Por Fabián Medina
El Jaime Incer que en tres meses cumplirá 80 años, es el mismo niño que hace 70 años se preguntaba por qué los congos cantaban en las madrugadas, o por qué en las tardes pasaban bandadas de lapas sobrevolando el patio de su casa. Es el niño que le gustaba jugar como cualquier otro niño de Boaco, que se bañaba desnudo en el río o que salía en pandilla en excursiones a los cerros. Era el más curioso de todos. ¿Por qué las oropéndolas hacen esos nidos colgantes? Al principio se conformaba con las respuestas rotundas que le daban los adultos. “Los congos cantan porque va a llover”, le decían. Luego, inconforme, se fue a los libros. Y de los libros a las universidades.
Así, aquel niño curioso, estudió Farmacia, Biología, Ecología, Medio Ambiente, Historia, Geografía, y Astronomía. Contestándose preguntas se convirtió en uno de los científicos más reputados de Nicaragua.
Este Jaime Incer es el mismo hombre pequeño, regordete, de pantalones fajados hasta el ombligo, que entrecierra constantemente sus ojos miopes en busca de la palabra precisa, el que inventó y bautizó con el nombre Bosawás a la reserva forestal más grande y famosa de Nicaragua y que, dada su autoridad en el tema, fue nombrado por el presidente inconstitucional Daniel Ortega, como su asesor para asuntos medioambientales, aunque muy poco le haga caso porque no le gustan sus consejos.
::: ¿Usted es oficialmente asesor para asuntos ambientales de la Presidencia?
Sí. Oficialmente sigo siendo asesor. Recibo un salario poco. No tengo ni oficina ni vehículo ni chofer. Gran parte de mi obligación laboral es informar lo que yo veo o cómo lo veo y cuáles podrían ser las soluciones.
::: ¿Le consultan sobre los temas medioambientales?
Ni me llaman ni me consultan, saben que mi posición en muchos aspectos está divorciada, como con el caso del Canal. A mí me pregunta la gente: ¿No te han jalado la chaqueta? Yo les digo que no, nunca, pero en caso que me la jalaran que se queden con ella.
::: ¿Entonces cómo asesora?
Mi asesoría se limita a que cuando veo una cosa, visito un lugar, escribo una carta donde digo lo que vi y lo que comprobé. A veces siento que hay un efecto. A mí no me comunican la respuesta, pero veo algunos efectos.
::: ¿Alguna vez se ha reunido con el comandante Ortega para discutir algún tema medioambiental?
Sí, una vez. Cuando hubo la inundación del lago de Managua. Él citó al gabinete para ver cómo enfrentar la cosa.
::: ¿Qué significa para usted ser asesor medioambiental?
Significa que tengo una puerta abierta para decir lo que yo siento y expresar lo que a mi juicio debería de hacerse. Que lo van a hacer o no, eso ya no está a mi alcance. Pero quiero decirte algo: cuando fui a ver los desastres de la explotación forestal en Nueva Segovia, detecté un montón de anomalías de funcionarios de gobierno, de Marena, que se dejaban sobornar por las empresas madereras y permitían sin mucho control el corte y tráfico de madera, mañana, tarde y noche. Yo escribí una cosa, primero explicando cómo veía yo el impacto ambiental, y cómo estaba afectando la vida y sobrevivencia de quienes dependían del beneficio de esos ríos que son los únicos de Nueva Segovia que bajan. Parece que mandaron a investigar, comprobaron, removieron… Se sintió el efecto.
::: Lo hemos visto con opiniones muy diferentes a las del Gobierno: por ejemplo, en el caso del Canal Interoceánico, que mencionaba.
Es que el Gobierno no me compromete a mí, ni me exige. Yo soy libre de expresar eso y ahí estaré mientras lo pueda expresar. Si algún día me ponen cortapisa, me voy simplemente.
::: En el caso del Canal, ¿al menos lo han oído?
Felizmente mi opinión es la opinión de casi todo el mundo que conoce el problema, salvo unos cuantos “ambienta-listos” que andan ahí complaciendo. Nuestro argumento es claramente meridiano: el lago de Nicaragua no tiene la profundidad para poder albergar barcos del calado que piensan meter ahí.
::: ¿Y cómo se explica que siendo usted el asesor presidencial, y representando una posición mayoritaria entre los técnicos, el Gobierno no lo haya tomado en cuenta?
Es que hay otros intereses económicos que revelan que aquello puede ser un negocio. Pero el impacto ambiental es grave y es irreversible y es permanente. ¡Perdemos el lago de Nicaragua!
