Campesinos heroicos
Nuestros heroicos campesinos y sus dirigentes han escrito un glorioso capítulo en la historia de Nicaragua. Por primera vez, que yo recuerde, se ha llevado a cabo una gran marcha de gente del campo esta vez demandando la derogación de la Ley 840, la ley del Canal.
Felicito a los campesinos por esta tremenda hazaña que puso en jaque a la tiranía desde tempranas horas de la noche anterior —del día de la marcha— a pesar del despliegue de fuerzas y de simpatizantes orteguistas y empleados públicos por todo el país, incluyendo las rotondas, y fuerzas de choque de la Juventud Sandinista para frenar la marcha.
Pero fracasaron en su intento porque la mayoría de los camiones repletos de campesinos lograron ingresar a Managua aunque varios miles de campesinos fueron detenidos por la Policía pretoriana en ciertos puntos de la trayectoria.
Varias personas fueron heridas por sicarios enmascarados en motocicletas en los alrededores de Bello Horizonte, por lo que fueron trasladados al Hospital Alemán. Daniel Ortega es el responsable de estos sicarios armados que se enmascaran para que no los reconozcan. Lo peor en el caso es que en la agresión de Bello Horizonte los antimotines se hicieron de la vista gorda y no actuaron.
Las conclusiones de esta gran marcha son que nuestro pueblo, especialmente el campesinado, está firme y decidido a defender sus propiedades hasta las últimas consecuencias si es necesario y no permitirá que el gobierno totalitario y excluyente se apodere de esas tierras entregando la soberanía del país a la China continental, en la figura del socio de Ortega, Wang Jing, como propietario de una compañía inventada con las siglas HKND cuya escritura de constitución se llevó a cabo en Managua por una suma simbólica y aprobada el mismo día.
Por una Nicaragua libre y soberana sin dictaduras ni tiranías y un gobierno de todos y para todos con igualdad de oportunidades y justicia social.
Erasmo Medina.
Deficiencia policial
Soy asiduo lector de LA PRENSA, blufileño radicado en Diriamba. Atendiendo la gran cantidad de reportajes sobre el deterioro institucional de la Policía Nacional (PN) quiero exponer una experiencia reciente.
Por motivo de andar buscando la vida un día de estos, dejé sola mi casa en la cual se introdujeron rateros robándome varios enseres, por lo que me dirigí a poner la denuncia en la delegación de la PN de Diriamba.
En la recepción de la delegación policial, una señora policía me orientó hacia una oficinita al lado, donde con el debido permiso me introduje, recibiéndome en su escritorio otra agente, la que se encontraba comiendo un vaho a las 10:00 de la mañana, por lo que me indicó con un ademán que me saliera y esperara.
Queriendo ser proactivo llevé una denuncia escrita con los nombres que me dieron los vecinos de los rateros a quienes habían visto saltar la cerca de mi casa. Pero me dijo la agente policial, de mala gana, que “nosotros no le podemos estar cuidando su casa”. Le aclaré que no les pedía tal cosa; así que me mandó a sacar seis fotocopias de la denuncia, que le diera un número telefónico y que me iban a llamar.
Pasaron dos semanas y nada, así que me dirigí de nuevo a la delegación. Esta vez hablé con la comisionada jefa que me asignó a un agente, el que me pidió otras tres copias de la denuncia, pero rezongando dijo: “Claro, como la comisionada no es la que hace las investigaciones, nos carga de trabajo”, para luego decirme que me llamaría, pero habiendo pasado tres meses, no procedieron a nada. Le llamé un par de veces, contestándome de mal modo que tuviera paciencia.
Deja mucho que desear la actuación policial, interpretando el suscrito que tal vez por el roce con el delito y la falta de supervisión se han vuelto indolentes y por consiguiente colaboradores con este. El ladrón apuntala el crimen organizado ya que roba, luego vende lo robado a los conocidos “topes”, con el dinero obtenido compra licor o drogas, así como una bola de nieve va creciendo el delito porque el delincuente se siente impune ya que la autoridad policial no actúa.
El problema va a ser que por su entrenamiento deficiente, falta de conciencia y de control superior, así como la saturación informática de los delitos que cometen desde la cúpula presidencial y el resto de poderes del Estado, ellos serán también avasallados, como les pasó hace años en Bluefields donde sicarios asesinaron a varios agentes policiales, con detrimento de la moral ciudadana.
Tulio Cruz Chávez, Diriamba.
Unidad en la diversidad
En LA PRENSA de los domingos hay una sección de pensamiento que da título a esta carta y que es, generalmente, tan interesante como productiva.
No me voy a referir al magisterio que don Mario Vargas Llosa imparte sobre el más leve tema que aborde. No solo nos ilustra sobre lo desconocido con una luz no por cotidiana menos nueva, sino que con él aprendemos lengua y literatura castellana.
Voy a referirme a dos compañeros de página, que dada su heterogeneidad, vendrían a confirmar a LA PRENSA como un diario plural.
No hay dos escritores más dispares que el periodista Carlos A. Montaner y el doctor Alejandro Serrano.
El primero no ha evolucionado en sus viejas concepciones sociales y políticas ultraconservadoras. Tanto es así que llega a ver en el papa un instrumento del comunismo internacional y lo presenta como una amenaza al estatus quo donde el mercado del capital debe regir la vida de los ciudadanos del mundo, según su peculiar criterio. Es un cruzado inflexible en la defensa del pensamiento más rancio, lo que no quita que tenga toda la razón en calificar a su querida Cuba (nuestra querida Cuba) como un régimen dictatorial.
El segundo, como filósofo que es, ha sabido utilizar la dialéctica para flexibilizar su línea de pensamiento, sin renunciar a exponer la realidad social tal como es. Ha sabido moverse con la historia, ha acercado el pensamiento filosófico al vulgo y ha abierto unos márgenes de tolerancia en sus propuestas que le confirman como el pensador más inclusivo y valioso de nuestro país. Su insistencia sistemática sobre el rol preponderante de los valores por encima del consumo atosigante, marca el camino a la sociedad para salir del atolladero existencial en que nos debatimos y ojalá que su mensaje cale en nuestra juventud, cada día más necesitada de referentes de altura y dignidad.
Como digo, esta cohabitación de dos escritores tan dispares en la misma página, podría atribuirse a la práctica que hace el Diario LA PRENSA de la “unidad en la diversidad”.
Javier Amor.
¿Clausurarán centro educativo?
En meses anteriores un centro escolar fue clausurado por el Ministerio de Educación por supuestos maltratos físicos y sicológicos en unos alumnos. La directora del centro fue condenada por estos actos lesivos.
Recientemente, en un “prestigioso” centro educativo, un alumno fue abusado sexualmente por un profesor durante varios años. ¿Cuál será la actitud del Ministerio de Educación y del Ministerio de la Familia en este bochornoso hecho contra un menor? ¿Será este centro clausurado?, ya que es peor la violación que los maltratos ocurridos en el otro centro escolar.
La actitud de los padres de familia debe ser firme, no solo contra el profesor, sino también contra la dirección de dicho centro, ya que ellos pagan una suma considerable en la educación y sobre todo cuido de su hijo, para que ahora el niño quede con lesiones sicológicas para toda la vida.
Julio León Báez