Por Amalia del Cid
Tras una movilización que se anunció en respaldo al presidente inconstitucional Daniel Ortega y a última hora se convirtió en “proancianos”, el 24 de junio de 2013 Porfirio García apareció como invitado sorpresa en un acto presidido, entre otros funcionarios públicos, por el diputado orteguista Gustavo Porras y Roberto López, presidente del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS). Así culminaba una semana de fuerte protesta social contra el INSS, iniciada por ancianos que por años exigieron una pensión reducida de vejez y respaldada por jóvenes que les dieron apoyo moral, asistencia médica, agua y alimentos.
García, líder de la Unión Nacional del Adulto Mayor (UNAM) y Alma Mendoza, vicepresidenta de la asociación, subieron a la tarima apenas dos días después de que turbas arremetieran contra los jóvenes y los ancianos que se encontraban en una vigilia en las cercanías del INSS. En aquel momento no faltó quien los llamara traidores. Hoy, a un año del asalto al movimiento de protesta conocido como #OcupaINSS, Porfirio García explica las razones por las que decidió asistir al acto oficialista. Según él, era ir o desaparecer.
:::El 24 de junio, dos días después del ataque contra quienes protestaban cerca del INSS, hubo una concentración masiva oficialista, y usted estuvo ahí, en la tarima. ¿Por qué lo hizo?
Te lo voy a decir con toda la franqueza… Nosotros estábamos en una situación bien delicada. Era desaparecer como asociación o continuar existiendo con los mismos principios que hemos mantenido. A nosotros no nos obligaron, pero estimamos la conveniencia de ir al acto. A mí se me dijo que había un compromiso serio, formal, de apertura de diálogo. Y que sobre esa base fuera a la actividad, que la actividad no era en apoyo al comandante, sino que era en apoyo a los adultos mayores. Y la realidad es que esas cosas se cumplieron. ¿Que si yo sabía que se iba a cumplir? Aquí tenía que arriesgarme.
:::Parecía que en ese momento, con un gran apoyo de la sociedad, ustedes estaban en una posición para exigir al Gobierno lo que quisieran.
El problema es que ya en esa situación el golpe que le habían dado a los muchachos había provocado que se fueran a refugiar a Catedral y el punto central dejó de ser el INSS. Hasta cierto punto no teníamos ya el apoyo de los muchachos como se sintió en días anteriores. ¿Por qué? Porque todos se quedaron refugiados. Entiendo que algunos muchachos que estaban ahí apoyándonos firmemente no esperaban esa situación, esos golpes. No tenían la experiencia, como la tengo yo, que a mí me pueden estar garroteando y digo: “Aquí debo estar, me mantengo”. Ahí está la diferencia. Ellos están comenzando una vida política o una vida de lucha social. Nosotros en ese aspecto sentíamos que no había la suficiente fuerza de apoyo. Y ya se había formado una nueva directiva, ya nos desconocían, ya Porfirio no era el representante de los adultos mayores y además era un ladrón sinvergüenza que hacía mil cosas y se aprovechaba de los adultos. Es decir, desvirtuando la lucha y tratando de desprestigiar a quienes estábamos al frente.
:::¿Entonces tuvo miedo de perder el control?
No. ¡Que nos hicieran desaparecer como UNAM! Desaparecer, desaparecer, porque ya habían nombrado una nueva directiva, ya la reconocían.
:::¿Quién la había nombrado?
Este… Gustavo Porras. Gustavo Porras la nombró con Roberto López . Agarraron a cualquier viejo, le ofrecieron no sé qué y ellos ya aparecieron públicamente como nueva directiva.
:::¿Se refiere a los que dijeron que las protestas eran estrategia de la derecha?
Así es. Ahora, el otro problema que se da es que nosotros tratamos de concentrar en Managua todos los grupos que tenemos en los departamentos, pero no los dejaban salir. Ellos contrataban buses, hacían lo imposible y cuando ya venían saliendo de la ciudad ¡pra! los regresaban. Poco a poco nos vienen minando la unidad. Cuando tenemos tomado el INSS nos llegan montones de viejos contratados, a ofendernos y hacernos desalojar los puntos que manteníamos. Y estaba la perspectiva de desaparecer. Entonces cuál era la alternativa, ir al acto o no ir, dejar que me desbarataran.
:::¿En algún momento de ese acto se sintió humillado?
(Ríe) No. Nosotros llegamos con toda nuestra entereza. Incluso, yo a esa gente que había organizado nueva directiva, yo lo dije ahí públicamente: “Vamos a limpiar nuestra asociación”.
:::Entonces mientras se creía que podían pedirlo todo, ustedes consideraban que estaban en riesgo de desaparecer.