::: ¿Los beneficios que podría traer un Canal Interoceánico en Nicaragua no compensarían los daños que se le pueda causar al lago?
Para comunicar un océano con otro no tenés que profundizar una herida, sobre todo en una parte tan vulnerable como es el lago. Es el recurso más valioso que tenemos. Recordá que vamos a un periodo de sequías y cambios climáticos, y que dentro de 20 o 30 años, cuando la población de Nicaragua no sean seis millones, sino 10 o 12 o 15 millones, las necesidades de calmar la sed van a ser grandes.
::: Pero se dice que Nicaragua tiene agua de sobra. Incluso que ese podría ser el negocio del futuro: exportar agua al resto de Centroamérica.
Nació en Boaco.
Estudió Química y Farmacia en León, luego una maestría en Biología en la Universidad de Michigan, y un posgrado en Geografía, entre otros estudios.
Ha escrito más de 20 libros y recibió la distinción de Líder Conservacionista 2006 de la National Geographic Society de Estados Unidos.
Es el único nicaragüense que ha recibido cuatro Honoris Causa de universidades nacionales.
Fue ministro del Ambiente y los Recursos Naturales durante el gobierno de doña Violeta Barrios de Chamorro (1990-1996)
¡Claro! Esa es una opción. Cada segundo se van 500 metros cúbicos de agua por el río San Juan que se podrían utilizar. O una crecida de 30 centímetros multiplicados por ocho mil kilómetros de extensión son millones de millones de galones. El problema no es cuánta agua hay encima, sino cuánto espesor tiene esa agua para poder zanjear el Lago de Nicaragua. ¡Hacer una trinchera subacuática de 85 kilómetros de largo! Tiene que tener 500 metros de ancho y tiene que excavarse hasta 25 y 30 metros. La cantidad de sedimento que en lago ha ido acumulando en su millón de años de vida ¿a dónde lo van a tirar? Yo ridiculizo eso y digo: tal vez Nicaragua se vuelve el primer país exportador de lodo, porque va a haber lodo para todo el mundo.
::: ¿Usted ha tenido acceso o conocimiento del estudio de impacto medioambiental que se está haciendo para construir el Canal?
No. Eso es otra cosa Yo todavía le doy cierto beneficio de la duda.
::: ¿De que pueda salir un dictamen que recomiende no construir el Canal?
Que permita algún nivel de mitigación. Pero, ¿cuál es el problema? La empresa que está haciendo ese estudio es una empresa pagada por los chinos. El Gobierno hubiera traído científicos de universidades, institutos, y pagado los servicios de empresas serias e independientes que hagan el estudio y digan, sí, por qué sí, o no, por qué no. Pero cuando a mí me pagan por hacer un trabajo con la expectativa que yo diga que la cosa está buena, lo más probable es que diga que sí, que se puede hacer. Ese es el primer error. No se puede confiar un proyecto de esta envergadura, con tales impactos ambientales previsibles, no puede quedar en manos de la propia empresa financiadora.
::: ¿Usted ya le ha escrito, en esas cartas que dice, su opinión al comandante Ortega?
Todo eso lo he dicho, he dado charlas
::: Pero eso es abierto. Digo, ¿le ha comunicado su posición al comandante Ortega, de quien usted es asesor?
No con el detalle con que te lo estoy diciendo, pero sí Sí, sí.
::: ¿Y alguna vez le ha contestado algo?
(Niega con la cabeza) Y de remate van los del Cosep a elogiar ese asunto. Por el interés inmediatista del dinero. Ahí no importa el agua, ahí no importa el abastecimiento, no importa el riego, la pesca, el turismo.
::: El otro gran tema medioambiental que ha estado de moda: Bosawás.
Eso me hiere. Yo soy el papá de Bosawás. Porque fue durante la Administración de doña Violeta, cuando yo era ministro, que le propuse a doña Violeta establecer Bosawás. Se estaba desmovilizando la gente de la Resistencia que había operado en esas montañas y pedían toda esa área que la veían como una selva bruta, inservible, inútil. Y yo le digo: “Doña Violeta, es lo peor que puede usted hacer. Es la única área extensa que nos queda de selva húmeda tropical”. “¿Qué proponés?”, me dijo. “Que hagamos una reserva natural, intocable”. “Traeme mañana un decreto”, me dijo. Yo se lo llevé y me pregunto: “¿Cómo vamos a llamar a esta reserva?” “Póngale Bosawás, por sus límites: Bocay al oeste, cerro Saslaya por el sur, y río Waspuk por el norte. Bo-sa-wás”.
