“Lutero fue un reformador en un momento difícil, dio un gran paso para poner la Palabra de Dios en manos de los hombres”. Pocos días antes de su viaje a Suecia para participar en la conmemoración ecuménica de los 500 años de la Reforma luterana, el papa Francisco ha concedido una entrevista a La Civilità Cattolica, en la que habla de los retos del ecumenismo, las tentaciones del proselitismo y el martirio de los cristianos en Oriente Medio.
Sobre Lutero, Francisco confiesa que “solo puedo pensar en dos palabras: Reforma y Escritura”. Y es que, para el papa, “Lutero fue un reformador en un momento difícil para la Iglesia. Lutero quiso poner remedio a una situación compleja. Después, en parte por situaciones políticas, y también religiosas, esa reforma se convirtió en separación y no en un proceso de reforma de toda la Iglesia, porque la Iglesia es siempre reformada”. Del mismo modo, Bergoglio asegura que “Lutero dio un gran paso para poner la Palabra de Dios en manos de los hombres”.
Cuando Lutero y sus seguidores fueron excomulgados en 1520, nació la tradición luterana.