Nosotros en los primeros días teníamos una solidaridad muy buena. Pero esa solidaridad si no le han dado los golpes que se le dieron a quienes eran solidarios con nosotros, esto hubiese seguido creciendo y nosotros hubiéramos estado en capacidad no de ir a un acto sino de demandar el cumplimiento de nuestros objetivos de manera inmediata.
:::¿Si los muchachos no se van a la Catedral, ustedes no van al acto oficial?
Si nosotros hubiésemos logrado que todos los grupos que teníamos en los departamentos vinieran a Managua… Todas las tardes ahí en la Plaza Inter se ubicaban montones de gente en contra nuestra, la misma gente de la marcha, de la concentración de la que me estás hablando. Nuestra situación no era tan fácil, nunca fue tan fácil. No estuvimos nunca en capacidad de decir: “Queremos negociar ya”. No estuvimos. Te lo digo francamente. No estuvimos. Los primeros días sí porque veníamos en crecimiento, pero a medida que venían los golpes, los golpes…
Su pareja actual es Alma Mendoza, de 70 años, a quien conoció la segunda vez que la Unión Nacional del Adulto Mayor (UNAM) se tomó el edificio del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS).
Inició la UNAM en 2007, tras una conversación en la que coincidió con dos amigos en que todos habían cotizado, pero por no haber completado las 750 cuotas que manda la ley no recibían una pensión de vejez.
Durante un año se dedicó a visitar todas las casas de Villa Venezuela y barrios aledaños. Empezó la organización con apenas 28 personas. Hoy los afilados son 15,000.
:::¿Cree que estuvo bien haber terminado ahí la protesta?
Es que no hubiésemos tenido capacidad… Nosotros estábamos aquí (oficina prestada por el Ministerio de Salud) y la amenaza era que nos iban a sacar. ¿Quién? ¡La gente de los barrios! Entonces dónde íbamos a estar, teníamos que estar en la calle. Entonces ponen una nueva directiva, nos sacan de aquí, quedamos en las calles, sin las formas de conexión con nuestros grupos en los departamentos, sin ayuda económica, sin nada, sin plata. ¿Qué hacés? Desaparecés. Nos hubiesen liquidado. En el 2010 mientras teníamos tomado el INSS, Roberto López vino y nos saqueó todo. Toooodo se llevó. ¡Todo! Entonces, mirando esos antecedentes y ahora que la presión contra nosotros era más fuerte… ¡Cuántas veces a mí personalmente me dijeron: “Hoy en la noche los llegan a sacar”! Y cuando me están diciendo que nos llegan a sacar, aquí todo el mundo sabía que esto queda limpio. Esos eran los problemas que tuvimos, para tomar la decisión e ir a la plaza. Yo estoy claro de que nos iban a hacer desaparecer como asociación.
:::¿Ustedes negociaron a cambio de que los dejaran existir?
¡Es que no negociamos! A mí me dijeron: “Necesitamos, o queremos, que estés en la plaza”. ¿Sobre qué base? Se comienza el diálogo.
:::Ese día había miles de personas viéndolo en el acto oficial, ¿qué pensaba usted en esos momentos?
(Ríe) ¡En lo que tenía que decir! (ríe de nuevo). Es decir, cómo podía enfrentar a toda la gente, porque no estaba con los adultos, yo estaba en un terreno diferente y se me venían mil cosas y por último dije a lo mejor no lo que había pensado. Te lo digo con sinceridad. Como dicen, a un gallo, una gallina, lo que sea, la cambiás de lugar y se queda calladita, a la expectativa.
:::Todo el mundo estaba pendiente de qué iba a decir Porfirio García.
Yo sentí que tenía que estar, que tenía que ir para que hubiese esa apertura y la realidad es que se dio. Muchos me dicen: “Es que tu trabajo es por debajo, un trabajo político”. La verdad es que no. Yo he sido bien sincero conmigo y con la gente.
:::Pero no toda la gente de la UNAM sabía que usted iba a participar en ese acto.
Si es que nadie sabía, más que nosotros. Nadie, nadie.
:::¿Lo vinieron a traer a su oficina?
Sí, me invitaron a una conversación. Y la verdad es que la pensé un poco y fui.
:::¿Quién vino?
Enviaron a una persona que realmente no la conocía, venía en nombre de… el comandante (Daniel Ortega). Que querían conversar.
:::¿Con quién habló directamente?
Ese día hablé con Fidel Moreno (secretario general de la Alcaldía de Managua). Conversamos un rato y él me planteó… Yo no lo conocía, ni siquiera lo conocía, pero de lo que me dijo en esa ocasión todo se cumplió. En lo que he conversado con él, he mirado que es un hombre sincero. Me identifico con él porque lo que digo yo estoy comprometido a hacerlo.
:::¿Qué le planteó Fidel Moreno?
