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Heidy Lucía Reyes Espinoza, 34 años (q.e.p.d.).

Heidy, un espíritu libre

Quizás usted la ha visto en las páginas rojas de los diarios nacionales. Tal vez miró las fotos del multitudinario funeral y el rostro indescifrable del femicida. Pero, permítanos contarle quién era Heidy Lucía. La niña. La mujer. La cantora. La rebelde. Porque debe quedar claro que ella era una rebelde, un espíritu libre, un alma determinada, noble y en ocasiones voluntariosa. En resumen, “una linda persona”, en palabras de Gema, su hermana mayor.

Por Amalia del Cid

Quizás usted la ha visto en las páginas rojas de los diarios nacionales. Tal vez miró las fotos del multitudinario funeral y el rostro indescifrable del femicida. Pero, permítanos contarle quién era Heidy Lucía. La niña. La mujer. La cantora. La rebelde. Porque debe quedar claro que ella era una rebelde, un espíritu libre, un alma determinada, noble y en ocasiones voluntariosa. En resumen, “una linda persona”, en palabras de Gema, su hermana mayor.

Manuel Javier Sánchez Valverde era teniente de la Policía Nacional y las balas que mataron a su esposa Heidy Lucía Reyes Espinoza salieron de su arma de reglamento.Fue dado de baja deshonrosa un día después del femicidio. Y el 28 de abril fue condenado a 30 años de prisión, pena que paga en el Sistema Penitenciario de Granada. Sus hijos pequeños no le guardan resentimiento. Lloran por la madre, pero preguntan por el padre, cuenta Gema Reyes, hermana de la víctima. Ella se ha hecho cargo del mantenimiento de los tres niños, por lo que, sumando los propios, ahora es responsable de cinco.

Debido a que Sánchez fue dado de baja deshonrosa, en la Policía dijeron que sus hijos “quedaron como él, sin derecho a nada”, afirma Reyes. Según ella, los hijos obtendrían una pensión hasta que el papá tenga edad para jubilarse y para entonces la menor tendrá 21 años. Por el lado de la mamá, hay trámites por el seguro de vida, la liquidación y la pensión de orfandad.

Su nombre era Heidy Lucía Reyes Espinoza. Creció en Niquinohomo, Masaya, y fue criada por sus abuelos maternos, ella maestra y él médico. Era la menor de tres hermanos, la consentida de la casa, y por más travesuras que hiciera el abuelo siempre decía: “No peleen con la niña”. Era una “chimbarona”, una “bandida” que trepaba árboles, jugaba futbol y Mario Bros y se iba con “Tito”, el mayor de los hermanos, a cortar mandarinas a fincas vecinas, recuerda con ternura Gema, un año mayor que ella. Ambas fueron inseparables hasta ese domingo fatídico en que se vieron por última vez.

Cuando la mataron, la tarde del 6 de abril de 2014, Heidy Lucía tenía 34 años cumplidos y estaba cerca de obtener su título en Magisterio. Seguía siendo la persona alegre y bromista que con una filosofía “Hakuna Matata” se dedicaba a vivir el día. Y aún poseía ese carácter rebelde que dejó ver desde niña. Gema la recuerda, por ejemplo, “encaramada” en un árbol, negándose rotundamente a descender mientras el varejón estuviera en manos del abuelo.

Tenía un “carácter fortísimo”, si alguien la ofendía “ella le decía el doble”. Y allá por el año 2000, cuando un padre que jamás vio por ella y sus hermanos le hizo un alboroto en la casa, ni corta ni perezosa corrió a la Policía. Ahí conoció a Manuel Sánchez Valverde, el oficial que recibió la denuncia. Él, trece años mayor que ella, empezó a cortejarla, cubriéndola de atenciones, hasta que “decidieron juntarse”.

Ella era madre soltera, tenía una niña de año y medio que él crió como hija propia. Juntos tuvieron dos hijos más, varón y mujer. Él era todo detalles, le llevaba serenatas y la acompañaba a los karaokes donde ella siempre cantaba “Y basta ya”, de Olga Tañón. Los problemas comenzaron, dice Gema, cuando Heidy Lucía empezó a trabajar en el Ministerio de Educación, donde laboraba como coordinadora municipal de San Juan de Oriente.

Durante cuatro años soportó los celos de Manuel (incluso hace año y medio se casó con él), pero en septiembre de 2013 decidió separarse. Él continuó haciéndose cargo, económicamente, de los niños. Y según Gema, desde la distancia intentaba enterarse de cada paso que Heidy Lucía daba.

Manuel la mató el día que llevaron a los niños al centro recreativo Paraíso Escondido. Hubo una discusión y después cuatro disparos, dijeron los medios. “Fueron tres. Murió por el que le perforó el tórax y el abdomen”, afirma la hermana. Desde entonces la casa está más vacía y mucho más triste. Quién escuchará ahora las lastimeras canciones de Marisela, quién peinará a las niñas y pondrá guapa a Gema, quién alegrará a todos bailando Palo de Mayo, quién…

Sección Domingo femicida

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COMENTARIOS

  1. Hace 9 años

    delen cadena perpetua haese hijo depta que mato aheydy

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