El Santo Rosario
Los católicos celebramos octubre como el mes del Santo Rosario, fecha instituida como la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias por el papa San Pío V. Al año el papa Gregorio XIII cambió el nombre de la fiesta por el de Nuestra Señora del Rosario.
Esta oración debe ser meditada no repetitiva de manera mecánica como lo ha orientado nuestra Madre Celestial a través de las apariciones a personas escogidas por sus virtudes.
El Rosario es el propio evangelio y el Dios te salve María son palabras del ángel Gabriel, de Santa Isabel y la segunda parte de la Iglesia católica.
Nuestro Señor Jesús es carne y sangre de María Santísima, venerar a María es adorar a Jesús, no hay hijo que no quiera a la persona que honra a su madre, por tanto amar a María es amar a Jesús, y las letanías son oraciones de súplica e intercesión por unos hijos, cuando una madre pide a su hijo que realice un favor, este lo realiza, es igual con María, ella intercede ante su único hijo por sus hijos adoptivos.
Los sacerdotes, hijos predilectos de María según las apariciones, están obligados a propagar el Rosario a la Virgen María y el Rosario de la Divina Misericordia. María nos dice: “Hagan todo lo que él les diga”.
El Padre Celestial nos da a conocer a través de María el Magníficat, oración que viene del cielo y nos indica a no tener miedo a como lo repiten nuestros obispos. El miedo es natural, también Jesús sintió miedo hasta el punto de sudar sangre y se reconfortó por la oración. María estuvo al pie de la cruz enseñándonos que ese es nuestro lugar.
El Magníficat nos dice que el Señor derriba del trono a los poderosos y dispersa a los soberbios de corazón, así que no importa que un poderoso dicte leyes arbitrarias e injustas para protegerse de una rebelión o querer perpetuarse en el poder, cuando el Espíritu Santo es enviado al pueblo no existe fuerza humana capaz de detenerlo.
Cuando la Iglesia, a través de su obispo monseñor Rolando Álvarez hizo el llamado al pueblo de Rancho Grande, Matagalpa, para protestar por el bien común, la respuesta fue contundente. La marcha dio su fruto y el Gobierno retrocedió.
El fanatismo ideológico mantuvo cautivo a San Pablo y causó mucho daño al pueblo cristiano hasta que fue iluminado por nuestro Señor Jesucristo. Esto demuestra que mientras una persona no conoce a Dios es capaz de realizar cualquier maldad, hasta perder su dignidad. Para estas personas ha quedado el canto del Magníficat por lo que hay tiempo de rectificar antes de llegar a Jesús con la conciencia negra.
Cuando el malvado muere, se acaba su esperanza sus riquezas ya no lo ampara, el justo se verá libre del peligro en su lugar caerá el malvado. Palabra de Dios.
Nuestra vida debe ser honesta y no tirar nuestros valores y gracias que habíamos conseguido tiempo atrás, hermanos estamos a tiempo de rectificar y no seguir a un hombre que no es más que eso, un hombre que algún día dará cuenta de todo lo que hizo. Los falsos pastores se van al fuego eterno junto con sus seguidores.
Alejandro Calero Dávila
Sínodo, familia e Iglesia para el siglo XXI
En Roma soplan aires de cambio. Aires de primavera. Desde del 4 hasta el 25 de octubre tiene lugar en el Vaticano la XIV Asamblea General ordinaria del sínodo de obispos; una reunión de 270 obispos de todo el mundo que debatirán durante esos día sobre la pastoral de la Iglesia para las familias del siglo XXI, todo ello bajo el impulso renovador del papa Francisco.
Además de los obispos, participan del sínodo como invitados 18 familias de distintas partes del mundo, 24 expertos en temas de familia, 51 auditores y 14 “delegados fraternos”, que son delegaciones de otras iglesias cristianas como un signo de ecumenismo y unión (cfr. Juan 17, 20-26).
