos es si Debbie no respondió por no crear un cisma partidario alrededor del que podría terminar siendo el candidato demócrata o porque no sabía la respuesta.
La confusión, a veces interesada, es de vieja data. Por ejemplo, se atribuye a Norman Thomas, tras seis intentos fallidos de llegar a presidente de los Estados Unidos, la siguiente afirmación: “Ya no necesito aspirar a la presidencia por el Partido Socialista. El Partido Demócrata ha adoptado nuestra plataforma”. Eso es evidente, por la considerable deriva de los partidos estadounidenses hacia la izquierda, pero de lo que no hay certeza es de la cita misma pues todas las fuentes la remiten a “un discurso de 1944”, sin más. Mejor documentada está la declaración de Upton Sinclair de 1951: “El pueblo americano terminará por aceptar el socialismo, pero no mientras lleve esa etiqueta y la prueba soy yo mismo. Postulado en la boleta socialista recibí apenas sesenta mil votos, pero con una vaga consigna de acabar con la pobreza en California conseguí 879,000”. No extraña entonces que los socialistas prefieran despistar al personal presentándose como demócratas, aunque ya son como ochenta los miembros demócratas del Congreso que reconocen paladinamente pertenecer al Congressional Progresive Caucus —si bien no a la agrupación Democratic Socialists of America u otras con denominación por el estilo.
Políticos como Raúl Grijalva, Maxime Waters, Nancy Pelosi, Sheila Jackson, Xavier Becerra, Luis Gutiérrez y John Conyers entre muchos otros extremistas saben que la noción de “progresismo” resulta bastante menos indigesta para el común de los mortales que la de “socialismo”. Y al final no averigué si Debbie Wasserman Shultz rehusó contestar por no saber, no poder o no querer. ©FIRMAS PRESS
José Antonio Zarraluqui. Analista político.
Chinandega de espaldas a la cultura
Desde hace muchas décadas Chinandega ha sido un importante bastión de generación y dinamismo económico para el país, sobre todo en el área agropecuaria, empezando por los famosos monocultivos del banano y el extinto algodón y de pujante comercio y a la postre en muchos otros rubros de productividad, puertos, camaroneras, algunas industrias y un turismo más alentador, esto por su posición geográfica estratégica, costas del pacífico, tierras fértiles, abundante agua y su versatilidad en recursos naturales de gran belleza y valor.
Sumado a la gran generación de ingresos fiscales para el estado derivado de dicho dinamismo económico, siempre se suele escuchar, “es la segunda capital del país, aquí se mueve el billete”, incluso lo dicen los chinandeganos, toda la gente que viene de otros departamentos, las cifras exactas de todo este boom económico se lo dejo a los expertos en economía, estadistas y analistas financieros.
Son innumerables los problemas sociales que enfrenta este departamento de alta explosión demográfica. Ahora analicemos a una Chinandega que de antaño ha estado de espaldas a la cultura en todas sus formas de expresión. Es evidente que la semilla del progreso cultural en esta ciudad de tierras fértiles, se inhibe desde que empieza a germinar y aunque es muy cierto el dicho que nadie es profeta en su tierra, ¿cuándo será el día que esta sociedad siembre bases sólidas para cultivar los beneficios y las bondades de una sociedad más culta y civilizada de pensamiento progresista, pues el hecho de producir dinero necesariamente no nos hace mejores, al contrario muchas veces acarrea serios problemas sociales, de marginalidad de indiferencia e incomprensión cuando no tenemos como sociedad el sentido del bien común.
Me pregunto como ciudadano chinandegano cuándo será el día que verdaderamente apoyemos a la cultura y a los artistas de esta ciudad, cuándo será el día en que la sociedad puje hacia esa realidad y que las autoridades se propongan destinar recursos para los artistas, construir un teatro municipal, un museo arqueológico, una galería de pinturas, instalaciones e imprentas locales para los escritores, instalaciones propias para una escuela de danza, etc. Otro dicho que siempre ha tenido resonancia es que “Managua es Nicaragua”, allí se quedan y se destinan los fondos para el arte y la cultura indistintamente de ser la capital.
Chinandega también merece su lugar en la formación de la cultura pues que más puede dar esta ciudad del cacique Agateyte que toda su fertilidad y riqueza abonanza para la nación.
Lenin Duarte
Rodolfo Sandino Argüello
El día jueves 3 de septiembre del año en curso, nos congregamos devotamente en el sagrado recinto de la capilla de la Universidad Centroamericana para manifestar nuestro profundo pesar a sus familiares por la muerte del doctor Rodolfo Sandino Argüello, hijo dilecto de Granada y maestro forjador de generaciones.
La noticia de su muerte y su paso a la eternidad me conmovió profundamente y pasará mucho tiempo para que pueda olvidar, si es posible, a tan ilustre ciudadano, maestro y amigo. Algunos de los allá presentes recibimos del maestro Sandino Argüello la formación académica de la ciencia del Derecho que nos ha permitido ser ciudadanos útiles a nuestra patria nicaragüense.
El doctor Sandino Argüello se distinguió como decano emérito de la Facultad de Derecho de la Universidad Centroamericana (UCA),
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