::: ¿Usted fue quien lo bautizó?
Sí. Yo creé ese nombre. No incluí el (río) Coco porque era un límite natural bien visible por Honduras.
::: ¿Usted considera que ahora mismo Bosawás está herida de muerte?
No. No, pero cosas tan vulnerables como el cerro Saslaya y el cerro El Toro, que son los más altos, 1,650 metros, casi frente a Siuna, ya se los están comiendo. Y no es el campesino que anda buscando tierras, es el campesino que es pagado para que vaya a meterse a descombrar la montaña para que después llegue el maderero o el ganadero. Hasta ganaderos de Honduras
::: Es reversible el daño a Bosawás, según su criterio.
Es reversible el daño al bosque, en tanto la alteración no se profundice. Los bosques tropicales húmedos se autorregeneran si paramos dos cosas: el corte y el fuego. La naturaleza ahí es tan pródiga, la lluvia es buena, los suelos tan abruptos, y la condensación de agua tan grande, que se si nosotros detenemos la frontera agrícola o la frontera ganadera, eso se recupera en cinco o diez años.
::: ¿A qué atribuye usted que no se haya podido contener la invasión a Bosawás?
¡Flojencia! Ahora la invasión que al principio era por agricultura, ya se transformó en un negocio de venta de tierras, de extracción de madera, y ahora, y esto no lo puedo decir categóricamente, pero la gente ahí dice, que Alba Forestal es la que decide. ¿Te acordás de aquel montón de camiones (con madera) retenidos? Los primeros que liberaron fueron los de Alba Forestal. O sea, a sabiendas que eso era una reserva permitieron eso.
::: A ver si entendí: ¿los que están encargados de proteger la reserva también están interesados en violarla?
Unos por ignorancia, otros por ineficiencia y otros por codicia.
::: ¿Cómo se siente después de haber dedicado su vida al medioambiente y ver la degradación que ha sufrido el país en estos años sin poderla detener?
Lo digo de una forma irónica: yo me equivoqué de país o me equivoqué de tiempo. Yo caí en un país, el más atrasado de Latinoamérica, donde existen métodos cavernarios de producción y lo triste es que no es el pobre campesino que anda buscando el día a día, es el ganadero, el maderero, es el gran agricultor. Ahorita se están volando el bosque de Cosigüina para sembrar teca. Se están expandiendo las bananeras, se están destruyendo los esteros por las camaroneras. Cualquiera te dice, eso es un gran beneficio, claro, es un beneficio económico, pero eso no repercute en beneficio de la sobrevivencia de la gente pobre, más bien los elementos de sobrevivencia de la pobre gente están siendo destruidos.
TRIPLE VIOLACIÓN EN NUEVA SEGOVIA
Según el doctor Jaime Incer Barquero, en Dipilto y Jalapa, Nueva Segovia, se cometieron tres violaciones con la explotación forestal. “Primero, violaron territorios nacionales. Esa zona se mantuvo virgen durante la guerra porque como estaba minada ahí no había nadie. Esos eran terrenos nacionales que nadie se metía ahí porque explotaba una mina. Segundo, en mi tiempo yo la declaré, porque conocía el potencial que había ahí, reserva natural. Y tercera, el mismo Estado había dicho mediante una ley de seguridad fronteriza que a 15 kilómetros de la frontera no se permitía realizar ningún tipo de explotación. Ni forestal ni agrícola. Se permitió la invasión y venta de tierras del Estado. Un mercado sin control, se violó la reserva y se violó la ley de explotación fronteriza”.
“Los madereros entraron ahí con el pretexto del gorgojo descortezador, y claro había cierto efecto. Que iban a sanear el bosque. Pero la verdad es que anillaron los árboles, anillar es cortarle la corteza a los árboles para matarlos. Este año como nunca ha habido incendios, provocados por las mismas empresas que están, entre comillas, saneando el bosque”.
Todo el problema de Nicaragua, dice, se resume en tres puntos:
1. En Nicaragua no hay ordenamiento territorial. Las actividades productivas no están acorde ni con el tipo de tierra ni con el tipo de clima. Cada quien hace lo que quiere.
2. No hay prioridad en el manejo de cuencas. Los bosques son los productores de agua. Nos vamos a quedar sin agua. Se están secando los ríos.
3. Se están violando áreas oficialmente decretadas como reservas.
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