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Ramón Maldonado García

La celebración de Fin de Año en España

La Noche Vieja o Fin de Año se celebra en toda la península ibérica con diversidad de acontecimientos que se resumen en derroche de arte culinario y expresión de sana diversión como manifestación de sincera amistad. Por ejemplo, en Aragón la última cena del año suele tener en la mesa un “capón” relleno de manzanas, asado con verduras y regado con los ricos vinos de Aragón. El postre de esa noche es el almendrado, que es un batido de leche con almendras picadas, de contenido nutritivo y rico sabor.

En Zaragoza, después de la cena los pobladores salen al famoso puente de piedra sobre el río Ebro, a recibir al hombre que llega en sus aguas con tantas narices como días tiene el año. A ese hombre se recibe con alegría porque es la esperanza de todo un año; es la ilusión. En Teruel, tierra fría, se recibe también al hombre de las narices. La oscuridad y la imaginación permiten ese toque mágico que hace disfrutar con entusiasmo el Nuevo Año, con una copa de buen vino en la mano.

En Toledo y Castilla de la Mancha la cena se hace con los amigos más que con la familia. Las uvas de la suerte se comen al ritmo que marcan las campanas de la madrileña Puerta del Sol. Así lo indica la tradición. En Cantabria, algunos pobladores portando unas enormes y sonoras campanas, recorren el pueblo de Cilleruelo alegrando a la enorme concurrencia. En el valle de Huelva, otros personajes recorren la localidad, y con palos pinchan a los niños que comen poco.

En su recorrido entonan el villancico que dice: “Toca la pandereta, ruido y más ruido, porque la profecía ya se ha cumplido”. En Canarias se despide el año una hora más tarde. Aquí existe otra diferencia: las temperaturas permiten elegir el lugar con toda libertad. Muchos van a la playa y reciben el Nuevo Año con un baño de agua salada. Otros suben a las cimas de las montañas hasta los tres mil y más metros, quizás para estar cerca del cielo. Otros van a las ciudades importantes para bailar al ritmo de sones del Caribe, salsa y música canaria.

La Noche Vieja en el Principado de Asturias se celebra con comilonas y mucho champagne. En la Asturias ancestral salían los niños a pedir el aguinaldo de casa en casa y de aldea en aldea, acompañados de rudos instrumentos para hacer ruidos alternados con cantos de villancicos, coplas y bailes de jotas y giraldillas. Con el tiempo el aguinaldo se pedía no solo en Navidad y Día de Reyes, sino también en ocasión del Año Viejo. En Murcia, la gente despide el Año Viejo en unión familiar. Aunque muchos salen a restaurantes y salas de fiestas.

Otros toman las uvas bajo las torres de las iglesias más antiguas y emblemáticas de la región. En las zonas rurales, la Noche Vieja es como una prolongación de la Noche Buena. En familia se cena pavo o pescado. Se degustan los productos navideños caseros como mantecados o tortas de pascua. Se cantan villancicos ante el Belén (nacimiento) que está instalado en el mejor rincón de cada hogar murciano. Murcia es cuna del belenismo por la influencia del imagenero Francisco Salcillo, que dejó para los siglos una escuela belenista que está presente en los numerosos talleres artesanos que hay en muchos pueblos, donde las campanadas de la medianoche coinciden con el disparo de cohetes y juegos artificiales para recibir el Nuevo Año.

Así se pone de manifiesto el carácter mediterráneo del murciano, que utiliza la pólvora en todas sus celebraciones. Así lo hacemos los nicaragüenses. Es probable que esa costumbre haya llegado con los conquistadores españoles. La Noche Vieja en Navarra se celebra con música y champagne. En Pamplona, en los últimos años ha crecido la costumbre de recibir el Año Nuevo disfrazado. Los pamploneses dicen: “Esta noche travestimos nuestra identidad para dejar en total impunidad nuestros desmadres”.

Porque la Noche Vieja en Pamplona, almas y cuerpos se amparan en la clandestinidad de la máscara, con el único fin de pasarla bien. Muchos se visten con traje de El Zorro, casacas de corsarios, disfraces de Popeye, pájaro Piolín y otros arrancados de la actualidad o producto de la imaginación. En El Mediterráneo la Noche Vieja, sobre todo en las Islas Baleares, la despedida se hace con música bailable, música en vivo.

En la Plaza del Ayuntamiento comienza la fiesta a las diez de la noche y la gente amanece bailando en Año Nuevo. En el país Vasco, en la Noche Vieja se cena bacalao y crema de nueces. Los confetis, las serpentinas y los petardos con luces de bengala, constituyen el cortejo de despedida al Año Viejo. La tradición indica que antes de las doce de la noche hay que ir cantando villancicos de casa en casa para despedir al año que se va.

Y en Valencia la Noche Vieja se celebra en la vera baja y cantinas. Se come el típico arroz con costra y los mariscos de la bahía de Santa Paola. En la comarca de Alicantes se come diversas carnes y las frutas secas. En las mesas valencianas en esta época, tienen cabida las carnes de cordero, mariscos y naranjas (es su época). En Extremadura, en esta ocasión se toman riquísimos caldos, sobre todo en las comarcas de Badajoz y Cáceres.

En La Rioja el Año Viejo se despide cenando cardo con bechemales* o rodajitas con champiñones y ajito. Tampoco falta el cordero o cabrito y los mazapanes*. Y en Galicia la noche del 31 de diciembre todo es alegría. En los restaurantes la cena incluye mariscos. Las innumerables orquestas y grupos musicales y otros lugares amanecen amenizando esta fiesta. El merengue dominicano hace estragos esa noche. Así se celebra la fiesta de Año Viejo en algunos lugares de España.

De unos años a esta parte, se ha puesto también de moda llevar ropa interior roja: bragas, calzoncillos, una liga, etc.
Cada ciudad de España tiene un lugar particular para recibir el Año Nuevo. Allí se reúnen miles de personas frente a un reloj centenario.

Después de las 12 campanadas, ya en el Año Nuevo, es muy común felicitarse el año con todos los familiares de la cena y llamar a todos los que están fuera. Por esta razón, las líneas telefónicas quedan colapsadas durante varios minutos después de la entrada del Año Nuevo. Luego se brinda con champán, cava o sidra.

Hay que añadir que desde hace unos años se celebra en Salamanca la Nochevieja Universitaria el último jueves antes de las vacaciones de Navidad. Esta celebración tiene sus orígenes en un grupo de alumnos de la facultad que decidieron tomar las 12 uvas en forma de gominolas en la Plaza Mayor de Salamanca a las 00.00, ya que el día de Nochevieja (31 de diciembre) cada uno de ellos estaría con sus familias en sus ciudades y no podrían celebrarlo juntos. Esta tradición se está extendiendo por toda España y todas las ciudades quieren celebrarla.

Oficialmente se celebró por primera vez en 2008 en Salamanca, en 2009 en Zamora, y de nuevo en Salamanca en 2010.

El autor es médico.

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