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Una fotografía de archivo folleto emitido por el Ministerio de Defensa francés 31 marzo 2011 mostrando aviones de combate franceses Rafale en vuelo, en un lugar desconocido.EFE

Francia bombardea feudo del EI en Siria

Aviones franceses bombardearon este domingo el feudo del Estado Islámico (EI) en Al-Raqa, en el este de Siria, en una primera respuesta a los atentados en París, reivindicado por el grupo yihadista.

Aviones franceses bombardearon este domingo el feudo del Estado Islámico (EI) en Al-Raqa, en el este de Siria, en una primera respuesta a los atentados en París, reivindicado por el grupo yihadista.

Doce aparatos, entre los cuales diez cazabombarderos, lanzaron una veintena de bombas destruyendo un puesto de mando y un campo de entrenamiento, anunció el Ministerio de Defensa galo.

“El primer objetivo destruido era utilizado por Dáesh (acrónimo en árabe del EI) como puesto de mando, centro de reclutamiento de combatientes yihadistas y depósito de armas y municiones. El segundo objetivo albergaba un campo de entrenamiento terrorista”, precisó el Ministerio, añadiendo que “los objetivos fueron previamente identificados”.

SE BUSCA

Por otra parte, la Policía difundió este domingo la foto de un presunto implicado en los atentados en París, bajo orden de arresto internacional, y concentra ahora su investigación en Bélgica, el país donde podrían haberse planificado los ataques.

El sospechoso es Salah Abdeslam, de 26 años, un hombre de rostro aguileño, ojos y cabello oscuro, de talla media (1.75 metros), considerado “peligroso” y que residía en Molenbeek, un barrio popular de Bruselas donde al menos cinco personas han sido detenidas desde los atentados. La orden internacional fue emitida por la justicia belga.

Los ataques del viernes, que dejaron 129 muertos y 350 heridos, tuvieron lugar simultáneamente en varios puntos de París, cuando hombres armados con Kalashnikov dispararon contra los asistentes a un concierto de rock y contra personas que estaban en las terrazas de varios cafés.

También hubo un ataque contra el Estadio de Francia, en las afueras de París, donde se disputaba un partido de futbol. Tres suicidas se hicieron estallar en el exterior y el ministro de Deportes francés confirmó este domingo que habían intentado entrar en el recinto.

La investigación apunta ahora a Bélgica, donde a principios de semana se alquilaron dos de los vehículos que fueron utilizados en los atentados.

Uno de ellos (un Seat negro) fue hallado el domingo por la madrugada en las afueras de París con varias armas dentro. El otro (un VW Polo) fue descubierto cerca del Bataclan, la sala de conciertos donde murieron 89 personas.

FLORES, CAMPANAS Y FALSA ALARMA

Cientos de personas dejaron durante toda la jornada del domingo flores, velas y mensajes en los lugares de los atentados. En la céntrica plaza de la República, convertida en mausoleo improvisado de recuerdo a las víctimas, se vivió una breve estampida humana por una falsa alarma, signo del nerviosismo de los parisienses tras los ataques.

Durante todo el fin de semana se multiplicaron las manifestaciones de solidaridad en el mundo. Entre varias, este domingo las luces de la Fontana de Trevi y del Coliseo en Roma fueron apagadas durante minutos en un homenaje sobrio silencioso a las víctimas.

BÉLGICA EN EL PUNTO DE MIRA

De los siete suicidas que participaron en los ataques, tres ya han sido identificados y son franceses, de entre 20 y 31 años.

Dos de ellos vivían en Bruselas, uno en el barrio de Molenbeek, según la Fiscalía belga. El primero se hizo estallar cerca del estadio de futbol y el otro en el bulevar Voltaire, en el este de París. Ambos murieron.

Según fuentes de la investigación este último sería el hermano de Salah Abdeslam y también hermano de otro hombre detenido el sábado en Bélgica.

El tercer suicida, que ya fue identificado el viernes, es Omar Ismail Mostefai, de 29 años, por ahora el único identificado de los que participaron en el atentado al Bataclan.

Los investigadores intentan ahora determinar si algunos de los siete que fueron detenidos en Bélgica —el sábado— están también implicados en los atentados.

Uno de los detenidos en Molenbeek había alquilado uno de los dos autos localizados y fue identificado en un control el sábado en Cambrai, en el norte de Francia, cerca de la frontera belga.

