El Mundial de Futbol Brasil 2014, el más contaminante de la historia de acuerdo con las estimaciones de la FIFA, fue también el más sustentable y sentó “un precedente en la gestión ambiental de los grandes eventos deportivos”, dijo ayer la ministra brasileña de Medio Ambiente, Izabella Teixeira.
La funcionaria, en una rueda de prensa en Río de Janeiro, calificó como un éxito los planes del gobierno brasileño para reducir el impacto ambiental del campeonato de futbol y destacó que los ministerios del Medio Ambiente, Deportes, Turismo y Desarrollo Agrario trabajaron juntos para definir las medidas de mitigación.
La FIFA estima que el Mundial de Brasil 2014 generará un total de 2.72 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono, cifra que triplica las emisiones del campeonato de Alemania 2006 y casi dobla los 1.62 millones de toneladas métricas de Sudáfrica 2010.
Según la ministra, el Gobierno estableció varias líneas de acción para garantizar la sostenibilidad ambiental del Mundial, como la construcción de estadios con tecnologías ecológicas certificadas.
De acuerdo con Teixeira, una de las líneas de acción más destacadas fue la inauguración en Sao Paulo de la primera planta de separación de residuos sólidos de América Latina.
“En materia medioambiental, el Mundial es un tremendo legado”, dijo la ministra.
La funcionaria aseguró que el Estadio Castelo de Fortaleza, en el nordeste de Brasil y una de las doce sedes de la competición, fue el primero del mundo en obtener el certificado LEED de diseño sostenible.
Tal certificación también fue otorgada a los estadios Fonte Nova de Salvador, Arena Pernambuco de Recife, Maracaná de Río de Janeiro, Mineirao de Belo Horizonte y Arena Amazonía de Manaos.
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