Que iba a haber una apertura de diálogo directo con nosotros, pero que fuera (al acto) porque había cambios en la misma movilización. Y la realidad es que el cambio fue total. En ese momento esa gente que estaba ahí, días antes era para irnos a garrotear (ríe). Yo estaba en un terreno que no era el mío.
:::¿Estaba nervioso?
(Ríe) No, yo no siento nervios en ese aspecto. Lo que pasa es que se dan tantas situaciones totalmente cambiantes, porque lo que yo esperaba era que me vinieran a sacar a patadas de aquí. Así, a patadas. No es que “mire, váyase”. Es bam, bam, a patadas.
:::Tiene que reconocer que fue un día bastante loco.
Así es. Fue un cambio total. Cuando llego a la plaza, todos: “¡Viva el adulto mayor!” Toda la gente que estuvo gritando días antes, la misma que nos llegó a presionar. Tampoco me iba a sentir que “ve, todos cambiaron de modo de pensar”. Las situaciones cambian.
:::¿No le pareció raro ese cambio? Que quienes antes lo presionaban, ahora gritaran “Viva el adulto mayor”.
Ahora, hay mucha gente que lo hace de manera sincera, porque queramos o no en el Estado, dondequiera, estos viejitos son los abuelos.
:::¿Usted creyó en ese cambio?
Lo que yo puedo garantizar es que el discurso había cambiado. Lo que se decía no era lo mismo que en días anteriores.
:::¿Usted lo creyó?
Estaba en una situación que no era mi ambiente, pero tenía que estar ahí. No se trata de Porfirio en lo personal, sino de la representación de las personas a quienes tenía que dar respuesta y buscar la forma de hacer la realidad eso por lo que se había venido luchando.
:::Entonces decidió arriesgarse…
No tenía otra alternativa.
:::Pero después de todo lo que pasó y que según usted hasta le desmantelaron la oficina, ¿cómo podía creer en la palabra de estas personas?
Eso había pasado algunos años antes. Es decir, se pudo superar. Al siguiente día ya estaba resuelto y había sido precisamente por decisión de la Presidencia, que se nos regresara todo. Hay mucho tiempo entre lo que había pasado y lo que se daba nuevamente.
:::Usted dijo que ese mismo día estaban esperando que los llegaran a sacar otra vez.
Este… Había muchos rumores, pero oficialmente no se dio ese hecho. Todo queda como suposición nada más. La posibilidad no se hizo realidad.
:::¿No sintió como que era parecido a hacer un pacto con el diablo después de todo lo que había pasado en los días anteriores?
Claro que… Estaba totalmente claro que era posible que todo lo que se ofrecía se cumpliera, estaba dentro de la posibilidad y la realidad es que todo posteriormente se cumplió. Tal vez no en los parámetros que esperábamos, pero sí se cumplió. Y eso es lo que hoy me obliga a no hacer comentarios destructivos, sino análisis más concretos, ajustados a la realidad y a los acontecimientos que se dieron.
:::Hubo ancianos y jóvenes golpeados, bienes robados por las turbas… A un año de esa protesta, ¿usted cree que todo eso valió la pena?
Es que el que hoy tengamos pensión es resultado de esa lucha. No es que lo hemos negociado, sino que fue precisamente esa lucha, esa demanda, esa firmeza de mantenernos lo que hizo posible que la pensión un mes después ya la tuviéramos.
:::Algunos pensaron que hubo traición. ¿Usted qué dice de eso?
Era natural. Muchas personas bien identificadas con la asociación pensaron eso y lo dijeron. La verdad es que nunca me he molestado por que hayan tenido dudas, pero mi proceder y las cosas que he hecho en la vida han demostrado que siempre he actuado de la forma correcta, sin engaños, teniendo como principio la verdad.
:::Y muchos dijeron que usted se vendió.
Claro que mantener una lucha y aparecer en otro lado se presta a malas interpretaciones. Pero la lucha nuestra, estar al frente de los adultos mayores, no ha sido un proceso de un día, de dos días, ha sido de años y años. Comenzamos con mil dificultades sin quitar nada a los adultos y hasta hoy nos mantenemos así.
:::¿Podríamos volverlos a ver en una protesta fuerte en las calles?
Nosotros mantenemos nuestra posición siempre. Nacimos para luchar por la restitución de todos los derechos de los adultos mayores. Mientras estemos nosotros al frente de esta asociación, todo está dentro de las perspectivas. Esperamos que no se nos cierren las puertas, para volver a una situación similar, como la que pasó.
:::¿Creen que volverían a tener la solidaridad que tuvieron en #OcupaINSS?
(Pausa) Yo creo que es posible, porque nosotros no pedimos cosas imposibles. Todo lo que demandamos es un derecho que tenemos y que nos están negando.
Ver en la versión impresa las paginas: 8, 9, 10