El sínodo tiene como antecedente inmediato el convocado en 2014. Anteriormente a esto, el papa Francisco elaboró un cuestionario que fue enviado a los feligreses y conferencias episcopales católicas de todo el mundo sobre temas tan espinosos como el divorcio, las parejas que conforman las minorías sexuales, los matrimonios interconfesionales, las madres solteras y el aborto.
Del primer sínodo se elaboró un documento de trabajo que actualmente se está usando este sínodo y sirve para dirigir los debates, temáticas e intervenciones. Asimismo, el papa Francisco envió un nuevo cuestionario a los fieles para preguntarles su opinión sobre las decisiones pastorales que propuso la primera reunión de obispos, así como otros temas de actualidad.
Así llegamos al actual sínodo 2015. Con muestras de colegialidad episcopal por parte del papa Francisco, de escucha a los fieles, y una nueva forma de anunciar la doctrina cristiana. “Con un oído en el pueblo y el otro en el Evangelio”, como decía monseñor Enrique Angelleli, obispo mártir argentino.
Como cristianos debemos orar fervientemente por el sínodo. Lo que decidan como recomendaciones los padres sinodales marcará las líneas pastorales sobre los temas de familia en la Iglesia católica para los próximos decenios. En un acontecimiento único, histórico y eclesialmente sensible.
Tanto el papa Francisco y el sínodo han estado bajo presión. Tanto desde dentro como desde los medios de comunicación. Todos recordamos con tristeza el caso del excura polaco Charamsa, declarándose homosexual a unos pasos de la Basílica de San Pedro y pidiendo al sínodo aceptar los matrimonios gay, o la reciente supuesta filtración de una carta de 13 cardenales de sector más ultraconservador dirigida al papa criticando tanto el documento de trabajo del sínodo como la forma colegial en que se está llevando a cabo la magna reunión.
Al inicio del presente sínodo, el papa Francisco recordó a los padres sinodales que la Iglesia “no es un museo”, y que se dejaran guiar por el Espíritu Santo, la misericordia de Dios y el amor al pueblo cristiano.
Ciertamente, los retos para una Iglesia del siglo XXI son grandes. Y lo más triste es que muchos dentro y fuera de la comunidad católica critican las iniciativas del papa.
“Valor apostólico, humildad evangélica y oración confiada”, pidió el papa Francisco a los padres sinodales. Que ese ruego sea también el nuestro por la Iglesia.
Israel González Espinoza
Observadores internacionales
La última encuesta dada a conocer por un organismo encuestador expresa que de cada diez nicaragüenses nueve de ellos quieren que haya observación internacional en el próximo proceso electoral nacional a realizarse el primer domingo de noviembre del próximo año 2016. O sea que el noventa por ciento de los nicaragüenses queremos observación electoral internacional. Es decir que ahora no somos solo los cuatro gato, como nos dijera el director de un programa de televisión, los que queremos observación internacional neutral, y digo neutral porque el dictador Daniel Ortega puede acceder a que vengan observadores internacional pero los afines a su gobierno, y los nicaragüenses queremos observación internacional y nacional neutral.
Pero bien, me alegra que los nicaragüenses ya estemos despertando porque si nos fijamos en esta encuesta ahora no solo los demócratas estamos demandando observación internacional, porque en el noventa por ciento del total de los encuestados también están los mismos que respaldan y simpatizan con el dictador Ortega y su familia presidencial, así como los independientes. Para mí eso es lo más importante de esta encuesta, que los mismos sandinistas e independientes están claros que aquí ha habido fraude electoral y de la importancia de la observación internacional.
Los nicaragüenses demandamos observación internacional neutral como los observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión Europea (UE) , el Centro Carter, el Instituto Republicano (IRI) solo para mencionar algunos de los organismos que pudieran aportar observadores internacional neutrales.
Quiero felicitar por este Diario, a estos ciudadanos nicaragüenses que fueron encuestados y que demandaron sin temor alguno la observación internacional.
Máximo M. Castillo (Mexicano)