Por Mónica García Peralta
Convivir con una alergia no es la tarea más fácil, porque los constantes estornudos, picazones e inflamaciones en el organismo pueden entorpecer hasta las conversaciones y la vida cotidiana. Lo peor no es eso, sino que son cada vez más frecuentes entre la población.
De hecho la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que entre 30 y 40 por ciento de los habitantes del mundo son afectados por este tipo de padecimientos en la actualidad.
Esta es una razón de peso para considerar la alergia como un problema de salud pública, explica el doctor César López del Valle, alergólogo. Sin embargo, quienes deciden buscar a un especialista, obtener un diagnóstico y tratarse, son muy pocos, tanto en Nicaragua, como a nivel mundial
La OMS también calcula que unos 300 millones de personas tienen asma, una de las enfermedades que más afecta la calidad de vida y que además genera un gran impacto en la economía familiar. Al no ser tratadas de forma adecuada, las alergias producen unas 250,000 muertes anuales en todo el mundo.
LA CLAVE: EL TRATAMIENTO
En este sentido, de acuerdo con el experto en alergología, resulta fundamental proporcionar entrenamiento y educación, no solo para los pacientes, sino también para las familias de un enfermo alérgico, en primer lugar, para identificar de forma certera los alérgenos (desencadenantes de reacción) y así poderlos evitar.
En esta edición gráfica, explicaremos los cuatro componentes que desatan una reacción alérgica, tales como el alérgeno que es la sustancia causante de las alergias. La inmunoglobulina E que es el anticuerpo que produce el sistema inmunológico en respuesta al alérgeno. Los mastocitos: células especiales ubicadas en la piel o en órganos húmedos del cuerpo como nariz, boca y ojos, que a su vez están cargadas de histamina que es principal causante del proceso alérgico.
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