Por Marianela Lacayo
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La democratización de la industria de la moda, apoyada en los avances tecnológicos que dan lugar a nuevos materiales para confección de calzado, ha permitido superar la elaboración tradicional, llevando las tendencias, modas y estilos a un nivel más accesible para los consumidores. Por eso hoy, el calzado más costoso es el que se confecciona artesanalmente y con materiales naturales como el cuero, la madera y las fibras vegetales.
Un fondo de armario actual debe tener calzado en tonos neutros que permitan su combinación con cualquiera de los colores de la vestimenta. Además, su estilo debe armonizar con el de la persona y las actividades a realizar.
Para los estilos informales es importante tener zapatillas deportivas, loafers, sleepers, bailarinas, mocasines o alpargatas, sandalias altas y planas, plataformas corridas o cuñas, peep toes, zapatos de salón y estiletos, en colores básicos como negro, azul oscuro, café, color piel (nude), gris o camel. Para noche los tonos metalizados son el plateado y dorado. Y el color más llamativo, pero básico, es el rojo.
Antes de cualquier adquisición hay que asegurarse de que el calzado no lastime, incomode u ocasione problemas físicos graves. Tenga en cuenta que el pie necesita una inclinación mínima de tres centímetros de alto, más bajo puede ocasionar dolores en el pie y piernas. Por otro lado, el abuso de los más altos, con tacones superiores a los ocho centímetros, con el tiempo causa daños irreparables en las articulaciones de dedos, tobillos y rodillas.
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