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Siervas misioneras de Cristo Rey

Sor Martha Jerez y Sor Mireya Méndez, de la congregación Siervas Misioneras de Cristo Rey, institución religiosa fundada hace 66 años por la Sierva Madre Albertina Ramírez, de origen nicaragüense. LA PRENSA/ E. CHAMORRO

Siervas misioneras de Cristo Rey

Muy pocas personas saben que la fundadora de la congregación de las Siervas Misioneras de Cristo Rey es la nicaragüense Albertina Ramírez Martínez, una religiosa que entregó su vida por servir a Cristo y a su prójimo.

Muy pocas personas saben que la fundadora de la congregación de las Siervas Misioneras de Cristo Rey es la nicaragüense Albertina Ramírez Martínez, una religiosa que entregó su vida por servir a Cristo y a su prójimo.

“El carisma de nuestra misión es extensivo a las necesidades de nuestra Iglesia, está dirigido a la educación, dispensarios, a la atención de las personas adultas, a la gente pobre; pero la misión ha sido nuestro fuerte, especialmente dirigido a los más pobres y alejados de Dios en comunidades donde no pueden tener acceso los laicos y sacerdotes”, asegura sor Martha Jerez Maradiaga, superiora general de la comunidad religiosa en Nicaragua.

“Nuestra vida es misión”

La religiosa dice que como hija de la Iglesia “siempre desde pequeña me identifiqué por las misiones y me encontré a esta hermosa congregación que se dedica al ciento por ciento a esta obra bonita, para mi alma ha sido un regalo de Dios, la misión se hace desde un salón de clase, visitando los enfermos y atendiendo a las personas que tienen muchos problemas, asistiéndolas con atención espiritual. Le doy gracias infinitas a Dios porque nuestra vida es misión”, dice contenta la misionera.

Sor Mireya Méndez, también misionera nicaragüense, asegura que los problemas más sentidos en la población que atienden, son la pobreza, desempleo y problemas familiares, “por lo que debemos estar atentos para conducirlas a Dios”.

Sor Mireya asegura también que servir a Cristo desde su vida religiosa le ha llenado la vida.

“Me siento feliz por esta vocación y dichosa porque Dios me eligió para dedicar mi vida a este servicio. Tenemos un mundo muy deshumanizado, muy individualista, no hay amor y eso es causa de la falta de Dios en la vida del ser humano. Por eso hay que formar al ser humano con una mentalidad de amor y de servicio para que construyamos un mundo de amor, de compartir con los pobres y marginados”, confiesa la religiosa.

El lugar donde reposan los restos de la fundadora  de la congregación, en el Colegio Cristo Rey, en el barrio Jorge Dimitrov, en Managua.  LA PRENSA/E. CHAMORRO
El lugar donde reposan los restos de la fundadora de la congregación, en el Colegio Cristo Rey, en el barrio Jorge Dimitrov, en Managua. LA PRENSA/E. CHAMORRO

Las Siervas Misioneras de Cristo Rey en su apostolado sirven en tres dimensiones que fueron legadas por la fundadora: oración, acción y dolor, a fin de contribuir en la extensión del Reino de Cristo en todas las almas y en perfecta comunión con la Iglesia.

Las religiosas asisten al clero en su labor pastoral y su desempeño en la educación y la formación en valores y la promoción humana es uno de sus carismas prioritarios.

“Nuestra misión como Siervas Misioneras de Cristo es arrancar las almas al demonio y llevárselas a Cristo”, meditó la superiora.

Sobre la fundadora

María Albertina Prudencia Ramírez Martínez, más conocida en Nicaragua como Sierva de Dios Madre Albertina, nació en Managua, en 1898 y falleció en Granada, el 20 de julio de 1979.  La religiosa fue  una  nicaragüense, mística que dio su vida por los más pobres, una labor que fue reconocida por la Santa Sede. La fundadora de la congregación de las Siervas Misioneras de Cristo Rey fue bautizada, en la parroquia Santiago Apóstol de Managua (1898). Recibió el sacramento de la Confirmación en la Catedral de León (1904) y su Primera Comunión en la misma parroquia de su bautismo (4 de diciembre de 1910). Fue nieta del primer presidente constitucional de Nicaragua, el general Tomás Martínez Guerrero, y descendiente directa de la heroína nacional nicaragüense Rafaela Herrera.

Misión activa y orante

“Nuestro trabajo es trabajar a través de acciones con los más pobres, misionamos, educamos, promovemos la promoción humana, formamos en valores, o sea, nuestra labor misionera es activa y orante y tenemos como nuestro principal guía a Cristo Rey”, aseguró la religiosa nicaragüense Mireya Méndez.

Religión y Fe

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