El papa Francisco meditó sobre el nacimiento de Jesús afirmando que no ha aparecido simplemente en la tierra.
“No nos ha dedicado solo un poco de tiempo, sino que ha venido para compartir nuestra vida y acoger nuestros deseos. Porque quiso, y todavía quiere, vivir aquí, junto con nosotros y para nosotros”, expresó el pontífice. “Se preocupa por nuestro mundo, que en Navidad se ha convertido en su mundo. El pesebre nos recuerda esto: Dios, por su gran misericordia, ha descendido hasta nosotros para permanecer permanentemente con nosotros”, reflexionó Francisco.
El santo padre exhortó a detenerse frente al pesebre, asegurando que allí está la ternura de Dios y su misericordia.
“Allí la ternura de Dios nos habla. Allí se contempla la misericordia divina, que se ha hecho carne humana y puede enternecer nuestras miradas y desea mover nuestros corazones”, aseguró el papa de origen argentino, al reflexionar sobre el valor del pesebre.