Ya las fiestas de Navidad las tenemos a la vuelta de la esquina, y las primeras en llegar son siempre las planificadas en el trabajo y otras similares.
Pero suele suceder que las muy agradables celebraciones, entre nuestros compañeros, a veces pueden pasar un poco desfavorecedoras en nuestra imagen personal sino se tiene cuidado de recordar que sigue siendo una fiesta de labor.
Por ello es el momento ideal para lucir con ese look sofisticado y el momento ideal para empezar a pensar en ello es en estas fechas, porque con tiempo todo se planifica mejor, y vestir para una fiesta donde está en juego la imagen profesional no debe de ser un hecho fortuito que se decida de último momento.
La situación tiene dos planteamientos, primero que se irá a una fiesta y segundo que es en el trabajo. Por ello no debe de vestirse como si se va de disco con las amistades o en plan seducción por la vida.
Las mujeres deben de dejar de un lado las minifaldas y los vestidos muy cortos, así como las prendas de telas muy ajustadas, brillantes y con amplios escotes.
Los varones olvidarse del look quinceañero con los botones hasta abajo o las prendas demasiado informales como camisetas y jeans de diario. No debe de perderse de vista que la fiesta es en el lugar de trabajo.
Las fiestas pueden ser de día o de noche, en el día debe de apostarse por un look más casual informal, sin caer en el atuendo del domingo o la salida al cine, por el contrario el aspecto casual puede conseguirse con prendas que puedan usarse en el trabajo, peor combinadas con otras que normalmente no se usan.
Por la noche, el Little black dress de corte clásico y sin tanto escote es genial en conjunto de accesorios largos o llamativos, sin que compitan entre sí, es el momento ideal para ello, sino las opciones con colores vibrantes o estampados un poco más cóctel se presentan ideales también.
Hay que divertirse, sin excesos y con precaución de uso, menos siempre es más.
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