La violenta ola de calor que afecta a nuestro país, en especial en el litoral del Pacífico, se inserta dentro del cambio climático mundial que produjo quinientos muertos en Chicago en 1995 y veinte fallecidos en Buenos Aires hace 3 años.
A finales de abril de 2014 tuvimos, por ejemplo, tres fallecidos, entre ellos dos varones rivenses de 22 y 70 años.
Todos debemos ver con responsabilidad las temperaturas confirmadas de 39 grados centígrados, porque en nuestro cerebro el “centro termo regulador”, trata de mantener nuestra temperatura corporal en 37 grados.
Cuando las temperaturas ambientales superan 39 grados, en especial más de 40.5, nuestro cuerpo pierde control de la temperatura (homeostasis y regulación) y comienza el daño de las células y el grave peligro de muerte.
El Golpe de Calor (GC) se va a caracterizar porque la persona afectada deja de sudar (síntoma precoz), tiene dolor de cabeza, mareos, confusión mental y palpitaciones. La piel se pone caliente y seca, pierde la conciencia y convulsiona.
Pueden aparecer complicaciones como la parálisis aguda de los riñones, el hígado, insuficiencia respiratoria y trastornos de la coagulación.
Los casos típicos de GC se han presentado en adultos jóvenes y sanos que se encontraban realizando ejercicio en condiciones calurosas y soleadas, también puede presentarse cuando las personas están en reposo.
Los ancianos son los que corren más peligro. Insistimos en la necesidad de que las personas permanezcan en ambientes frescos y ventilados, con una buena hidratación oral y consumiendo frutas y verduras.
No exponerse al sol en las “horas pico” de 10 a.m. a 2 p.m. y conviene reducir la actividad física.
Hay que evitar comidas copiosas, las bebidas alcohólicas y las que contienen cafeína.
Todas las unidades de salud deben estar listas para eventuales emergencias relacionados con el GC.
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