Molenbeek se ha convertido en un lugar de tránsito de los yihadistas de los últimos años, como Mehdi Nemmouche, responsable de la masacre en 2014 del museo judío de Bruselas, que pasó por el barrio.

En Francia la Policía investiga desde el sábado a siete personas de la familia de Omar Ismail Mostefai, fichado desde 2010 por riesgo de radicalización.

También se ha encontrado un pasaporte sirio cerca del cuerpo de uno de los suicidas del estadio. El pasaporte pertenece a un migrante quien llegó a Europa a través de Grecia el pasado 3 de octubre.

“HERIDAS DE GUERRA Y ESTUPOR DE PACIENTES”

Perforaciones de vientre, de tórax, hemorragias; las heridas de las víctimas de los atentados en París, en su mayoría jóvenes, evocan escenas de guerra, cuentan los médicos, asombrados también por el estupor de algunos pacientes.

Era como una “escena de guerra”, cuenta el doctor Philippe Juvin, jefe de urgencias del Hospital Europeo Georges Pompidou, evocando la afluencia de heridos por bala, de los cuales un tercio en estado grave y que fueron inmediatamente transferidos a las salas de operaciones o a reanimación.

“Las operaciones continúan”, una vez atendidos los casos más urgentes, indicó ayer el doctor Juvin, con experiencia en zonas de conflicto, como Afganistán, por ejemplo.

“La mayoría de los heridos estaban impactados por balas, era horrible”, relata bajo condición de anonimato un cirujano del Hospital Lariboisière, otro establecimiento parisiense. Mandíbulas, cráneos, ojos, extremidades alcanzadas por los proyectiles, enumera, todo en un “gran sentimiento de desolación”. La noche del viernes, en ese hospital, ocho de las 12 salas de cirugía operaron sin pausa.

Todos hablan de los daños considerables causados por la balas de gran calibre disparadas por los yihadistas, armados con fusiles de asalto Kalashnikov y chalecos de explosivos: desgarros musculares, óseos, hemorragias. Uno de ellos menciona “un paciente acribillado por bulones”.

Los médicos advierten que muchos sufrirán secuelas y destacan el estado de “estupor” de algunos, que parecían haber quedado “anestesiados” por lo que vivieron. Como ejemplo citan el caso de un hombre de 30 años, herido de bala en el hígado, que pregunta al médico “¿es grave?”

“Están como nocaut (noqueado) pero de pie. No muestran ninguna emoción”, comenta Dominique Pateron, jefe del servicio de urgencias del Hospital Saint-Antoine. Recuerda el caso de un paciente con heridas graves de bala en un brazo y que parece “alejado a la vez del drama y de su herida”. Cuando lo interrogan, simplemente dice: “No sé, yo no vi nada”.

NIÑO LOGRA SOBREVIVIR

Pero en medio de la tragedia destaca la historia de un niño, el nieto de cinco años de Patricia San Martín, una de las chilenas que figura entre las víctimas de los atentados en París ocurridos este viernes, logró escapar de la sala Bataclan donde había acudido acompañado de su madre y de su abuela, quienes fueron abatidas por los terroristas.

Louis, el pequeño de cinco años, se habría escondido al escuchar los disparos y habría logrado escapar del recinto explicó a EFE la hermana de la fallecida, María Eliana San Martín, en declaraciones a El Mercurio.

“Fue encontrado en la calle por una mujer. Está a salvo, ileso, pero ya sin su madre ni su abuela”, añadió San Martín, quien ayer se reunió con los otros dos hermanos de la fallecida para concretar su viaje a Francia.

LA VIDA CONTINÚA

“No se puede vivir con este miedo”, “es necesario que la vida se reanude”. Los parisienses penaban este domingo para recuperar su ritmo, en una capital sumida en el duelo y aún conmocionada por los sangrientos atentados perpetrados en Francia.

Terrazas casi desiertas o sin habilitar, comercios, mercados, museos, salas de espectáculos y de deportes cerrados… A pesar de un sol resplandeciente, la ciudad parecía sumida en un letargo chocante a los ojos de los turistas.

“Tenemos la sensación de que todo el mundo resultó afectado o conocía a alguien que lo está”, explica Dan Duffy, jubilado estadounidense originario de Boston, llegado a París diez días antes de los ataques.

1O aviones cazabombarderos participaron en el ataque que hizo Francia al feudo del Estado Islámico (EI) en Al-Raqa, en el este de Siria, donde lanzaron una veintena de bombas y destruyeron un puesto de mando y un campo de entrenamiento.

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