Por Mónica García Peralta
Alina Guerrero, una mujer, madre y abuela que disfruta de su profesión, no se avergüenza de su edad, cuida mucho de su cuerpo y espíritu, aunque de vez en cuando sucumbe ante algún dulce “pecadito”.
::: ¿Su segundo nombre es…?
De hecho tengo tres, Cecilia Alina del Socorro.
::: ¿Miente?
¿Quién no?
::: Mentiras blancas o…
Sí claro que blancas. Nunca grandes, me gusta ser transparente.
::: ¿Baila?
Por supuesto, me encanta.
::: ¿Qué ritmos prefiere?
Lo que me pongan (ríe).
::: ¿A qué aspira?
A tener paz interior.
::: ¿Qué hace para lograrlo?
Trabajo en ello todos los días. Hago ejercicios, como sano y medito.
::: Pero… ¿no peca con la comida?
(Suspira) por supuesto que sí.
::: ¿Dulces o frituras?
Ahhh, quisiera comer sorbete y repostería todos los días.
::: ¿Qué es para usted el estudio?
Es darse cuenta de la realidad.
::: Periodismo…
Aunque suene cliché: la mejor carrera del mundo.
::: Machismo…
Una de las cosas que desaparecería, si tuviera la posibilidad.
::: Naturaleza…
Un regalo que no apreciamos
::: ¿Qué es lo que más disfruta de escribir?
Todo el proceso.
::: ¿Qué momentos atesora de su trayectoria de periodista?
Uff, son tantos… Los más difíciles como entrar al “Callejón de la Muerte” o recibir amenazas. Pero, son gajes del oficio.
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