En mi artículo anterior en este prestigioso diario me referí al abuelo, hoy quiero dedicar estas letras a todos aquellos adultos mayores que son parte de la mayoría de nuestros hogares nicaragüense.
El primero de octubre se celebra el Día Mundial del Adulto Mayor y algunos países han escogido ese mes como el de ellos, para hacer conciencia en todos los ciudadanos de esta etapa tan importante, valiosa, llena de tantas necesidades y atenciones en la vida del humano.
En una conversación con un experto geriatra el doctor Mario González Casafont, jefe de geriatría del Hospital CIMA, en Costa Rica, me decía que se define como adulto mayor a aquella persona que ya pasó la edad de los 65 años, esta edad está relacionada a la expectativa de vida del país o área geográfica. También me contaba que es importante conocer que hay tres estados del adulto mayor: Persona adulta mayor independiente o autovalente: esta es autónoma e independiente en el aspecto mental.
Persona adulta mayor frágil: con alguna limitación, pero independiente y la Persona adulta mayor dependiente o postrada (no autovalente): es aquella que requiere del apoyo permanente de terceras personas, por problemas de salud física o mental.
La expectativa de vida en Nicaragua en el 2014 fue de 77.91 para la mujer y de 71.86 para el hombre, esto se repite en cualquier parte del mundo, donde vamos a encontrar que las mujeres tiene mayores expectativas de vida que los hombres, por lo tanto es usual encontrar mujeres como adulto mayor jefe o cabeza de familia, un dato interesante es que en el 2010 de las pensiones entregadas por retiro solo el 32 por ciento eran entregadas a mujeres, algo que no habla de equidad y justicia social entre géneros.
Para enfatizar lo anteriormente expuesto, la Fundación Internacional para el Desafío Económico Global (FIDEG) revela datos novedosos acerca de las mujeres que están a la cabeza de los hogares nicaragüenses. Los datos dan cuenta que el 55.3 por ciento de las jefas de hogar son mayores de 50 años, siendo las mayores de 60 años las que tienen un mayor peso dentro de este grupo.
Pocas imágenes impactan tanto como los adultos mayores abandonados, o llevados a las esquinas a pedir dinero por alguna discapacidad física o por el hecho de ser “ancianos” , esto no debería de suceder y los gobiernos deben de tomar más conciencia y responsabilidad de esta lamentable situación, igual impacto causa verlos abandonados o dejados en un asilo de anciano, los cuales no tienen los recursos necesarios para brindar una atención digna a aquellos que por muchos años ayudaron a sus familia.
En Nicaragua no contamos como en otros países con un hospital geriátrico, donde se dé atención integral al adulto mayor, esta atención inicia por la prevención, el adulto que entra en esta etapa de su vida debe de conocer los cambios psicofisiológicos que se van a ir presentado y a la vez llevar un control estricto de las enfermedades crónicas. En un centro especializado para adulto mayor y hospital geriátrico el personal está entrenado para atender a estos pacientes, los médicos son geriatras, no es un personal de atención general, como sucede en los hospitales generales donde a la par de un joven de 20 años está un anciano de 90 al cual ya de inicio le llamarán “el abuelo” de la sala.
Quiero cerrar este artículo con un mensaje del secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon al celebrar los 25 años de reconocimiento del 1 de octubre sobre el Día Mundial del Adulto Mayor: “Lograr ciudades inclusivas para las personas de edad significa crear oportunidades para su participación económica y social en entornos accesibles y seguros. También implica proporcionar viviendas asequibles y los servicios sociales y de la salud necesarios para que puedan envejecer en sus hogares”.
Recalco en forma personal: “Entornos accesibles y seguros… servicios sociales y de salud necesarios… para que puedan envejecer en sus hogares”.
Feliz día ciudadano de oro…
El autor es cirujano pediatra.
@DrAayon